/ sábado 5 de septiembre de 2020

Corrupción, un mal que no cede

Los escándalos políticos continúan, y tal parece que es normal que formen parte de la vida de los mexicanos, sin que nos cause ningún asombro, por lo que se han convertido en el tema mediático de todos.

No es nuevo saber que las malas prácticas llevan siglos de historia y parecen inherentes al ser humano; pero es difícil saber cuál fue el primer caso documentado de corrupción en la antigüedad.

Algunos especialistas al reinado de Ramsés IX, 1100 aC, en Egipto, en donde Peser, un antiguo funcionario del faraón, denunció en un documento los negocios sucios de otro homólogo, que se había asociado con un grupo de profanadores de tumbas para robar joyas y pertenencias de los cuerpos.

Los griegos no se quedan atrás, ya que tenían un comportamiento ejemplar, en el año 324 aC Demóstenes, fue acusado de haber recibido apoderado de recursos depositados en la Acrópolis por el tesorero de Alejandro; hecho por el que fue desterrado.

Otro personaje referido es Pericle, conocido como el “incorruptible”, quien fue acusado de haber especulado sobre los trabajos de construcción del Partenón.

Se sabe que en Roma, quien tenía el poder, caminaba seguido por una "nube" de clientes,

[… Obvio cuanto más larga era su corte, más se le admiraba como personaje…]

El gobernante protegía a sus "clientes", con ayudas económicas, otorgando intervenciones en sedes políticas, además de fracciones territoriales, y muchas cosas más; a su vez los "clientes" actuaban fieles a su servicio cuidando de ellos.

Sin embargo los romanos tenían muy claro el concepto de política, cuidando lo más importante que era el honor, ya que para ocupar cargos públicos, debían tener educación, proceder de una buena familia y tener un patrimonio, que tenía que presentar con una fianza al inicio de su mandato.

Cuando finalizaba se llamaba a hacer cuentas, si se había enriquecido, tenía que devolverlo todo, en el caso de encontrar actos deshonestos, había dos penas: una era el exilio; la otra era el suicidio.

Así que aquellos que incurrían en actos deshonestos, decidían por el suicidio como el recurso más recomendable, que les permitía mantener el honor.

Desviar recursos públicos era una práctica reprobable, pero en los negocios personales se jactaban de permitir de todo.

Recordemos que la moral era una directriz en la antigua Roma, sin embargo había una doble moral; que se diferenciaba claramente de la esfera pública y la privada.

Desde entonces la corrupción se ha convertido en un campo de disputa entre clases. Antonio Gramsci (1891-1937 político y filósofo italiano) decía que la sociedad necesita una reforma “moral” aunque no en un sentido “moralizante”.

Explicaba que la corrupción es una forma de gobierno que gangrena a las clases dominantes, pero también impregna de comportamientos y sentidos a los subalternos.

[… Como siempre, la lluvia de podredumbre de los de arriba acaba por mojar a los de abajo…]

De ahí que; "Algunos predican una moral que no ejercen y otros ejercen una moral que no predican"

En términos coloquiales entendemos que “corrupción” es disponer de medios, recursos y patrimonio público para beneficios privados ajenos al interés social, así como otras formas de saqueo, formas que han cambiado en el tiempo y la cultura de cada pueblo.

Por supuesto que no es lo mismo la existencia de casos individuales y aislados de corrupción que la proliferación sistemática de los mismos, sin embargo los motivos tiene un mismo origen, como: las pasiones, la avaricia, la codicia, la ambición y los vicios que forman parte del coctel de inclinaciones impetuosas que tenemos los seres humanos para buscar lo que deseamos.

Antivalores que como todas las pasiones, nos mueven a desenfrenos, con el resultado de perjudicar y dañar a nuestros semejantes.

Así que el estilo podría cambiar pero el fin sigue siendo el mismo.

[… El uso del poder a cambio de “quedar bien” y otorgar beneficios a corto, mediano y largo plazo, para asegurar un “patrimonio” que reluce de engaños, falsedades, mentiras, chantajes, caprichos, manías y costumbres, bajo la sombra de la corrupción; enfermedad moral, asociada a un gusto patológico por el dinero, que ha causado tanto daño a la sociedad ...]

Jorge Luis Borges en un fragmento del poema “La prueba” se refiere;

Del otro lado de la puerta un hombre deja caer su corrupción. En vano elevará esta noche una plegaria a su curioso dios, que es tres, dos, uno,

y se dirá que es inmortal.

