/ jueves 28 de noviembre de 2019

$1USD en educación genera $17USD en la adultez

Sin capital humano calificado, los países no pueden tener crecimiento económico sostenido, tampoco tendrán la fuerza laboral con las suficientes habilidades para ocupar los puestos de trabajo del futuro, pero ni siquiera estarán preparados para competir en la economía global. Debido a esto, existe cada vez mayor preocupación por la elección de mejores políticas públicas que sienten las bases para el buen desarrollo de una población joven activa y, evidentemente, de las nuevas generaciones.

En ese sentido, el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador aumentó 0.5% el presupuesto en educación para el 2020, en comparación con el presupuesto del 2019 y, de hecho, con esto se rompe una racha negativa de 4 años consecutivos en el recorte del gasto educativo pues en el 2016, 2017, 2018 y 2019 se había invertido menos.

Este aumento es positivo, sin embargo, es insuficiente debido a que el 98% está destinado al gasto corriente, de acuerdo con el documento: “Gasto educativo en el PPEF 2020. Impacto de la Reforma Educativa de 2019”, realizado por el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria A.C. (CIEP). Se espera mucho más de un gobierno que pretende transformar al país de manera estructural en todos los ámbitos como el educativo, laboral, social, tecnológico y político.

Se requiere de mayor inversión educativa, pero no solo de dinero sino también de tiempo, sobre todo en la etapa de la primera infancia, que comprende a los niños entre las edades de los 3 a los 6 años pues de acuerdo con investigaciones hechas por el World Bank Group, por cada dólar invertido durante la primera infancia, posteriormente el niño que se convierte en adulto obtiene un retorno que va desde los $6USD hasta los $17USD, lo que significa un rendimiento muy elevado.

Los constantes cambios en el mercado laboral dificultan la inserción de los jóvenes adultos actualmente y dificultarán todavía más las condiciones laborales de las nuevas generaciones pues un alto porcentaje de niños se desempeñarán en trabajos que todavía no existen ni nos pasan por la mente. En este sentido, el gobierno actual cuenta con todas las facilidades para modificar las leyes y tiene una gran oportunidad de mejorar el camino de los niños y jóvenes, mediante reformas educativas y laborales. Este gobierno puede hacerlo, pero que quiera y sepa hacerlo, es algo que está por verse.

Sin capital humano calificado, los países no pueden tener crecimiento económico sostenido, tampoco tendrán la fuerza laboral con las suficientes habilidades para ocupar los puestos de trabajo del futuro, pero ni siquiera estarán preparados para competir en la economía global. Debido a esto, existe cada vez mayor preocupación por la elección de mejores políticas públicas que sienten las bases para el buen desarrollo de una población joven activa y, evidentemente, de las nuevas generaciones.

En ese sentido, el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador aumentó 0.5% el presupuesto en educación para el 2020, en comparación con el presupuesto del 2019 y, de hecho, con esto se rompe una racha negativa de 4 años consecutivos en el recorte del gasto educativo pues en el 2016, 2017, 2018 y 2019 se había invertido menos.

Este aumento es positivo, sin embargo, es insuficiente debido a que el 98% está destinado al gasto corriente, de acuerdo con el documento: “Gasto educativo en el PPEF 2020. Impacto de la Reforma Educativa de 2019”, realizado por el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria A.C. (CIEP). Se espera mucho más de un gobierno que pretende transformar al país de manera estructural en todos los ámbitos como el educativo, laboral, social, tecnológico y político.

Se requiere de mayor inversión educativa, pero no solo de dinero sino también de tiempo, sobre todo en la etapa de la primera infancia, que comprende a los niños entre las edades de los 3 a los 6 años pues de acuerdo con investigaciones hechas por el World Bank Group, por cada dólar invertido durante la primera infancia, posteriormente el niño que se convierte en adulto obtiene un retorno que va desde los $6USD hasta los $17USD, lo que significa un rendimiento muy elevado.

Los constantes cambios en el mercado laboral dificultan la inserción de los jóvenes adultos actualmente y dificultarán todavía más las condiciones laborales de las nuevas generaciones pues un alto porcentaje de niños se desempeñarán en trabajos que todavía no existen ni nos pasan por la mente. En este sentido, el gobierno actual cuenta con todas las facilidades para modificar las leyes y tiene una gran oportunidad de mejorar el camino de los niños y jóvenes, mediante reformas educativas y laborales. Este gobierno puede hacerlo, pero que quiera y sepa hacerlo, es algo que está por verse.