/ sábado 5 de marzo de 2022

El ruido que nos agobia

“Nada como la voz del silencio, para aquellos que saben comprenderlo”

El ruido es una sensación auditiva desagradable, que se puede definir como todo aquello que es molesto para el oído.

Es el sonido no deseado, aquel que no tiene armonía y que interfiere en la comunicación de las personas o en sus actividades.

Sin embargo a pesar de la evidencia, los efectos del ruido sobre la salud, han captado poco la atención, e incluso son ignorados.

Así que cualquier sonido que una persona encuentre molesto e indeseable, se pude definir como “ruido”; que es calificado como un contaminante que perturba a las personas en su vida cotidiana.

El ruido se convierte en un contaminante, que surge por un desequilibrio entre el aumento de las emisiones acústicas y el comportamiento del sonido, afectando el bienestar físico, mental y social de una persona.

Desde el 2011, la Organización Mundial de la Salud, hizo un llamado de alerta acerca del riesgo de los efectos del ruido ambiental en la salud, al identificarlos como una carga de morbilidad, ya que provocan años de vida perdidos, esto referido al tráfico vehicular, entre los bocinazos y aceleraciones exageradas, que forman parte de lo que se considera como la más grave dificultad, en el tema de salud pública en las grandes ciudades; además se han asociado molestias, como: dolor de cabeza, falta de concentración, trastornos del sueño, cambios de comportamiento y enfermedades cardiovasculares, entre otros más.

Por todo lo anterior, se puede afirmar que toda persona, tiene el derecho a gozar de un medio ambiente sano y equilibrado, para su desarrollo social y laboral.

Así que ¿Quién no ha vivido escenarios tan comunes y contaminantes por el ruido?

Los ejemplos son tan complejos y diversos, como: las conversaciones y llamadas telefónicas de algunos compañeros de trabajo, que literalmente no hablan, sino que gritan y lo peor de todo es que, la conversación la tienen en el altavoz de un teléfono; también podría suceder que en las oficinas, se escucha la música del gusto y preferencia de quien ocupa aquella oficina.

¿Acaso no se dan cuenta?

Por otro lado también tenemos los ruidos que se generan en un vecindario, sin temor a equivocarme todos tenemos a algún vecino que llega a su casa a ciertas horas de la noche, tocando el claxon de su vehículo, para que le abran una reja o el portón y pueda guardar su automóvil, o también cuando se les ocurre martillar, serruchar y taladrar a ciertas horas, que no son las más oportunas, o tal vez cuando algún vecino tiene una reunión y termina con el famoso “karaoke”, que es algo tan común para entretenerse; así que todos los ahí reunidos, sacan al “artista” que llevan dentro, demostrando sus mejores dotes de “cantante”.

Los escenarios anteriores son muy comunes y los ruidos provocados son molestos o incluso hasta insoportables.

Pero surge la pregunta; ¿Porque se tiene que tolerar el ruido y a quien lo genera?

El ruido se ha convertido en un verdadero problema, que provoca estrés y ansiedad, incluso podría provocar discusiones y reclamos entre vecinos o compañeros de trabajo.

Sabemos que los ruidos forman parte de nuestra vida cotidiana, ya que continuamente estamos expuestos a fuentes sonoras del entorno natural, laboral y social, que no representan peligro para la salud.

Sin embargo, son muchas las situaciones en donde los niveles de ruido, son peligrosos para la salud y afectan nuestra calidad de vida.

Por todo lo anterior, es fundamental pensar en un ambiente acústico saludable y socialmente responsable, a través de acciones para reducir o eliminar las fuentes del ruido.

Desde luego que un paisaje sonoro, es una forma de comunicación con el medio que nos rodea, pero lamentablemente el paisaje queda oculto, por la contaminación acústica que conocemos como ruido.

Se requiere de un mejor entendimiento de todos, con plena consciencia de conocer los límites, de aquellos que tienen una percepción diferente sobre el ruido y de otros que tienen que tolerar el ruido de aquellos.

[…Lamentablemente esta percepción a pocos les interesa, porque algunos refieren que el ruido es absolutamente normal, olvidamos algo que desafortunadamente estamos perdiendo, aquello que se llama “respeto” y el propósito de lograr una convivencia en paisajes geográficos libres de contaminantes…]

Recordemos que tenemos la responsabilidad de cuidar un paisaje que tan solo es prestado, porque simplemente no nos pertenece, el cual es heredable a las siguientes generaciones.

