Juan Carlos Quirarte Méndez
Salesiano, sacerdote. Doctor en Antropología Social
“Los sicarios y la periferia”
Quizá muchos piensen -hoy en día- que los sicarios son personajes de la historia reciente,
un fenómeno que tiene apenas unos cuantos años, y más probablemente muchos
asociarán el término sicario a los grupos delictivos, en especial aquellos pertenecientes a
los cárteles y diversas asociaciones del llamado crimen organizado.
Pero en realidad el concepto “sicario” es un término bastante antiguo. Yo lo remito al
menos a dos mil años atrás, como un concepto referido específicamente por las épocas
del Imperio Romano, en tiempos del mismísimo Jesús de Nazaret, e incluso como un
término usado en las mismas regiones y tiempos en que estaba Jesús en esta tierra.
Como sabemos, Jesús nació vivió y murió como judío, una religión que -como muchas
otras- tiene dentro de sí misma diversas tendencias o subgrupos en sus formas de vivir y
entender su fe y, por ende, sus modos de actuar en el mundo. Pues bien, en aquellos
tiempos se encontraban los movimientos de los Esenios, de los Saduceos, el de los
Fariseos y el de los Zelotas. Todas estas diversidades se agrupaban en el mismo grupo
genérico llamado judaísmo, de manera muy simplista podríamos decir de estos grupos
que equivalen a los siguientes estilos de vida: eran (1) los que se aislaban para vivir más
radicalmente su fe, (2) los poderosos o miembros de linajes heredados, (3) los que
conservaban y celaban la ley y (4) los reaccionarios que buscaban la liberación e
independencia de toda dominación.
Pues bien, a estos últimos (Zelotas) se les recuerda como esos grupos subversivos, que se
oponían a una dominación socio-política y buscaban la liberación de toda opresión, que en
este caso se materializaba en la dominación de los romanos sobre los pueblos judíos.
Estos judíos zelotas entendían su razón de ser y actuar desde la fe. Y como pueblo
dominado, no podían portar armas ni reunirse en grupos para hablar de política pues se
les consideraría conspiradores contra el Imperio. De cualquier forma, muchos hombres
pertenecientes a este movimiento judío portaban armas de manera discreta, oculta (un
puñal o una daga) para que al ver algún romano o pequeño grupo de soldados romanos,
pudieran ellos atacarles e ir eliminando a sus enemigos de a poco. Y por esa arma (puñal o
daga) que en latín se dice “Tsica”, eran conocidos como los “sicarios”, es decir, los
hombres que portan un puñal.
Así pues, el sicario era el subversivo a la dominación extranjera, pero no por ser
contestatario partidista, ni por el deseo mismo de la violencia, sino que su causa era un
celo fortísimo por la defensa de su fe, de sus tradiciones, asociaban la voluntad de Dios
con sus actos de liberación para poder adorar sólo al Dios de su pueblo, que para su
cosmovisión era el único y absoluto Dios. Traducían la liberación política con la liberación
misma de su fe. De ahí que eran capaces de justificar sus actos de violencia ante el
usurpador.
Sicarios eran los hombres de periferia que buscaban la liberación política que les oprimía y
les marginaban sus costumbres. Eran los portadores clandestinos de armas pequeñas para
poder operar su ejercicio de liberación política justificada desde su fe y para el bien del
pueblo al cual pertenecían. Incluso en algún momento, tergiversando la visión sobre Jesús,
se le quiso acusar de ser parte de ese movimiento. Pero -aunque no es ahora asunto en
esta columna- Jesús mismo está más allá de cualesquiera de los cuatro movimientos
judíos de su tiempo antes mencionados.
Hoy, se usa el término sicario ante otro tipo de sujetos, que por lo general se les ubica
como pertenecientes a grupos delictivos del crimen organizado, portadores ya no de
armas pequeñas como el puñal o la daga sino también de armas de gran impacto y
sumamente sofisticadas, muchas de las veces mayor que la de las autoridades vigentes del
contexto.
Hoy, quizá el sicario no es tanto un ser de periferia, sino que el imaginario colectivo y las
invasiones mediáticas han puesto esta posición como un centro… incluso para muchos se
ha convertido casi en un ideal de vida por manifestar poder y dominación más que
resistencia ante otra hegemonía poderosa. ¿cuál es la causa hoy en día de un sicario?
¿Será semejante la perspectiva de un sicario a como le conocemos hoy en día a la del
sicario identificado como tal por los romanos de hace dos mil años?
Los Zelotas, grupo al cual pertenecían los sicarios judíos en tiempos de Jesús, fueron
aniquilados en torno al año 70 D.C. luego de una sublevación de gran alcance, y los
últimos se suicidaron en una resistencia heroica reconocida y honrada hasta el día de hoy
en Masada. Esa zona es hoy un Memorial de halo sagrado por el respeto mismo a grupos
que vivieron una intensidad de su fe hasta el extremo.
Los sicarios, a como se les concibe hoy en día en nuestras sociedades, podemos
considerarles muy distantes a los ideales de sus antecesores del nombre, pero no por ello
podemos dejar de preguntarnos, ¿cuáles serán las causas últimas que mueven a los
portadores del puñal (hoy armas de fuego de gran alcance) para revelarse ante el sistema
vigente? ¿cuál será el destino de los nuevos portadores del término milenario de
“sicario”?