/ lunes 6 de abril de 2020

Chihuahuenses, vencedores del desierto ¡Sí podemos!

Una vez más, Chihuahua se encuentra acechada por una gran amenaza. No es nada nuevo para nosotros, pues ya hemos tenido que pasar por invasiones, luchas revolucionarias, epidemias, trombas, inundaciones, sequías, crisis económicas, y una gran lista de calamidades. Todos estos hechos tienen algo en común: los chihuahuenses siempre salimos victoriosos.

Siempre que la desgracia nos ha golpeado, ha aflorado en nosotros la más genuina y profunda solidaridad. En cada uno de estos eventos fatídicos, los chihuahuenses hemos tomado como arma primordial la unidad y la búsqueda por el bien común.

Hoy, las alarmantes noticias del COVID-19, inundan los titulares y portales de internet. Escuchamos voces de expertos que pronostican un panorama complejo. Si bien, esta información debe incitarnos a la precaución y el cuidado, no debe nunca hacernos perder la esperanza.

Históricamente, Chihuahua a demostrado ser un pueblo que se une ante la adversidad, un pueblo que sabe muy bien que sólo mediante la solidaria lucha hombro con hombro, es que se ganan las grandes batallas. Así lo llevamos inscrito en la sangre, y así lo vamos a demostrar ante esta contingencia. Todos tendremos que tomar un papel activo en esta disputa, y cada uno desde su propia trinchera, aportará para llegar a la victoria.

Por ahora, lo primordial es cuidar las vidas y la salud de los chihuahuenses. En la primera línea de batalla se encuentran por supuesto, todo el personal de la salud. Doctores y enfermeros saldrán de sus casas todos los días, y tendrán la confrontación más cercana con este enemigo invisible. Inmediatamente detrás de ellos estarán nuestros policías, bomberos y personal de protección civil, que estarán ahí para servir y proteger a todos los ciudadanos.

También están por supuesto todos aquellos que trabajan en proveer lo necesario para la vida: ya sea produciendo, transportando, vendiendo o repartiendo aquellos insumos indispensables, todos tienen un rol primordial en esta lucha, y los chihuahuenses los admiramos y reconocemos por ello.

El resto de la población también tiene un papel importante. Esta es una batalla que se ganará con la suma de los esfuerzos de todos. Salir de casa sólo si es necesario, tomar las medidas de higiene y evitar en la medida de lo posible el contacto con el exterior, esa es la forma en la que todos y cada uno de nosotros podemos apoyar ante esta contingencia. Evitar a toda costa la propagación del virus, es una forma de valorar y respetar el trabajo de aquellos que están librando la batalla de forma directa.

En este momento, a todos nos duele profundamente la separación; pero nos plantea la oportunidad de valorar inmensamente desde ahora, el momento del reencuentro. Ahora sabemos lo valioso que es abrazarnos, mirarnos a los ojos y soñar con un futuro mejor para Chihuahua.

Recordemos las victorias del pasado, y sigamos el ejemplo de nuestros ancestros. El segundo gran enemigo en esta crisis es el egoísmo, y los chihuahuenses ya lo hemos vencido una y otra vez en cada situación difícil que hemos enfrentado. Esta vez, lo venceremos de nuevo y al terminar esta situación nos encontraremos más fuertes y unidos que nunca.

Más aún, ahora que comienza la Semana Santa, tenemos que acompañar las oraciones con los hechos. Que esta crisis sea la oportunidad para fortalecer la paz interior, y recuperar la fe en un Ser superior y en los demás.

Somos los vencedores del desierto, y por nuestras venas, corre la sangre de aquellos que siempre pudieron convertir la adversidad en prosperidad. Estoy segura de que vamos a salir adelante ¡Ánimo Chihuahua!

Una vez más, Chihuahua se encuentra acechada por una gran amenaza. No es nada nuevo para nosotros, pues ya hemos tenido que pasar por invasiones, luchas revolucionarias, epidemias, trombas, inundaciones, sequías, crisis económicas, y una gran lista de calamidades. Todos estos hechos tienen algo en común: los chihuahuenses siempre salimos victoriosos.

Siempre que la desgracia nos ha golpeado, ha aflorado en nosotros la más genuina y profunda solidaridad. En cada uno de estos eventos fatídicos, los chihuahuenses hemos tomado como arma primordial la unidad y la búsqueda por el bien común.

Hoy, las alarmantes noticias del COVID-19, inundan los titulares y portales de internet. Escuchamos voces de expertos que pronostican un panorama complejo. Si bien, esta información debe incitarnos a la precaución y el cuidado, no debe nunca hacernos perder la esperanza.

Históricamente, Chihuahua a demostrado ser un pueblo que se une ante la adversidad, un pueblo que sabe muy bien que sólo mediante la solidaria lucha hombro con hombro, es que se ganan las grandes batallas. Así lo llevamos inscrito en la sangre, y así lo vamos a demostrar ante esta contingencia. Todos tendremos que tomar un papel activo en esta disputa, y cada uno desde su propia trinchera, aportará para llegar a la victoria.

Por ahora, lo primordial es cuidar las vidas y la salud de los chihuahuenses. En la primera línea de batalla se encuentran por supuesto, todo el personal de la salud. Doctores y enfermeros saldrán de sus casas todos los días, y tendrán la confrontación más cercana con este enemigo invisible. Inmediatamente detrás de ellos estarán nuestros policías, bomberos y personal de protección civil, que estarán ahí para servir y proteger a todos los ciudadanos.

También están por supuesto todos aquellos que trabajan en proveer lo necesario para la vida: ya sea produciendo, transportando, vendiendo o repartiendo aquellos insumos indispensables, todos tienen un rol primordial en esta lucha, y los chihuahuenses los admiramos y reconocemos por ello.

El resto de la población también tiene un papel importante. Esta es una batalla que se ganará con la suma de los esfuerzos de todos. Salir de casa sólo si es necesario, tomar las medidas de higiene y evitar en la medida de lo posible el contacto con el exterior, esa es la forma en la que todos y cada uno de nosotros podemos apoyar ante esta contingencia. Evitar a toda costa la propagación del virus, es una forma de valorar y respetar el trabajo de aquellos que están librando la batalla de forma directa.

En este momento, a todos nos duele profundamente la separación; pero nos plantea la oportunidad de valorar inmensamente desde ahora, el momento del reencuentro. Ahora sabemos lo valioso que es abrazarnos, mirarnos a los ojos y soñar con un futuro mejor para Chihuahua.

Recordemos las victorias del pasado, y sigamos el ejemplo de nuestros ancestros. El segundo gran enemigo en esta crisis es el egoísmo, y los chihuahuenses ya lo hemos vencido una y otra vez en cada situación difícil que hemos enfrentado. Esta vez, lo venceremos de nuevo y al terminar esta situación nos encontraremos más fuertes y unidos que nunca.

Más aún, ahora que comienza la Semana Santa, tenemos que acompañar las oraciones con los hechos. Que esta crisis sea la oportunidad para fortalecer la paz interior, y recuperar la fe en un Ser superior y en los demás.

Somos los vencedores del desierto, y por nuestras venas, corre la sangre de aquellos que siempre pudieron convertir la adversidad en prosperidad. Estoy segura de que vamos a salir adelante ¡Ánimo Chihuahua!