/ sábado 24 de julio de 2021

Caminito de la escuela

El regreso a clases debe ser una prioridad para el gobierno federal, desde luego con recursos que permitan la rehabilitación y equipamiento de las escuelas.

Sabemos que todo el mundo está agobiado por el encierro, y en estos momentos existe un clamor por el regreso a clases presenciales.

Pero es necesario considerar una estrategia, donde se involucren todos; desde el gobierno federal, gobiernos estatales, gobiernos municipales y la sociedad.

Por otro lado, el Presidente reconoció que hubo abandono, que miles de escuelas sufrieron de vandalismo, pero también que otras ya estaban en pésimas condiciones.

De tal forma que el presidente solicitó el apoyo a los estados y a la sociedad, una petición no con la intención de una apertura por parte del gobierno federal, sino que fue una “invitación” para hacer un trabajo conjunto, y que cada entidad se haga cargo de la recuperación de sus planteles.

Actualmente se estima que hay cerca de 30 mil escuelas que no tienen agua, pero aquellas que si la tienen, desafortunadamente no tiene la calidad para su consumo.

Además no podemos dejar de escuchar las voces de especialistas, que alertan sobre los riesgos, ya que recientemente tenemos una tercera ola de contagios en todo el país, que podría alcanzar su pico máximo a la mitad del mes de agosto.

Y como siempre lo hace, la autoridad federal insiste en tener otros datos, por lo que minimiza el riesgo de contagio, ya que tan solo se menciona, que “hay un pequeño rebrote” que no es significativo.

Sin embargo para un regreso a clases de manera presencial, todos debemos involucrarnos y hacer lo que nos corresponde; es necesario implementar los protocolos de medidas higiénicas básicas, con el agua como un recurso mínimo indispensable, la toma de temperatura en los salones de clase, geles sanitizantes y cubrebocas extras en todas las áreas; pero lo más importante es necesario tener el coraje para hacerlo y actuar con responsabilidad, de otra forma no se logrará el objetivo.

Afortunadamente la vacunación va en marcha, lo cual genera confianza, siempre y cuando la población no deje de cuidarse, porque sabemos que aun con la vacuna no hay garantía de contagiarse; así que con estas medidas tendremos más experiencia para enfrentar la tercera ola de contagio de la pandemia, que nos ha puesto a prueba a todos y a los gobiernos de otros países.

Salvo su mejor opinión; la educación es un tema que debe tener la misma atención como la vacunación, el cual no puede ser ignorado, después de más de un año que las escuelas y las aulas se quedaron vacías y huérfanas de alumnos, maestros, administrativos y de todos aquellos que laboran en un plantel educativo.

Es importante recordar que la educación es un derecho constitucional para todos los niños, niñas y adolescentes de este país, pero la calidad y las formas dependen de todos.

No podemos negar, que las afectaciones emocionales, académicas y de socialización por el cierre prolongado de las escuelas, ha impactado a todos los estudiantes, como la pérdida de conocimientos y habilidades, que podrían afectar la vida de un escolar, sobre todo cuando tenga que integrarse a la vida productiva de este país.

Son más de 36 millones de estudiantes que aparentemente siguen con las clases a distancia, y que de acuerdo a las fechas, muchos de ellos ya gozan de un periodo vacacional, así que los retos para la SEP y para los padres de familia, para el periodo 2021-2022 son monumentales.

Si realmente queremos un regreso a clase de manera presencial, debemos tener prioridades y una estrategia que dé resultados, de otra forma los más afectados serán las y los estudiantes que pasan de nivel, es decir que llegarán a primero de primaria, de secundaria o de preparatoria, con grandes problemas y sin los conocimientos consolidados.

Y la pregunta obligada:

¿Los maestros que los reciban podrán regularizarlos?

El reto es muy complejo que no puede quedar en manos de un maestro, todos debemos involucrarnos, y no tener tan solo buenas intenciones.

Así que todos tenemos una responsabilidad y una tarea que hacer con nuestros hijos, si realmente queremos regresar a las aulas y tener un caminito de la escuela feliz y seguro.






