/ jueves 5 de marzo de 2020

Juárez, la ciudad del Estado

El estado de Chihuahua, el más grande de México, tiene una población de 3,569,479 personas al 2015, en el 2017 exportó mercancías con valor de más de 46 mil millones de dólares y hasta diciembre del 2019 empleó a 385,976 personas en establecimientos que están dentro del programa IMMEX mejor conocido como el programa para la Industria Manufacturera, Maquiladora y de Servicios de Exportación, todo de acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI).

Pero últimamente lo que más llama la atención es el trato desigual ante la ley que existe entre las ciudades del Estado, una inmoralidad que les permite disfrutar a muchos del fruto del trabajo que no realizan y que no producen. Lo que, una vez más, pone en cuestión el pésimo concepto de la redistribución del ingreso, el Estado de Bienestar, el Estado Benefactor o el Estado Presente. Pues en una sociedad justa, cada uno debería disfrutar de lo que produce, lo que incluye ofrecer ayuda voluntaria a quienes lo necesitan, sin ser obligado a pagar impuestos para quienes no lo necesitan.

En ese aspecto, Juárez se ha visto severamente perjudicada, en comparación con la capital Chihuahua. De acuerdo con información publicada en la página oficial de internet del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), en el Índice de Competitividad Urbana (ICU) al 2016, Juárez se posicionó en el lugar 17 mientras que Chihuahua en el lugar 21, por lo cual es entendible que haya una considerable migración interna hacia Juárez desde ciudades que están peor posicionadas como la misma Chihuahua, Torreón (24), Veracruz (36), y Tuxtla Gutiérrez (64), entre otras.

Pero, además, existen indicadores que, también de acuerdo con el Índice de Competitividad Urbana del 2018 realizado por el IMCO con datos del 2014, posicionaron a Juárez con una superioridad notoria en comparación a la capital Chihuahua: en sistema de derecho confiable y objetivo, Juárez está en la posición 63 y Chihuahua en la 65; en sociedad incluyente, preparada y sana, Juárez está en la posición 22 y Chihuahua en la 25; en gobiernos eficientes y eficaces, Juárez está en la posición 21 y Chihuahua en la 47; en aprovechamiento de las relaciones internacionales, Juárez está en la posición 17 y Chihuahua en la 33.

En los pocos aspectos que la capital Chihuahua supera a Juárez es en economía estable donde Chihuahua está en la posición 8 y Juárez en la 18. Sin embargo, es interesante analizar de dónde surge la estabilidad económica de la capital considerando que de acuerdo con los Indicadores Regionales de Actividad Económica 2019 de Citibanamex, la capital Chihuahua aportó el 30.3% del Producto Interno Bruto al total de todo el Estado, mientras que Juárez aportó el 45.5%, generando así considerablemente más riqueza que la capital y cualquier otra ciudad de la entidad federativa.

McKinsey en el 2015 realizó un análisis de las ciudades latinoamericanas con mayor potencial de negocios, situando a en primer lugar a Sao Paulo, en segundo a la Ciudad de México, en tercero a Buenos Aires, en cuarto a Río de Janeiro y en quinto a Santiago de Chile, mientras que en el 52 a Juárez y en el 63 a Chihuahua. Es entendible que una ciudad con ese nivel de producción, con tanta capacidad instalada y con tal generación de riqueza, como lo es Juárez, sea una ciudad a veces un poquito “cochina”.

El estado de Chihuahua, el más grande de México, tiene una población de 3,569,479 personas al 2015, en el 2017 exportó mercancías con valor de más de 46 mil millones de dólares y hasta diciembre del 2019 empleó a 385,976 personas en establecimientos que están dentro del programa IMMEX mejor conocido como el programa para la Industria Manufacturera, Maquiladora y de Servicios de Exportación, todo de acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI).

Pero últimamente lo que más llama la atención es el trato desigual ante la ley que existe entre las ciudades del Estado, una inmoralidad que les permite disfrutar a muchos del fruto del trabajo que no realizan y que no producen. Lo que, una vez más, pone en cuestión el pésimo concepto de la redistribución del ingreso, el Estado de Bienestar, el Estado Benefactor o el Estado Presente. Pues en una sociedad justa, cada uno debería disfrutar de lo que produce, lo que incluye ofrecer ayuda voluntaria a quienes lo necesitan, sin ser obligado a pagar impuestos para quienes no lo necesitan.

En ese aspecto, Juárez se ha visto severamente perjudicada, en comparación con la capital Chihuahua. De acuerdo con información publicada en la página oficial de internet del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), en el Índice de Competitividad Urbana (ICU) al 2016, Juárez se posicionó en el lugar 17 mientras que Chihuahua en el lugar 21, por lo cual es entendible que haya una considerable migración interna hacia Juárez desde ciudades que están peor posicionadas como la misma Chihuahua, Torreón (24), Veracruz (36), y Tuxtla Gutiérrez (64), entre otras.

Pero, además, existen indicadores que, también de acuerdo con el Índice de Competitividad Urbana del 2018 realizado por el IMCO con datos del 2014, posicionaron a Juárez con una superioridad notoria en comparación a la capital Chihuahua: en sistema de derecho confiable y objetivo, Juárez está en la posición 63 y Chihuahua en la 65; en sociedad incluyente, preparada y sana, Juárez está en la posición 22 y Chihuahua en la 25; en gobiernos eficientes y eficaces, Juárez está en la posición 21 y Chihuahua en la 47; en aprovechamiento de las relaciones internacionales, Juárez está en la posición 17 y Chihuahua en la 33.

En los pocos aspectos que la capital Chihuahua supera a Juárez es en economía estable donde Chihuahua está en la posición 8 y Juárez en la 18. Sin embargo, es interesante analizar de dónde surge la estabilidad económica de la capital considerando que de acuerdo con los Indicadores Regionales de Actividad Económica 2019 de Citibanamex, la capital Chihuahua aportó el 30.3% del Producto Interno Bruto al total de todo el Estado, mientras que Juárez aportó el 45.5%, generando así considerablemente más riqueza que la capital y cualquier otra ciudad de la entidad federativa.

McKinsey en el 2015 realizó un análisis de las ciudades latinoamericanas con mayor potencial de negocios, situando a en primer lugar a Sao Paulo, en segundo a la Ciudad de México, en tercero a Buenos Aires, en cuarto a Río de Janeiro y en quinto a Santiago de Chile, mientras que en el 52 a Juárez y en el 63 a Chihuahua. Es entendible que una ciudad con ese nivel de producción, con tanta capacidad instalada y con tal generación de riqueza, como lo es Juárez, sea una ciudad a veces un poquito “cochina”.