/ domingo 29 de octubre de 2023

El riesgo de ser intelectual 

“Conocer el lado tierno de una persona fría no tiene precio”

La opinión pública refiere que “Si la ignorancia da la felicidad”, ¿Es la inteligencia sinónimo de tristeza? A la conclusión que se llega, parece decir que ‘sí’.

La evidencia científica, ha mostrado que entre más privilegiado el nivel socio-económico, menor el riesgo de contraer varias enfermedades, incluidas las cardiovasculares.

Pero ahora, una nueva investigación encontró otro factor a tener en cuenta: el coeficiente intelectual de la persona.

Según el estudio -publicado en European Heart Journal (Revista Europea del Corazón)- la inteligencia de un individuo desempeña un papel importante en sus posibilidades de morir a causa de estos males.

Los científicos de las universidades de Glasgow y Edimburgo, en Escocia, compararon los historiales clínicos, el nivel socio-económico, educativo y profesional de 4,289 soldados retirados.

Descubrieron que, independientemente de los factores de riesgo conocidos, como tabaquismo, dieta pobre y falta de actividad física y del nivel socio-económico de los participantes, aquellos con un coeficiente intelectual más alto, mostraron 20% menos riesgo de morir por enfermedades cardiovasculares.

Esta información simplemente muestra que, a mayor intelecto, más conocimiento, es decir que "entre más inteligente una persona, mayor su capacidad de conocimiento para involucrarse en conductas saludables".

Según los autores, entender las condiciones en las que la gente nace, crece, vive y trabaja, es fundamental para combatir el problema de las desigualdades en salud.

Pero esto podría ser contradictorio, ya que está demostrado que "el coeficiente intelectual, no es la panacea universal”, debido a que el tabaquismo, la hipertensión y la obesidad y las diferencias en la mortalidad por enfermedades cardiovasculares, también las padecen aquellos que son calificados como intelectuales y sin ir tan lejos, incluso en nuestro país, el conocimiento de factores de riesgo, no es considerado.

Curiosamente, aunque parezca algo extraño, tener “características” de personas inteligentes, o parecer “intelectual” no le garantiza una vida fácil; ya que no todo puede ser bueno, y la inteligencia por supuesto no es la excepción a la regla.

Por otro lado, frecuentemente se dice que las personas inteligentes, casi siempre están habitadas por un vacío existencial, que rara vez ofrece una verdadera felicidad.

Interesante saber y presuponemos que las personas con un coeficiente intelectual alto, son las que generalmente, mejores trabajos obtienen, o los que más éxito deberían tener en la vida, pero esto es una verdadera falacia.

Está demostrado que en la escuela, los niños con grandes capacidades intelectuales, en ocasiones no son reconocidos e incluso son relegados, por ser considerados especiales.

De tal forma que parece que el éxito social, casi siempre se asocia a personalidades extrovertidas, pasionales, abiertas, con gran capacidad de diálogo, de atracción y superación personal.

Sin embargo, las personas con grandes capacidades se declaran infelices e insatisfechas.

Además, ser inteligente no garantiza tomar siempre la decisión correcta, razón por la que después de tomar cualquier decisión, se sienten verdaderamente insatisfechos, por creer que pudieron haber hecho algo mejor.

También es importante referir, que son muy sensibles a los problemas existenciales, y constantemente perciben este mundo frio y vacío; adicional a todo lo anterior, frecuentemente tienen niveles de estrés y ansiedad, lo que podría provocar problemas cardiovasculares que ponen en riesgo su vida.

Además, podrían hacer daño a otras personas sin darse cuenta, ya que siempre o casi siempre son se muestran “autosuficientes”.

Sin embargo, no se puede afirmar que todas las personas con un coeficiente intelectual muy elevado, son infelices.

No obstante, un gran porcentaje de ellos presentan problemas de depresión, ansiedad o una infelicidad que no saben muy bien cómo definir, ni cómo superar.

