/ lunes 20 de enero de 2020

Arrancadero 2020

La trama política se puede describir en varios actos que al inicio del año prevén claramente un avistamiento de hombres y mujeres que buscan el poder para el 2021. Son diferentes escenarios, todos tratando de ganar reflectores para posicionarse como el favorito o favorita en cada uno de los espacios a disputarse desde la gubernatura y hasta la más humilde de las regidurías que no es tan humilde en términos económicos y sociales.

El próximo año, de acuerdo a la legislación vigente han de renovarse los poderes en el estado de Chihuahua, son una gubernatura, 33 diputaciones, 67 presidencias municipales y 67 síndicos municipales. Hay que añadir a los cientos de regidores de los ayuntamientos. También sume Usted a los 9 diputados federales de mayoría con los que cuenta el estado. Un pastel muy codiciado y al que todos quieren llegar a comer en la mesa del señor.

Hoy comienza el ritual del cortejo, donde unos se hacen ojitos a otros y viceversa. Todos buscan conformar alianzas que les permita llegar al fin deseado. Maquiavelo en su obra “El príncipe” describía a los reinados como nuevos o viejos, los que se heredaban y los que se obtenía a través de la fuerza, los que se ganaban con ejércitos prestados o con ejércitos propios. Bien, esa descripción de las fuerzas políticas es lo que estaremos observando durante los próximos meses, antes de conocer la lista de los que llegarán a la meta que se han propuesto.

Será en el mes de diciembre cuando el fruto del apareamiento dé a luz al chamaco que enarbolará la bandera de las causas sociales, cuando se desgarren las vestiduras de quienes se han de sacrificarse por el pueblo y de quienes aspiran a ser los salvadores del estado, del municipio y de la ciudad. La lucha será cruenta, no será una campaña de bajos perfiles, al contrario, habrá una guerra sin cuartel con las desacreditaciones, impugnaciones y chantajes políticos que no imaginamos el trágico fin que vaya a tener, pero será una batalla, sin lugar a dudas donde los trapos sucios salgan a relucir, sean verdades o mentiras, los actores del proceso electoral saldrán manchados. No nos cabe la menor duda de ello.

El sistema político impone con un presidente que implementa estrategias de un “nuevo presidencialismo”, absorbe las estructuras gubernamentales, moldea con una dinámica de comunicación con un público determinado. La señal es clara, ganar las elecciones del 2021 y trabaja desde el primer día de la elección del 2018 en conseguir esa meta. Habrá al menos unos 4 o 5 partidos nuevos, sumando a los 7 actuales, será un carnaval que diezmará a la oposición. También hay que considerar la posibilidad de candidatos ciudadanos. Todos en busca del voto popular.

El reto del 2021 será revisar si el sistema de partidos políticos resistirá a la opinión pública que ve en la política y en los partidos políticos esquemas de corrupción, de grupos de interés que ya no representan a los ciudadanos y que sólo buscan el recurso económico para hacerse millonarios. Al parecer las prácticas más antidemocráticas y fraudulentas de designación de candidatos y de obtención de las dirigencias es una práctica común que no se ha erradicado en los partidos actuales.

Las preguntas obligadas son si los actuales gobiernos conservarán sus triunfos o bien existirá un nuevo cambio de rumbo en quienes hoy ostentan el poder. Queda claro que hoy no podemos decir quien o quienes serán los triunfadores, faltan muchos meses para conocer a los que serán los candidatos de los partidos y de las alianzas independientes. Queda mucho por esperar, sin embargo el poder ciudadano que se expresa en la emisión de su voto ha permitido que quienes se creían todopoderosos pasaran a mejor vida y partidos por los cuales no se daba un solo peso hoy tengan una de las franquicias más cotizadas.

La trama política se puede describir en varios actos que al inicio del año prevén claramente un avistamiento de hombres y mujeres que buscan el poder para el 2021. Son diferentes escenarios, todos tratando de ganar reflectores para posicionarse como el favorito o favorita en cada uno de los espacios a disputarse desde la gubernatura y hasta la más humilde de las regidurías que no es tan humilde en términos económicos y sociales.

El próximo año, de acuerdo a la legislación vigente han de renovarse los poderes en el estado de Chihuahua, son una gubernatura, 33 diputaciones, 67 presidencias municipales y 67 síndicos municipales. Hay que añadir a los cientos de regidores de los ayuntamientos. También sume Usted a los 9 diputados federales de mayoría con los que cuenta el estado. Un pastel muy codiciado y al que todos quieren llegar a comer en la mesa del señor.

Hoy comienza el ritual del cortejo, donde unos se hacen ojitos a otros y viceversa. Todos buscan conformar alianzas que les permita llegar al fin deseado. Maquiavelo en su obra “El príncipe” describía a los reinados como nuevos o viejos, los que se heredaban y los que se obtenía a través de la fuerza, los que se ganaban con ejércitos prestados o con ejércitos propios. Bien, esa descripción de las fuerzas políticas es lo que estaremos observando durante los próximos meses, antes de conocer la lista de los que llegarán a la meta que se han propuesto.

Será en el mes de diciembre cuando el fruto del apareamiento dé a luz al chamaco que enarbolará la bandera de las causas sociales, cuando se desgarren las vestiduras de quienes se han de sacrificarse por el pueblo y de quienes aspiran a ser los salvadores del estado, del municipio y de la ciudad. La lucha será cruenta, no será una campaña de bajos perfiles, al contrario, habrá una guerra sin cuartel con las desacreditaciones, impugnaciones y chantajes políticos que no imaginamos el trágico fin que vaya a tener, pero será una batalla, sin lugar a dudas donde los trapos sucios salgan a relucir, sean verdades o mentiras, los actores del proceso electoral saldrán manchados. No nos cabe la menor duda de ello.

El sistema político impone con un presidente que implementa estrategias de un “nuevo presidencialismo”, absorbe las estructuras gubernamentales, moldea con una dinámica de comunicación con un público determinado. La señal es clara, ganar las elecciones del 2021 y trabaja desde el primer día de la elección del 2018 en conseguir esa meta. Habrá al menos unos 4 o 5 partidos nuevos, sumando a los 7 actuales, será un carnaval que diezmará a la oposición. También hay que considerar la posibilidad de candidatos ciudadanos. Todos en busca del voto popular.

El reto del 2021 será revisar si el sistema de partidos políticos resistirá a la opinión pública que ve en la política y en los partidos políticos esquemas de corrupción, de grupos de interés que ya no representan a los ciudadanos y que sólo buscan el recurso económico para hacerse millonarios. Al parecer las prácticas más antidemocráticas y fraudulentas de designación de candidatos y de obtención de las dirigencias es una práctica común que no se ha erradicado en los partidos actuales.

Las preguntas obligadas son si los actuales gobiernos conservarán sus triunfos o bien existirá un nuevo cambio de rumbo en quienes hoy ostentan el poder. Queda claro que hoy no podemos decir quien o quienes serán los triunfadores, faltan muchos meses para conocer a los que serán los candidatos de los partidos y de las alianzas independientes. Queda mucho por esperar, sin embargo el poder ciudadano que se expresa en la emisión de su voto ha permitido que quienes se creían todopoderosos pasaran a mejor vida y partidos por los cuales no se daba un solo peso hoy tengan una de las franquicias más cotizadas.