El regreso a clases debe ser una prioridad para el gobierno federal, desde luego con recursos que permitan la rehabilitación y equipamiento de las escuelas.

Sabemos que todo el mundo está agobiado por el encierro, y en estos momentos existe un clamor por el regreso a clases presenciales.

Pero es necesario considerar una estrategia, donde se involucren todos; desde el gobierno federal, gobiernos estatales, gobiernos municipales y la sociedad.

Por otro lado, el Presidente reconoció que hubo abandono, que miles de escuelas sufrieron de vandalismo, pero también que otras ya estaban en pésimas condiciones.

De tal forma que el presidente solicitó el apoyo a los estados y a la sociedad, una petición no con la intención de una apertura por parte del gobierno federal, sino que fue una “invitación” para hacer un trabajo conjunto, y que cada entidad se haga cargo de la recuperación de sus planteles.

Actualmente se estima que hay cerca de 30 mil escuelas que no tienen agua, pero aquellas que si la tienen, desafortunadamente no tiene la calidad para su consumo.

Además no podemos dejar de escuchar las voces de especialistas, que alertan sobre los riesgos, ya que recientemente tenemos una tercera ola de contagios en todo el país, que podría alcanzar su pico máximo a la mitad del mes de agosto.

Y como siempre lo hace, la autoridad federal insiste en tener otros datos, por lo que minimiza el riesgo de contagio, ya que tan solo se menciona, que “hay un pequeño rebrote” que no es significativo.

Sin embargo para un regreso a clases de manera presencial, todos debemos involucrarnos y hacer lo que nos corresponde; es necesario implementar los protocolos de medidas higiénicas básicas, con el agua como un recurso mínimo indispensable, la toma de temperatura en los salones de clase, geles sanitizantes y cubrebocas extras en todas las áreas; pero lo más importante es necesario tener el coraje para hacerlo y actuar con responsabilidad, de otra forma no se logrará el objetivo.

Afortunadamente la vacunación va en marcha, lo cual genera confianza, siempre y cuando la población no deje de cuidarse, porque sabemos que aun con la vacuna no hay garantía de contagiarse; así que con estas medidas tendremos más experiencia para enfrentar la tercera ola de contagio de la pandemia, que nos ha puesto a prueba a todos y a los gobiernos de otros países.

Salvo su mejor opinión; la educación es un tema que debe tener la misma atención como la vacunación, el cual no puede ser ignorado, después de más de un año que las escuelas y las aulas se quedaron vacías y huérfanas de alumnos, maestros, administrativos y de todos aquellos que laboran en un plantel educativo.

Es importante recordar que la educación es un derecho constitucional para todos los niños, niñas y adolescentes de este país, pero la calidad y las formas dependen de todos.

No podemos negar, que las afectaciones emocionales, académicas y de socialización por el cierre prolongado de las escuelas, ha impactado a todos los estudiantes, como la pérdida de conocimientos y habilidades, que podrían afectar la vida de un escolar, sobre todo cuando tenga que integrarse a la vida productiva de este país.

Son más de 36 millones de estudiantes que aparentemente siguen con las clases a distancia, y que de acuerdo a las fechas, muchos de ellos ya gozan de un periodo vacacional, así que los retos para la SEP y para los padres de familia, para el periodo 2021-2022 son monumentales.

Si realmente queremos un regreso a clase de manera presencial, debemos tener prioridades y una estrategia que dé resultados, de otra forma los más afectados serán las y los estudiantes que pasan de nivel, es decir que llegarán a primero de primaria, de secundaria o de preparatoria, con grandes problemas y sin los conocimientos consolidados.

Y la pregunta obligada:

¿Los maestros que los reciban podrán regularizarlos?

El reto es muy complejo que no puede quedar en manos de un maestro, todos debemos involucrarnos, y no tener tan solo buenas intenciones.

Así que todos tenemos una responsabilidad y una tarea que hacer con nuestros hijos, si realmente queremos regresar a las aulas y tener un caminito de la escuela feliz y seguro.