“Nada como la voz del silencio, para aquellos que saben comprenderlo”

El ruido es una sensación auditiva desagradable, que se puede definir como todo aquello que es molesto para el oído.

Es el sonido no deseado, aquel que no tiene armonía y que interfiere en la comunicación de las personas o en sus actividades.

Sin embargo a pesar de la evidencia, los efectos del ruido sobre la salud, han captado poco la atención, e incluso son ignorados.

Así que cualquier sonido que una persona encuentre molesto e indeseable, se pude definir como “ruido”; que es calificado como un contaminante que perturba a las personas en su vida cotidiana.

El ruido se convierte en un contaminante, que surge por un desequilibrio entre el aumento de las emisiones acústicas y el comportamiento del sonido, afectando el bienestar físico, mental y social de una persona.

Desde el 2011, la Organización Mundial de la Salud, hizo un llamado de alerta acerca del riesgo de los efectos del ruido ambiental en la salud, al identificarlos como una carga de morbilidad, ya que provocan años de vida perdidos, esto referido al tráfico vehicular, entre los bocinazos y aceleraciones exageradas, que forman parte de lo que se considera como la más grave dificultad, en el tema de salud pública en las grandes ciudades; además se han asociado molestias, como: dolor de cabeza, falta de concentración, trastornos del sueño, cambios de comportamiento y enfermedades cardiovasculares, entre otros más.

Por todo lo anterior, se puede afirmar que toda persona, tiene el derecho a gozar de un medio ambiente sano y equilibrado, para su desarrollo social y laboral.

Así que ¿Quién no ha vivido escenarios tan comunes y contaminantes por el ruido?

Los ejemplos son tan complejos y diversos, como: las conversaciones y llamadas telefónicas de algunos compañeros de trabajo, que literalmente no hablan, sino que gritan y lo peor de todo es que, la conversación la tienen en el altavoz de un teléfono; también podría suceder que en las oficinas, se escucha la música del gusto y preferencia de quien ocupa aquella oficina.

¿Acaso no se dan cuenta?

Por otro lado también tenemos los ruidos que se generan en un vecindario, sin temor a equivocarme todos tenemos a algún vecino que llega a su casa a ciertas horas de la noche, tocando el claxon de su vehículo, para que le abran una reja o el portón y pueda guardar su automóvil, o también cuando se les ocurre martillar, serruchar y taladrar a ciertas horas, que no son las más oportunas, o tal vez cuando algún vecino tiene una reunión y termina con el famoso “karaoke”, que es algo tan común para entretenerse; así que todos los ahí reunidos, sacan al “artista” que llevan dentro, demostrando sus mejores dotes de “cantante”.

Los escenarios anteriores son muy comunes y los ruidos provocados son molestos o incluso hasta insoportables.

Pero surge la pregunta; ¿Porque se tiene que tolerar el ruido y a quien lo genera?

El ruido se ha convertido en un verdadero problema, que provoca estrés y ansiedad, incluso podría provocar discusiones y reclamos entre vecinos o compañeros de trabajo.

Sabemos que los ruidos forman parte de nuestra vida cotidiana, ya que continuamente estamos expuestos a fuentes sonoras del entorno natural, laboral y social, que no representan peligro para la salud.

Sin embargo, son muchas las situaciones en donde los niveles de ruido, son peligrosos para la salud y afectan nuestra calidad de vida.

Por todo lo anterior, es fundamental pensar en un ambiente acústico saludable y socialmente responsable, a través de acciones para reducir o eliminar las fuentes del ruido.

Desde luego que un paisaje sonoro, es una forma de comunicación con el medio que nos rodea, pero lamentablemente el paisaje queda oculto, por la contaminación acústica que conocemos como ruido.

Se requiere de un mejor entendimiento de todos, con plena consciencia de conocer los límites, de aquellos que tienen una percepción diferente sobre el ruido y de otros que tienen que tolerar el ruido de aquellos.

[…Lamentablemente esta percepción a pocos les interesa, porque algunos refieren que el ruido es absolutamente normal, olvidamos algo que desafortunadamente estamos perdiendo, aquello que se llama “respeto” y el propósito de lograr una convivencia en paisajes geográficos libres de contaminantes…]

Recordemos que tenemos la responsabilidad de cuidar un paisaje que tan solo es prestado, porque simplemente no nos pertenece, el cual es heredable a las siguientes generaciones.