El pueblo mexicano no celebra dos años de transformación. El pueblo mexicano sufre por un gobierno hostil y dictatorial que ha quedado mucho a deber.
Dudo y mucho, de algunas casas encuestadoras que afirman que el presidente López Obrador mantiene niveles de aceptación superiores al cincuenta por ciento.
Lo dudo por la destrucción de las instituciones, la caída de la economía, la política restrictiva, la atroz inseguridad y el perdón a los capos, por el diario enfrentamiento con todos y por todo del presidente López Obrador.
Lo dudo también por la nula inversión federal en Chihuahua y el persistente rompimiento con la pésima administración del gobernador Javier Corral.
No se entienden 18 años de campaña política, de plantones, de enfrentamientos, de crítica a las instituciones y, ahora que está en el poder, el país se le cae de las manos.
¿Corrupción, excesos, errores en el pasado? No está en duda, pero debe demostrarlo para que los tribunales castiguen conforme a Derecho a quienes dañaron al país.
Enfrentar todos los días a los mexicanos es su excusa perfecta para justificar sus nulos resultados, para hacernos creer que todo estuvo mal hecho en el país asumiéndose a la vez como el salvador de la Patria, con un estilo populista de gobernar que ha fracasado, que mantiene en la pobreza a millones en el mundo.
¿Estamos mejor que hace dos años?
Hago sinceros votos para que las cosas cambien en este país.
Lamentablemente han sido dos años perdidos y no se ve por dónde mejoren las condiciones.
¿Qué le espera a Chihuahua en 2021?
Nada bueno. Basta con echar un vistazo al presupuesto federal para cerciorarnos que estamos muy lejos de la solidaridad y justicia para Chihuahua.
Peor aún, culmina el desastroso gobierno de Javier Corral tal y como empezó: con cero obra pública, endeudados hasta el tope.
Como ya lo he señalado aquí, tuvo el gobernador la gran oportunidad de sanear las finanzas del Estado y cumplir con las expectativas que generó hace poco más de cuatro años entre los chihuahuenses.
Tenemos un gobierno estatal gris, superfluo, vengativo; donde la justicia se aplica solo para sus contrarios ignorando las denuncias que he presentado por presuntos actos de corrupción en diversas áreas gubernamentales.
Esta es nuestra terrible realidad.
*Diputado Omar Bazán Flores. Licenciado en Derecho, vicepresidente del Congreso del Estado.
Presidente del Comité Directivo Estatal del PRI a partir de julio de 2017.
Empresario, dos veces diputado federal, dirigente juvenil, así como de la CNOP y fundación Colosio en el estado de Chihuahua.
