/ jueves 7 de octubre de 2021

El rol de los intelectuales

La cultura y la educación son dos áreas fundamentales para legitimar cualquier ideología por muy grotesca que sea. Todos los movimientos políticos que han tenido la aceptación popular han tenido a sus intelectuales al servicio de los ideales buscados, divulgados en forma de opinión pública.

En este momento, en el país, los intelectuales no necesitan ser intelectuales, ni siquiera medianamente inteligentes, les basta con tener un poco de exposición mediática para difundir un sinnúmero de ideas carentes de todo rigor académico – científico, que sustente sus dichos y sus hechos.

Muchos erróneamente llamados intelectuales no han encontrado un espacio en la academia ni en las empresas, por lo que el gobierno es siempre una buena opción para que puedan obtener lo que su estructura de pensamiento no les pudo brindar. Y, algunos de ellos, sin duda, actúan con el resentimiento de no haber obtenido el reconocimiento necesario de manera voluntaria, adhiriendo al aparato coactivo.

Los intelectuales se encargan de dar fe y legalidad a las acciones violentas contra la ciudadanía, argumentando que, por el bien común, no puede haber cambios sin haber conflictos y confrontaciones. Se encargan de adoctrinar apenas encuentran un espacio para difundir sus ideas.

El adoctrinamiento es fundamental para fortalecer cualquier movimiento que no ha logrado convencer de forma contundente a la sociedad. Tomar la cultura y la educación se convierte en las herramientas más útiles. Y quienes difunden ideas distintas, terminan siendo indudablemente perseguidos.

Al final, lo que está sucediendo, la persecución, en contra de los 31 científicos del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología es de manual, es de instructivo. Son los primeros pasos que indica el manual del socialismo: tomar la cultura y la educación, y todo lo que esté fuera del límite indicado entonces es ilegal, es inmoral o engorda.

A esos 31 científicos del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, acusados de la mala utilización de dinero público, se les debe investigar y llegar hasta sus últimas consecuencias, pero no violentar sus derechos ni el debido proceso. Mientras, la sociedad debe tener muy en claro la gravedad de la situación. Son las ideas las que se encargan de estimular el proceso evolutivo de la sociedad, perseguirlas conduce al oscurantismo.

La cultura y la educación son dos áreas fundamentales para legitimar cualquier ideología por muy grotesca que sea. Todos los movimientos políticos que han tenido la aceptación popular han tenido a sus intelectuales al servicio de los ideales buscados, divulgados en forma de opinión pública.

En este momento, en el país, los intelectuales no necesitan ser intelectuales, ni siquiera medianamente inteligentes, les basta con tener un poco de exposición mediática para difundir un sinnúmero de ideas carentes de todo rigor académico – científico, que sustente sus dichos y sus hechos.

Muchos erróneamente llamados intelectuales no han encontrado un espacio en la academia ni en las empresas, por lo que el gobierno es siempre una buena opción para que puedan obtener lo que su estructura de pensamiento no les pudo brindar. Y, algunos de ellos, sin duda, actúan con el resentimiento de no haber obtenido el reconocimiento necesario de manera voluntaria, adhiriendo al aparato coactivo.

Los intelectuales se encargan de dar fe y legalidad a las acciones violentas contra la ciudadanía, argumentando que, por el bien común, no puede haber cambios sin haber conflictos y confrontaciones. Se encargan de adoctrinar apenas encuentran un espacio para difundir sus ideas.

El adoctrinamiento es fundamental para fortalecer cualquier movimiento que no ha logrado convencer de forma contundente a la sociedad. Tomar la cultura y la educación se convierte en las herramientas más útiles. Y quienes difunden ideas distintas, terminan siendo indudablemente perseguidos.

Al final, lo que está sucediendo, la persecución, en contra de los 31 científicos del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología es de manual, es de instructivo. Son los primeros pasos que indica el manual del socialismo: tomar la cultura y la educación, y todo lo que esté fuera del límite indicado entonces es ilegal, es inmoral o engorda.

A esos 31 científicos del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, acusados de la mala utilización de dinero público, se les debe investigar y llegar hasta sus últimas consecuencias, pero no violentar sus derechos ni el debido proceso. Mientras, la sociedad debe tener muy en claro la gravedad de la situación. Son las ideas las que se encargan de estimular el proceso evolutivo de la sociedad, perseguirlas conduce al oscurantismo.