Y por supuesto que las enfermedades mencionadas, también las padecen como cualquier otro mortal, aunque se pregonen como intelectuales; porque la tradición oral de otras generaciones, tenía mayor conocimiento de las enfermedades, sin contar con la tecnología y la informática que tenemos en un <clic>

“Conocer el lado tierno de una persona fría no tiene precio”

La opinión pública refiere que “Si la ignorancia da la felicidad”, ¿Es la inteligencia sinónimo de tristeza? A la conclusión que se llega, parece decir que ‘sí’.

La evidencia científica, ha mostrado que entre más privilegiado el nivel socio-económico, menor el riesgo de contraer varias enfermedades, incluidas las cardiovasculares.

Pero ahora, una nueva investigación encontró otro factor a tener en cuenta: el coeficiente intelectual de la persona.

Según el estudio -publicado en European Heart Journal (Revista Europea del Corazón)- la inteligencia de un individuo desempeña un papel importante en sus posibilidades de morir a causa de estos males.

Los científicos de las universidades de Glasgow y Edimburgo, en Escocia, compararon los historiales clínicos, el nivel socio-económico, educativo y profesional de 4,289 soldados retirados.

Descubrieron que, independientemente de los factores de riesgo conocidos, como tabaquismo, dieta pobre y falta de actividad física y del nivel socio-económico de los participantes, aquellos con un coeficiente intelectual más alto, mostraron 20% menos riesgo de morir por enfermedades cardiovasculares.

Esta información simplemente muestra que, a mayor intelecto, más conocimiento, es decir que "entre más inteligente una persona, mayor su capacidad de conocimiento para involucrarse en conductas saludables".

Según los autores, entender las condiciones en las que la gente nace, crece, vive y trabaja, es fundamental para combatir el problema de las desigualdades en salud.

Pero esto podría ser contradictorio, ya que está demostrado que "el coeficiente intelectual, no es la panacea universal”, debido a que el tabaquismo, la hipertensión y la obesidad y las diferencias en la mortalidad por enfermedades cardiovasculares, también las padecen aquellos que son calificados como intelectuales y sin ir tan lejos, incluso en nuestro país, el conocimiento de factores de riesgo, no es considerado.

Curiosamente, aunque parezca algo extraño, tener “características” de personas inteligentes, o parecer “intelectual” no le garantiza una vida fácil; ya que no todo puede ser bueno, y la inteligencia por supuesto no es la excepción a la regla.

Por otro lado, frecuentemente se dice que las personas inteligentes, casi siempre están habitadas por un vacío existencial, que rara vez ofrece una verdadera felicidad.

Interesante saber y presuponemos que las personas con un coeficiente intelectual alto, son las que generalmente, mejores trabajos obtienen, o los que más éxito deberían tener en la vida, pero esto es una verdadera falacia.

Está demostrado que en la escuela, los niños con grandes capacidades intelectuales, en ocasiones no son reconocidos e incluso son relegados, por ser considerados especiales.

De tal forma que parece que el éxito social, casi siempre se asocia a personalidades extrovertidas, pasionales, abiertas, con gran capacidad de diálogo, de atracción y superación personal.

Sin embargo, las personas con grandes capacidades se declaran infelices e insatisfechas.

Además, ser inteligente no garantiza tomar siempre la decisión correcta, razón por la que después de tomar cualquier decisión, se sienten verdaderamente insatisfechos, por creer que pudieron haber hecho algo mejor.

También es importante referir, que son muy sensibles a los problemas existenciales, y constantemente perciben este mundo frio y vacío; adicional a todo lo anterior, frecuentemente tienen niveles de estrés y ansiedad, lo que podría provocar problemas cardiovasculares que ponen en riesgo su vida.

Además, podrían hacer daño a otras personas sin darse cuenta, ya que siempre o casi siempre son se muestran “autosuficientes”.

Sin embargo, no se puede afirmar que todas las personas con un coeficiente intelectual muy elevado, son infelices.

No obstante, un gran porcentaje de ellos presentan problemas de depresión, ansiedad o una infelicidad que no saben muy bien cómo definir, ni cómo superar.

Y por supuesto que las enfermedades mencionadas, también las padecen como cualquier otro mortal, aunque se pregonen como intelectuales; porque la tradición oral de otras generaciones, tenía mayor conocimiento de las enfermedades, sin contar con la tecnología y la informática que tenemos en un <clic>