/ miércoles 14 de octubre de 2020

El Espectador | Farmacéuticas, su martes 13

“Ha habido mucho sabotaje de parte de las empresas que abastecían los medicamentos al Gobierno, estamos hablando de intereses creados”.

Eso dijo el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, y encendió las alarmas en el sector farmacéutico. Entre empresarios, no es secreto que un grupo importante de gente que se dedica al negocio de las medicinas en este país está furioso porque los viejos contactos, los viejos amigos, ya no pueden darles contratos. Es el momento de otros empresarios, de los empresarios amigos de los nuevos políticos en el poder. Y a ellos no han logrado llegar fácilmente.

“Se les compraban a estas empresas, a 10 empresas, como 70 mil millones de pesos, entonces vendían al doble, al triple del valor de las medicinas, no abastecían, se robaban el dinero de las medicinas. Por eso no había abasto en los centros de salud, en los hospitales y estaban completamente articuladas al gobierno, no había frontera entre funcionarios y empresarios encargados de la venta de medicamentos”, externó el mandatario durante su mañanera. Eso se llama cártel.

Al escuchar al político en el poder, de inmediato se piensa que ya está avanzada la investigación y comenzarán a surgir nombres, probablemente de personajes que mantienen sus cuentas en paraísos fiscales lejanos y que en estos momentos han decidido no luchar por contratos hasta tener certeza que ellos no están en la mira de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), de Santiago Nieto Castillo, ni de Irma Eréndira Sandoval, y la Secretaría de la Función Pública (SFP). Incluso, como se ha documentado en El Sol de México, fingen que desaparecen sus empresas o distribuidoras, y crean nuevas con otros directivos y prestanombres, para comenzar a participar en las licitaciones sin ser detectados.

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“Entonces, se tomó la decisión de comprar los medicamentos en forma transparente, se le pidió a la ONU para que ellos sean los que compren los medicamentos en el mundo en las mejores condiciones”, dijo López Obrador, generando nuevamente que esos grupos de farmacéuticos lancen mensajes alrededor de las redes sociales argumentando que se comprará a extranjeros el medicamente para México, cuando bien saben que los hospitales, clínicas y farmacias de esta nación están llenas de curas que vienen de todos los rincones del mundo y que ellos solamente se encargaban de gestionar permisos de importación que les dejaban muy buenos dividendos.

“Ha habido una campaña fuertísima de estas empresas y han utilizado el desabasto de medicamentos que se ha dado por falta de estos productos en el mercado, lo que tiene que ver con las niñas, con los niños de cáncer, como una campaña permanente de ataques al gobierno, también muy difundida en los medios de comunicación porque, aunque parezca increíble, hasta los periódicos tenían que ver con el negocio de la venta de medicamentos. Entonces, los entiendo bien, están molestos porque ya se acabó la robadera”.

Todo indica que el Presidente ya sabe que dentro de esos grupos hay mucho malestar y no lo dejarán en paz fácilmente, tienen dinero, tiempo y ánimos de venganza que les permiten arrojar piedras sin enseñar la mano. Y la mano negra, que el mandatario menciona, comienza a ganar adeptos en otras industrias. Pero también deja a los niños con cáncer y sus familias desahuciadas como víctimas de esta guerra comercial que llegó a su punto de no retorno. Los empresarios de las farmacéuticas, deberían recapacitar, no están ayudando al país tampoco.

“Ha habido mucho sabotaje de parte de las empresas que abastecían los medicamentos al Gobierno, estamos hablando de intereses creados”.

Eso dijo el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, y encendió las alarmas en el sector farmacéutico. Entre empresarios, no es secreto que un grupo importante de gente que se dedica al negocio de las medicinas en este país está furioso porque los viejos contactos, los viejos amigos, ya no pueden darles contratos. Es el momento de otros empresarios, de los empresarios amigos de los nuevos políticos en el poder. Y a ellos no han logrado llegar fácilmente.

“Se les compraban a estas empresas, a 10 empresas, como 70 mil millones de pesos, entonces vendían al doble, al triple del valor de las medicinas, no abastecían, se robaban el dinero de las medicinas. Por eso no había abasto en los centros de salud, en los hospitales y estaban completamente articuladas al gobierno, no había frontera entre funcionarios y empresarios encargados de la venta de medicamentos”, externó el mandatario durante su mañanera. Eso se llama cártel.

Al escuchar al político en el poder, de inmediato se piensa que ya está avanzada la investigación y comenzarán a surgir nombres, probablemente de personajes que mantienen sus cuentas en paraísos fiscales lejanos y que en estos momentos han decidido no luchar por contratos hasta tener certeza que ellos no están en la mira de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), de Santiago Nieto Castillo, ni de Irma Eréndira Sandoval, y la Secretaría de la Función Pública (SFP). Incluso, como se ha documentado en El Sol de México, fingen que desaparecen sus empresas o distribuidoras, y crean nuevas con otros directivos y prestanombres, para comenzar a participar en las licitaciones sin ser detectados.

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“Entonces, se tomó la decisión de comprar los medicamentos en forma transparente, se le pidió a la ONU para que ellos sean los que compren los medicamentos en el mundo en las mejores condiciones”, dijo López Obrador, generando nuevamente que esos grupos de farmacéuticos lancen mensajes alrededor de las redes sociales argumentando que se comprará a extranjeros el medicamente para México, cuando bien saben que los hospitales, clínicas y farmacias de esta nación están llenas de curas que vienen de todos los rincones del mundo y que ellos solamente se encargaban de gestionar permisos de importación que les dejaban muy buenos dividendos.

“Ha habido una campaña fuertísima de estas empresas y han utilizado el desabasto de medicamentos que se ha dado por falta de estos productos en el mercado, lo que tiene que ver con las niñas, con los niños de cáncer, como una campaña permanente de ataques al gobierno, también muy difundida en los medios de comunicación porque, aunque parezca increíble, hasta los periódicos tenían que ver con el negocio de la venta de medicamentos. Entonces, los entiendo bien, están molestos porque ya se acabó la robadera”.

Todo indica que el Presidente ya sabe que dentro de esos grupos hay mucho malestar y no lo dejarán en paz fácilmente, tienen dinero, tiempo y ánimos de venganza que les permiten arrojar piedras sin enseñar la mano. Y la mano negra, que el mandatario menciona, comienza a ganar adeptos en otras industrias. Pero también deja a los niños con cáncer y sus familias desahuciadas como víctimas de esta guerra comercial que llegó a su punto de no retorno. Los empresarios de las farmacéuticas, deberían recapacitar, no están ayudando al país tampoco.