/ viernes 25 de septiembre de 2020

El Espectador | De Bangladesh a Tapachula, para entrar a Estados Unidos

Mohamad Milon Hossain, de 39 años, admitió que conspiró para meter a sus paisanos de Bangladesh a Estados Unidos, a través de un esquema que implicaba viajar de Asia a Tapachula, y también pasar por Monterrey. Este sujeto ofrecía a sus connacionales, con una red muy bien establecida que implicaba la administración de un hotel en Chiapas, boletos de avión y asistencia para cruzar ilegalmente a buscar el sueño americano. La mayoría llegaba primero a Brasil, y desde la nación de Bolsonaro, avanzaba hasta el territorio mexicano.

El esquema de Hossain para meter ilegales a Estados Unidos, aprovechando como plataforma Chiapas y Monterrey, puso en riesgo la seguridad nacional, dijo Brian A. Benczkowski, del Departamento de Justicia de EU. En marzo de este año, sin mucho ruido, el traficante de humanos se declaró culpable, después de un operativo realizado en el sur de México del que poco se sabe, y que implica una red de complicidades en todo el continente.

La Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), que hoy encabeza Marcelo Ebrard Casaubon, indica sobre Bangladesh:

“En julio de 2016, se registró un ataque masivo en el cual el blanco fueron nacionales extranjeros en un café de la zona diplomática de Daca. El último ataque terrorista mayor fue en mayo de 2017. Existen riesgos de nuevos ataques, especialmente en congregaciones masivas, considerando que hay información que sugiere que existen grupos terroristas transnacionales operando en el territorio de Bangladesh”.

Y eso habla también de las alertas que están encendidas en Estados Unidos por el asunto, tomando en cuenta además que en la prensa asiática el paso de gente de India y Bangladesh en busca de llegar a alguna ciudad estadounidense en busca de un mejor futuro, es información muy relevante, pues México es sinónimo de violencia y grandes riesgos que implica jugarse la vida con todo y menores.

El Sol de México le informó a finales del año pasado que se habían detenido a tres mil 596 migrantes indios, mil 342 de Bangladesh y 159 de Sri Lanka, nacionalidades que son aprovechadas por los traficantes de personas que les cobran hasta 15 mil dólares para llevarlos hasta Estados Unidos, sin papeles. Manpreet Vohra, embajador de India en México, dijo a este diario esta semana que se debe actuar contra las redes de tráfico de personas y que continúan pidiéndole al gobierno de este país que investigue y procese a esas bandas.

Poco se habla en México de los asiáticos y europeos traficando personas, aunque en Estados Unidos siguen pensando que este es un asunto de seguridad nacional que va más allá de hablar de migrantes centroamericanos huyendo de conflictos políticos, bandas del crimen y hasta del cambio climático. Más que remesas, ellos ven peligro y silencio.

Mohamad Milon Hossain, de 39 años, admitió que conspiró para meter a sus paisanos de Bangladesh a Estados Unidos, a través de un esquema que implicaba viajar de Asia a Tapachula, y también pasar por Monterrey. Este sujeto ofrecía a sus connacionales, con una red muy bien establecida que implicaba la administración de un hotel en Chiapas, boletos de avión y asistencia para cruzar ilegalmente a buscar el sueño americano. La mayoría llegaba primero a Brasil, y desde la nación de Bolsonaro, avanzaba hasta el territorio mexicano.

El esquema de Hossain para meter ilegales a Estados Unidos, aprovechando como plataforma Chiapas y Monterrey, puso en riesgo la seguridad nacional, dijo Brian A. Benczkowski, del Departamento de Justicia de EU. En marzo de este año, sin mucho ruido, el traficante de humanos se declaró culpable, después de un operativo realizado en el sur de México del que poco se sabe, y que implica una red de complicidades en todo el continente.

La Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), que hoy encabeza Marcelo Ebrard Casaubon, indica sobre Bangladesh:

“En julio de 2016, se registró un ataque masivo en el cual el blanco fueron nacionales extranjeros en un café de la zona diplomática de Daca. El último ataque terrorista mayor fue en mayo de 2017. Existen riesgos de nuevos ataques, especialmente en congregaciones masivas, considerando que hay información que sugiere que existen grupos terroristas transnacionales operando en el territorio de Bangladesh”.

Y eso habla también de las alertas que están encendidas en Estados Unidos por el asunto, tomando en cuenta además que en la prensa asiática el paso de gente de India y Bangladesh en busca de llegar a alguna ciudad estadounidense en busca de un mejor futuro, es información muy relevante, pues México es sinónimo de violencia y grandes riesgos que implica jugarse la vida con todo y menores.

El Sol de México le informó a finales del año pasado que se habían detenido a tres mil 596 migrantes indios, mil 342 de Bangladesh y 159 de Sri Lanka, nacionalidades que son aprovechadas por los traficantes de personas que les cobran hasta 15 mil dólares para llevarlos hasta Estados Unidos, sin papeles. Manpreet Vohra, embajador de India en México, dijo a este diario esta semana que se debe actuar contra las redes de tráfico de personas y que continúan pidiéndole al gobierno de este país que investigue y procese a esas bandas.

Poco se habla en México de los asiáticos y europeos traficando personas, aunque en Estados Unidos siguen pensando que este es un asunto de seguridad nacional que va más allá de hablar de migrantes centroamericanos huyendo de conflictos políticos, bandas del crimen y hasta del cambio climático. Más que remesas, ellos ven peligro y silencio.