/ sábado 21 de noviembre de 2020

El mundo de Einstein

¡Qué extraña suerte la de nosotros los mortales! Estamos aquí por un breve período; no sabemos con qué propósito, aunque a veces creemos percibirlo.

¿Alguien recuerda este precepto?

Albert Einstein, lo dio a conocer en su obra titulada “El Mundo Como Yo Lo Veo” publicada en 1934.

Einstein fue un humanista preocupado por el bien común, su ideal político fue la democracia; mencionaba que “El individuo tiene que ser respetado en tanto persona”. Y el camino para lograrlo era la tolerancia que traía consigo el valor del respeto y la prudencia.

No sólo criticar, sino aportar y/o complementar las ideas y entender los puntos de vista de los demás. Precisamente en esa línea, anhelaba despertar el sentido de responsabilidad moral entre los líderes mundiales.

Albert Einstein no estaba equivocado, si aplicamos esa forma de ver la vida de años 30’s en que pronuncio este enunciado, podría ser aplicado a la condición que estamos viviendo por la pandemia de covid-19.

Desde luego que las familias están pasando adversidades, carencias y limitaciones; pero también debe existir una oportunidad para salir de esta condicion.

Sabemos que no es fácil, sin embargo ante aquello que no tiene explicación surge la fe, la generosidad y la confianza y me refiero a los valores que se consolidan cuando conocemos a la gente más cercana de nuestra vida, como son nuestra familia y el círculo de amistades que transforman, construyen y ven en algo positivo en aquello que nos hace daño.

La pandemia ha puesto en la balanza una renovación de valores que mueven a las sociedades actuales, de tal forma que lo cotidiano se vuelve placentero, como: escuchar música, leer un libro, compartir momentos con la familia y las amistades más cercanas, así que lo cotidiano se ha convertido en una prioridad de muchos; ejerciendo fortalezas fundamentales como; la prudencia, la resiliencia y la disciplina.

En el caso de la prudencia, también es importante recordar a Baltasar Gracián, quien en 1647 publicó el “Oráculo Manual y Arte de la Prudencia”, obra literaria perteneciente a la prosa didáctica que contiene 300 aforismos, que son un conjunto de normas comentadas, para triunfar en una sociedad compleja, como la de aquella época.

Curiosamente las expresiones de Albert Einstein y las de Baltasar Gracián, surgieron en tiempos muy distantes, pero sin lugar a dudas, son aplicables a la sociedad del siglo XXI.

Nos dan a conocer que las pequeñas cosas e insignificantes que surgen el día de hoy, cuando las miras hacia atrás, te darás cuenta de que fueron grandes cosas que edificaron parte de tu vida.

Porque más allá de aprender de la rutina, la crisis sanitaria provocada por el coronavirus, ha permitido conocer e interiorizar nuevos valores.

Tras lo vivido tenemos que actuar en consecuencia y solidaridad, ya que solo actuando de manera prudente demostraremos nuestra responsabilidad.

Desde luego que la creatividad y la sencillez también destacan entre esas nuevas aptitudes.

De tal forma que es necesario establecer nuevas prioridades para una nueva era que sin duda podremos compartir; después de vivir meses con incertidumbre y al mismo tiempo con un gran aprendizaje.

Así que, pase lo que pase, hay que ser resiliente y luchar por los sueños.

Porque sin temor a equivocarme, nos hemos dado cuenta que estamos aquí por un breve período de tiempo como lo mencionaba Einstein; pero muchos ya tienen el propósito de darle el verdadero valor a la vida.

Ahora sabemos con toda seguridad, qué es resurgir sin distinción, de esta condición causada por el Covid-19, con vista a un futuro esperanzador para todos.

De actuar con prudencia, responsabilidad, tolerancia y generosidad; valores y reglas universales, que surgen para hacer correctamente las cosas dentro de una sociedad convulsa.

Lo que bien es cierto, es que estos valores forman parte de una tradición de otras culturas y pueblos, lo que ha permitido afrontar los desafíos del mundo globalizado; con gran determinación.

Sabemos que vivir la vida, se convierte en un arte cuando sabemos convivir en sociedad, comulgando con algo de prudencia y carácter; pero también con educación y respeto; ya que cuando se presentan tiempos caóticos, lo más importante es evitar caer en actos irracionales que nos afectan a todos como sociedad.

