A pesar de que me dedico en mi vida profesional a lo relativo a las aguas nacionales, escribir en particular de este tema es algo que siempre he postergado. El tema del agua es complejo lleno de matices y controversias. En primera instancia el tema del agua se debe analizar desde la perspectiva federal, estatal , municipal, social y personal. El agua recurso natural infinito indispensable para la vida humana es regulado jurídicamente como un bien federal y como un derecho humano a la vez.
Desde la Constitución política mexicana en el artículo 4, párrafo 6, reconoce el derecho humano al agua: “Toda persona tiene derecho al acceso, disposición y saneamiento de agua para consumo personal y doméstico en forma suficiente, salubre, aceptable y asequible. El Estado garantizará este derecho y la ley definirá las bases, apoyos y modalidades para el acceso y uso equitativo y sustentable de los recursos hídricos, estableciendo la participación de la Federación, las entidades federativas y los municipios, así como la participación de la ciudadanía para la consecución de dichos fines”.
Es por tanto obligación del Estado mexicano que todo ser humano en el territorio tenga acceso al agua y recientemente reformado que esta sea asequible que se refiere a que el agua sea accesible o alcanzable ya que no todos tenemos la facilidad de abrir un grifo y disfrutar del vital líquido. Así mismo el artículo 27 constitucional establece que la propiedad de las aguas corresponde exclusivamente a la nación, la cual ha tenido y tiene el derecho de transmitir el dominio de ellas a los particulares, constituyendo la propiedad privada, es así como surgen las concesiones de agua.
A manera regulatoria de este artículo surge la Ley de Aguas Nacionales promulgada en 1992 y que tiene por objeto regular la explotación, uso o aprovechamiento de las aguas nacionales , su distribución y control, así como la preservación de su cantidad y calidad para lograr su desarrollo integral sustentable. Para ejecutar la Ley de Aguas Nacionales se le da competencia a la Comisión Nacional del Agua que había sido creada en 1989 vía decreto del expresidente Salinas de Gortari, y es así como se convierte en la institución encargada de dar vida a esos derechos y obligaciones.
En esta sinergia de la Conagua y la ley de aguas nacionales, que sin duda alguna son instituciones que necesitan actualizarse, han surgido diversos problemas sociales y estados de crisis en materia de aguas. Creo totalmente que urge un cambio pero que en esta renovación en materia de aguas nacionales debemos participar todos pero de una manera responsable social, económica y jurídica. En la actualidad existen diversos proyectos de ley muchos juristas que nos dedicamos al tema en el día a día hemos catalogado las mismas como sueños guajiros e incluso hasta inconstitucionales. Iniciativas repletas de buenas intenciones, repletas de ideologías y carentes de conocimiento jurídico y de la realidad social sobre todo.
En el tema del agua no podemos encargarle una carta a Santa Claus y esperar que nos cumpla nuestros deseos. Debemos ser responsables, realizar proyectos integrales que revisen todos los aspectos del vital líquido, su uso agrícola , industrial, pecuario y sobre todo doméstico, pero sobre todo que sean proyectos viables tanto jurídica como económicamente. El reto y obligación social y moral es revisar y actualizar el marco normativo federal en materia de aguas y como consecuencia la Conagua de manera íntegra y responsable.
Maestra en Derecho Constitucional y Administrativo.
Abogada especialista en derecho ambiental.