Los escándalos políticos continúan, y tal parece que es normal que formen parte de la vida de los mexicanos, sin que nos cause ningún asombro, por lo que se han convertido en el tema mediático de todos.

No es nuevo saber que las malas prácticas llevan siglos de historia y parecen inherentes al ser humano; pero es difícil saber cuál fue el primer caso documentado de corrupción en la antigüedad.

Algunos especialistas al reinado de Ramsés IX, 1100 aC, en Egipto, en donde Peser, un antiguo funcionario del faraón, denunció en un documento los negocios sucios de otro homólogo, que se había asociado con un grupo de profanadores de tumbas para robar joyas y pertenencias de los cuerpos.

Los griegos no se quedan atrás, ya que tenían un comportamiento ejemplar, en el año 324 aC Demóstenes, fue acusado de haber recibido apoderado de recursos depositados en la Acrópolis por el tesorero de Alejandro; hecho por el que fue desterrado.

Otro personaje referido es Pericle, conocido como el “incorruptible”, quien fue acusado de haber especulado sobre los trabajos de construcción del Partenón.

Se sabe que en Roma, quien tenía el poder, caminaba seguido por una "nube" de clientes,

[… Obvio cuanto más larga era su corte, más se le admiraba como personaje…]

El gobernante protegía a sus "clientes", con ayudas económicas, otorgando intervenciones en sedes políticas, además de fracciones territoriales, y muchas cosas más; a su vez los "clientes" actuaban fieles a su servicio cuidando de ellos.

Sin embargo los romanos tenían muy claro el concepto de política, cuidando lo más importante que era el honor, ya que para ocupar cargos públicos, debían tener educación, proceder de una buena familia y tener un patrimonio, que tenía que presentar con una fianza al inicio de su mandato.

Cuando finalizaba se llamaba a hacer cuentas, si se había enriquecido, tenía que devolverlo todo, en el caso de encontrar actos deshonestos, había dos penas: una era el exilio; la otra era el suicidio.

Así que aquellos que incurrían en actos deshonestos, decidían por el suicidio como el recurso más recomendable, que les permitía mantener el honor.

Desviar recursos públicos era una práctica reprobable, pero en los negocios personales se jactaban de permitir de todo.

Recordemos que la moral era una directriz en la antigua Roma, sin embargo había una doble moral; que se diferenciaba claramente de la esfera pública y la privada.

Desde entonces la corrupción se ha convertido en un campo de disputa entre clases. Antonio Gramsci (1891-1937 político y filósofo italiano) decía que la sociedad necesita una reforma “moral” aunque no en un sentido “moralizante”.

Explicaba que la corrupción es una forma de gobierno que gangrena a las clases dominantes, pero también impregna de comportamientos y sentidos a los subalternos.

[… Como siempre, la lluvia de podredumbre de los de arriba acaba por mojar a los de abajo…]

De ahí que; "Algunos predican una moral que no ejercen y otros ejercen una moral que no predican"

En términos coloquiales entendemos que “corrupción” es disponer de medios, recursos y patrimonio público para beneficios privados ajenos al interés social, así como otras formas de saqueo, formas que han cambiado en el tiempo y la cultura de cada pueblo.

Por supuesto que no es lo mismo la existencia de casos individuales y aislados de corrupción que la proliferación sistemática de los mismos, sin embargo los motivos tiene un mismo origen, como: las pasiones, la avaricia, la codicia, la ambición y los vicios que forman parte del coctel de inclinaciones impetuosas que tenemos los seres humanos para buscar lo que deseamos.

Antivalores que como todas las pasiones, nos mueven a desenfrenos, con el resultado de perjudicar y dañar a nuestros semejantes.

Así que el estilo podría cambiar pero el fin sigue siendo el mismo.

[… El uso del poder a cambio de “quedar bien” y otorgar beneficios a corto, mediano y largo plazo, para asegurar un “patrimonio” que reluce de engaños, falsedades, mentiras, chantajes, caprichos, manías y costumbres, bajo la sombra de la corrupción; enfermedad moral, asociada a un gusto patológico por el dinero, que ha causado tanto daño a la sociedad ...]

Jorge Luis Borges en un fragmento del poema “La prueba” se refiere;

Del otro lado de la puerta un hombre deja caer su corrupción. En vano elevará esta noche una plegaria a su curioso dios, que es tres, dos, uno,

y se dirá que es inmortal.