/ jueves 19 de mayo de 2022

Cortinas de humo 

Los incendios forestales que de manera cada vez más común vemos son uno de los principales problemas que enfrenta el medio ambiente, aunque en este caso no son cortinas de humo, sino la señal más clara de los cada vez más evidentes estragos del cambio climático.

Sin embargo, virtuosa como es, la naturaleza actúa en la misma proporción en la que nosotros mismos la afectamos o beneficiamos; en condiciones normales los incendios son parte del proceso dinámico de los ecosistemas, pero los siniestros actualmente activos rebasan no sólo la capacidad de la propia naturaleza, sino la de las mismas autoridades para poder mitigarlos.

Se ha dicho antes ya en este espacio, quizá hay resistencia pero hay que aceptar lo evidente: las cuestiones ambientales están estrechamente relacionadas con nuestra manera de vivir y con los medios que para ello tenemos. Los incendios afectan de manera directa la disponibilidad de productos alimenticios y maderables, lo que constituye un problema socioeconómico.

De acuerdo con la Comisión Nacional Forestal, en el país se registran 72 incendios forestales que, de manera preliminar han afectado hasta ese momento más de 36 mil hectáreas en 18 estados y que son sofocados con los esfuerzos de casi 2,500 personas y de esta estadística, Chihuahua es la entidad que encabeza el número de incendios. Si a lo anterior le sumamos la situación de sequía por la que atraviesa nuestro estado y que reduce la humedad del suelo, tenemos las condiciones idóneas para que los incendios se propaguen como virus y se extiendan por territorios cada vez más amplios, manteniéndose activos por periodos más largos.

Cabe señalar que para sofocar los incendios no solo las autoridades se coordinan, sino que se cuenta con la participación de personas voluntarias a quienes los une el único interés de preservar lo que para muchos es su hogar, lo que vuelve necesario además de actuar a nivel institucional, emprender acciones que muestren solidaridad para con las personas que mitigan de manera directa los incendios forestales, poniendo en riesgo su salud e incluso su vida.

Es por ello que en esta entrega hago uso de este espacio para apelar a su solidaridad y apoyar la colecta que se hará de alimentos no perecederos y agua embotellada para apoyar a las y los brigadistas, invitándole a que acuda a los diferentes puntos de acopio que, en conjunto con el Congreso del Estado, la UACJ, el Tecnológico de Ciudad Juárez y la misma ciudadanía se han instalado; si usted anda en Aldama puede pasar a Fotografía Martínez y a la Hierbería “El Coreano”; si se encuentra en Ciudad Juárez, el Museo Regional del Valle de Juárez, La Pleurotera, además de las instituciones educativas referidas y la casa de enlace de quien le escribe reciben con agradecimiento sus aportaciones.

Recordemos que hay personas que tienen meses mitigando el fuego no a beneficio propio, sino de las comunidades, por lo que participar de esta colecta más que un apoyo, es un reconocimiento a esta noble labor.

Los incendios forestales que de manera cada vez más común vemos son uno de los principales problemas que enfrenta el medio ambiente, aunque en este caso no son cortinas de humo, sino la señal más clara de los cada vez más evidentes estragos del cambio climático.

Sin embargo, virtuosa como es, la naturaleza actúa en la misma proporción en la que nosotros mismos la afectamos o beneficiamos; en condiciones normales los incendios son parte del proceso dinámico de los ecosistemas, pero los siniestros actualmente activos rebasan no sólo la capacidad de la propia naturaleza, sino la de las mismas autoridades para poder mitigarlos.

Se ha dicho antes ya en este espacio, quizá hay resistencia pero hay que aceptar lo evidente: las cuestiones ambientales están estrechamente relacionadas con nuestra manera de vivir y con los medios que para ello tenemos. Los incendios afectan de manera directa la disponibilidad de productos alimenticios y maderables, lo que constituye un problema socioeconómico.

De acuerdo con la Comisión Nacional Forestal, en el país se registran 72 incendios forestales que, de manera preliminar han afectado hasta ese momento más de 36 mil hectáreas en 18 estados y que son sofocados con los esfuerzos de casi 2,500 personas y de esta estadística, Chihuahua es la entidad que encabeza el número de incendios. Si a lo anterior le sumamos la situación de sequía por la que atraviesa nuestro estado y que reduce la humedad del suelo, tenemos las condiciones idóneas para que los incendios se propaguen como virus y se extiendan por territorios cada vez más amplios, manteniéndose activos por periodos más largos.

Cabe señalar que para sofocar los incendios no solo las autoridades se coordinan, sino que se cuenta con la participación de personas voluntarias a quienes los une el único interés de preservar lo que para muchos es su hogar, lo que vuelve necesario además de actuar a nivel institucional, emprender acciones que muestren solidaridad para con las personas que mitigan de manera directa los incendios forestales, poniendo en riesgo su salud e incluso su vida.

Es por ello que en esta entrega hago uso de este espacio para apelar a su solidaridad y apoyar la colecta que se hará de alimentos no perecederos y agua embotellada para apoyar a las y los brigadistas, invitándole a que acuda a los diferentes puntos de acopio que, en conjunto con el Congreso del Estado, la UACJ, el Tecnológico de Ciudad Juárez y la misma ciudadanía se han instalado; si usted anda en Aldama puede pasar a Fotografía Martínez y a la Hierbería “El Coreano”; si se encuentra en Ciudad Juárez, el Museo Regional del Valle de Juárez, La Pleurotera, además de las instituciones educativas referidas y la casa de enlace de quien le escribe reciben con agradecimiento sus aportaciones.

Recordemos que hay personas que tienen meses mitigando el fuego no a beneficio propio, sino de las comunidades, por lo que participar de esta colecta más que un apoyo, es un reconocimiento a esta noble labor.