/ martes 16 de febrero de 2021

EL HUBIERA… 05

¿QUIÉN PRETENDE CENSURAR A QUIÉN?

Nadie imagino la fuerza que las redes sociales adquirirían al paso de pocos años de haber salido al espectro radioeléctrico, fue tal el impacto que en veinte años cambió de forma vertiginosa la forma de influenciar a amplios sectores de la sociedad; en 1981 Internet, en 2004 Facebook, en 2005 You Tube y en 2006 Twitter, inician sucesivamente sus operaciones, como empresas evidentemente privadas y fue volitivo quienes han ido accediendo a ellas en beneficio mutuo; el usuario modifico su forma de relacionarse, de informarse, de comunicarse y de socializar sin que fuera de forma presencial y las empresas propietarias de estas redes fueron refinando sus formas de obtener ganancias, las redes irrumpieron en forma por demás insólita en la comunidad internacional, ante los impactos de estas actividades en la educación, la ciencia, la tecnología, en la sociedad misma, estas empresas fueron generando sus propias reglas que a la fecha siguen manejando a su libre albedrio.

No perdamos de vista, son redes sociales de origen y administración privada y son de carácter global, interactúan en la gran mayoría de los países en el mundo con excepciones en Asia, ante el uso masificado de estas nuevas vías, no se previó una legislación meticulosa en el marco del derecho internacional para su debido uso y México no es excepción, es decir carecemos de un marco legal que otorgue certidumbre jurídica, ética, social, etc. a los usuarios de estas redes.

En el 2021 Twitter suspendió cuentas del célebre Donald Trump, causando que en algunas partes del orbe salieran de forma automática diversos defensores gratuitos de él, en México el presidente de la República salió a decir ¿qué porque se le censuraba?, el Presidente también señalo como un mal ejemplo, a un ejecutivo de Twitter-México de nombre Hugo Rodríguez Nicolt afirmo que practicaba la censura, menciono que era de afiliación panista por haber colaborado en el Senado de la Republica 2006-2012, otro defensor fue el senador Ricardo Monreal, dijo que el senado iba a legislar para evitar que una empresa privada censurara a un particular o a un gobernante; ¡que no era posible¡ el senador en comento lanzo un propuesta para regular las empresas que generan las redes sociales, ya se han dado observaciones de los pros y contras del documento. Vale comentar que unas semanas después el titular del poder ejecutivo federal, contradecía al senador Monreal (10 de febrero, en la mañanera) afirmando que no estaba de acuerdo con una ley que censurara, que él deseaba la libertad lo que puede entenderse como una nueva paradoja en el gobierno federal actual.

Recordemos, el argumento de Twitter fue que los constantes tuits de Donald Trump eran ofensivos e incitadores de violencia y también hacia aseveraciones que no había forma de que las demostrara. Otros muchos casos hubieran podido ser defendidos con cierta holgura el de Donald Trump… difícil, hasta donde se debe permitir el uso de estas redes en forma evidentemente negativa que puedan causar daños y hasta ser constitutivos de delitos individuales y sociales.

La regulación de las redes sociales es un imperativo ético y jurídico; en el tiempo, el espacio y las circunstancias actuales, si algo pudiéramos lamentar seria; porque tuvimos que esperar que, a un personaje de la estatura de Donald Trump, Twitter le aplicara sus reglas, para poder salir a poner sobre la mesa de la discusión pública el tema, ¿por qué no lo iniciamos antes? ¿por qué tenía que ser un evento sucedido en el extranjero el que llamara la atención de nuestros gobernantes y representante populares?

Es una realidad que nos rebasa ante el vértigo de los cambios tecnológicos y de la propia globalización. ¡Es un debate en ciernes, cubierto de paradojas! la gran pregunta es ¿hasta dónde puedes censurar la censura, sin que censures?

¿QUIÉN PRETENDE CENSURAR A QUIÉN?

Nadie imagino la fuerza que las redes sociales adquirirían al paso de pocos años de haber salido al espectro radioeléctrico, fue tal el impacto que en veinte años cambió de forma vertiginosa la forma de influenciar a amplios sectores de la sociedad; en 1981 Internet, en 2004 Facebook, en 2005 You Tube y en 2006 Twitter, inician sucesivamente sus operaciones, como empresas evidentemente privadas y fue volitivo quienes han ido accediendo a ellas en beneficio mutuo; el usuario modifico su forma de relacionarse, de informarse, de comunicarse y de socializar sin que fuera de forma presencial y las empresas propietarias de estas redes fueron refinando sus formas de obtener ganancias, las redes irrumpieron en forma por demás insólita en la comunidad internacional, ante los impactos de estas actividades en la educación, la ciencia, la tecnología, en la sociedad misma, estas empresas fueron generando sus propias reglas que a la fecha siguen manejando a su libre albedrio.

No perdamos de vista, son redes sociales de origen y administración privada y son de carácter global, interactúan en la gran mayoría de los países en el mundo con excepciones en Asia, ante el uso masificado de estas nuevas vías, no se previó una legislación meticulosa en el marco del derecho internacional para su debido uso y México no es excepción, es decir carecemos de un marco legal que otorgue certidumbre jurídica, ética, social, etc. a los usuarios de estas redes.

En el 2021 Twitter suspendió cuentas del célebre Donald Trump, causando que en algunas partes del orbe salieran de forma automática diversos defensores gratuitos de él, en México el presidente de la República salió a decir ¿qué porque se le censuraba?, el Presidente también señalo como un mal ejemplo, a un ejecutivo de Twitter-México de nombre Hugo Rodríguez Nicolt afirmo que practicaba la censura, menciono que era de afiliación panista por haber colaborado en el Senado de la Republica 2006-2012, otro defensor fue el senador Ricardo Monreal, dijo que el senado iba a legislar para evitar que una empresa privada censurara a un particular o a un gobernante; ¡que no era posible¡ el senador en comento lanzo un propuesta para regular las empresas que generan las redes sociales, ya se han dado observaciones de los pros y contras del documento. Vale comentar que unas semanas después el titular del poder ejecutivo federal, contradecía al senador Monreal (10 de febrero, en la mañanera) afirmando que no estaba de acuerdo con una ley que censurara, que él deseaba la libertad lo que puede entenderse como una nueva paradoja en el gobierno federal actual.

Recordemos, el argumento de Twitter fue que los constantes tuits de Donald Trump eran ofensivos e incitadores de violencia y también hacia aseveraciones que no había forma de que las demostrara. Otros muchos casos hubieran podido ser defendidos con cierta holgura el de Donald Trump… difícil, hasta donde se debe permitir el uso de estas redes en forma evidentemente negativa que puedan causar daños y hasta ser constitutivos de delitos individuales y sociales.

La regulación de las redes sociales es un imperativo ético y jurídico; en el tiempo, el espacio y las circunstancias actuales, si algo pudiéramos lamentar seria; porque tuvimos que esperar que, a un personaje de la estatura de Donald Trump, Twitter le aplicara sus reglas, para poder salir a poner sobre la mesa de la discusión pública el tema, ¿por qué no lo iniciamos antes? ¿por qué tenía que ser un evento sucedido en el extranjero el que llamara la atención de nuestros gobernantes y representante populares?

Es una realidad que nos rebasa ante el vértigo de los cambios tecnológicos y de la propia globalización. ¡Es un debate en ciernes, cubierto de paradojas! la gran pregunta es ¿hasta dónde puedes censurar la censura, sin que censures?