¡Qué extraña suerte la de nosotros los mortales! Estamos aquí por un breve período; no sabemos con qué propósito, aunque a veces creemos percibirlo.

¿Alguien recuerda este precepto?

Albert Einstein, lo dio a conocer en su obra titulada “El Mundo Como Yo Lo Veo” publicada en 1934.

Einstein fue un humanista preocupado por el bien común, su ideal político fue la democracia; mencionaba que “El individuo tiene que ser respetado en tanto persona”. Y el camino para lograrlo era la tolerancia que traía consigo el valor del respeto y la prudencia.

No sólo criticar, sino aportar y/o complementar las ideas y entender los puntos de vista de los demás. Precisamente en esa línea, anhelaba despertar el sentido de responsabilidad moral entre los líderes mundiales.

Albert Einstein no estaba equivocado, si aplicamos esa forma de ver la vida de años 30’s en que pronuncio este enunciado, podría ser aplicado a la condición que estamos viviendo por la pandemia de covid-19.

Desde luego que las familias están pasando adversidades, carencias y limitaciones; pero también debe existir una oportunidad para salir de esta condicion.

Sabemos que no es fácil, sin embargo ante aquello que no tiene explicación surge la fe, la generosidad y la confianza y me refiero a los valores que se consolidan cuando conocemos a la gente más cercana de nuestra vida, como son nuestra familia y el círculo de amistades que transforman, construyen y ven en algo positivo en aquello que nos hace daño.

La pandemia ha puesto en la balanza una renovación de valores que mueven a las sociedades actuales, de tal forma que lo cotidiano se vuelve placentero, como: escuchar música, leer un libro, compartir momentos con la familia y las amistades más cercanas, así que lo cotidiano se ha convertido en una prioridad de muchos; ejerciendo fortalezas fundamentales como; la prudencia, la resiliencia y la disciplina.

En el caso de la prudencia, también es importante recordar a Baltasar Gracián, quien en 1647 publicó el “Oráculo Manual y Arte de la Prudencia”, obra literaria perteneciente a la prosa didáctica que contiene 300 aforismos, que son un conjunto de normas comentadas, para triunfar en una sociedad compleja, como la de aquella época.

Curiosamente las expresiones de Albert Einstein y las de Baltasar Gracián, surgieron en tiempos muy distantes, pero sin lugar a dudas, son aplicables a la sociedad del siglo XXI.

Nos dan a conocer que las pequeñas cosas e insignificantes que surgen el día de hoy, cuando las miras hacia atrás, te darás cuenta de que fueron grandes cosas que edificaron parte de tu vida.

Porque más allá de aprender de la rutina, la crisis sanitaria provocada por el coronavirus, ha permitido conocer e interiorizar nuevos valores.

Tras lo vivido tenemos que actuar en consecuencia y solidaridad, ya que solo actuando de manera prudente demostraremos nuestra responsabilidad.

Desde luego que la creatividad y la sencillez también destacan entre esas nuevas aptitudes.

De tal forma que es necesario establecer nuevas prioridades para una nueva era que sin duda podremos compartir; después de vivir meses con incertidumbre y al mismo tiempo con un gran aprendizaje.

Así que, pase lo que pase, hay que ser resiliente y luchar por los sueños.

Porque sin temor a equivocarme, nos hemos dado cuenta que estamos aquí por un breve período de tiempo como lo mencionaba Einstein; pero muchos ya tienen el propósito de darle el verdadero valor a la vida.

Ahora sabemos con toda seguridad, qué es resurgir sin distinción, de esta condición causada por el Covid-19, con vista a un futuro esperanzador para todos.

De actuar con prudencia, responsabilidad, tolerancia y generosidad; valores y reglas universales, que surgen para hacer correctamente las cosas dentro de una sociedad convulsa.

Lo que bien es cierto, es que estos valores forman parte de una tradición de otras culturas y pueblos, lo que ha permitido afrontar los desafíos del mundo globalizado; con gran determinación.

Sabemos que vivir la vida, se convierte en un arte cuando sabemos convivir en sociedad, comulgando con algo de prudencia y carácter; pero también con educación y respeto; ya que cuando se presentan tiempos caóticos, lo más importante es evitar caer en actos irracionales que nos afectan a todos como sociedad.