/ jueves 23 de abril de 2020

La racionalidad y la evidencia en la pandemia

En materia educativa, la racionalidad y la evidencia nos han demostrado que el uso de las nuevas plataformas digitales y las tecnologías de la información y comunicación han hecho progresar a los estudiantes. En México, al 2017, el 94% de las personas que se educaron en línea, obtuvieron un beneficio en su carrera; el 67% de las personas reportaron haber aprendido nuevas habilidades para utilizarlas en su empleo actual; y el 33% de las personas mejoraron su perfil como candidatos para un nuevo empleo, de acuerdo con la Encuesta de resultados de estudiantes de Coursera.

En materia laboral, la racionalidad y la evidencia nos han demostrado que las empresas de servicios con base en el uso de las tecnologías digitales están dominando al mundo, como lo son Apple, Microsoft, Amazon, Facebook y Google. Esto facilita el surgimiento de nuevas profesiones en las que no es necesario que una persona esté físicamente en un lugar de trabajo para ser altamente productiva. De hecho, los trabajos más susceptibles a desaparecer son justamente los que requieren una alta cantidad de mano de obra, al contrario de los que requieren una alta cantidad de creatividad que son los empleos que se conservarán.

El materia de salud, la racionalidad y la evidencia nos ha demostrado que el aislamiento “cavernícola” ha servido de muy poco pues países como España o Italia, en donde se ha impuesto toque de queda, los índices de mortalidad han sido muy altos. Por el contrario, en países como Alemania y Corea del Sur, que han enfrentado exitosamente la pandemia, no han detenido totalmente sus actividades económicas, la clave del combate ha sido realizar pruebas masivas y al menor síntoma. El ejemplo de los países exitosos contrasta con México, en donde los médicos insisten en que ante síntomas leves, lo mejor es quedarse en la casa; esta es una medida que yo catalogaría incluso como anti-médica.

En materia política, la racionalidad y la evidencia nos han demostrado que los tres niveles de gobierno no han estado a la altura de la situación, y algunos peor que otros. Pues con todos los recursos informativos y de investigación, pudieron haber planteado una mejor cuarentena, es decir una cuarentena selectiva en donde se resguardara la salud de los grupos más vulnerables y quienes estaban en condiciones de trabajar pudieran hacerlo, de esa manera también se ralentizaba el ritmo de contagio y sin detener la actividad económica que hoy tiene a muchas familias endeudándose con prestamistas y bancos para solventar sus necesidades.

En materia social, la racionalidad y la evidencia nos han demostrado que cuando la actividad económica cae, se agranda la cantidad de delitos e incluso se agrava el tipo de delitos. México ya lo vivió en el 2008, cuando la economía se cayó alrededor de 6% y la situación de seguridad se convirtió en insostenible. Ahora, ante una crisis de salud tan mal manejada, se estima que la economía se caerá también alrededor del 6% pero… 6% como mínimo. Imaginémonos y comencemos a darnos cuenta que de esto no nos saca bien librados el gobierno, sino que de esto salimos bien librados a pesar del gobierno.

En materia educativa, la racionalidad y la evidencia nos han demostrado que el uso de las nuevas plataformas digitales y las tecnologías de la información y comunicación han hecho progresar a los estudiantes. En México, al 2017, el 94% de las personas que se educaron en línea, obtuvieron un beneficio en su carrera; el 67% de las personas reportaron haber aprendido nuevas habilidades para utilizarlas en su empleo actual; y el 33% de las personas mejoraron su perfil como candidatos para un nuevo empleo, de acuerdo con la Encuesta de resultados de estudiantes de Coursera.

En materia laboral, la racionalidad y la evidencia nos han demostrado que las empresas de servicios con base en el uso de las tecnologías digitales están dominando al mundo, como lo son Apple, Microsoft, Amazon, Facebook y Google. Esto facilita el surgimiento de nuevas profesiones en las que no es necesario que una persona esté físicamente en un lugar de trabajo para ser altamente productiva. De hecho, los trabajos más susceptibles a desaparecer son justamente los que requieren una alta cantidad de mano de obra, al contrario de los que requieren una alta cantidad de creatividad que son los empleos que se conservarán.

El materia de salud, la racionalidad y la evidencia nos ha demostrado que el aislamiento “cavernícola” ha servido de muy poco pues países como España o Italia, en donde se ha impuesto toque de queda, los índices de mortalidad han sido muy altos. Por el contrario, en países como Alemania y Corea del Sur, que han enfrentado exitosamente la pandemia, no han detenido totalmente sus actividades económicas, la clave del combate ha sido realizar pruebas masivas y al menor síntoma. El ejemplo de los países exitosos contrasta con México, en donde los médicos insisten en que ante síntomas leves, lo mejor es quedarse en la casa; esta es una medida que yo catalogaría incluso como anti-médica.

En materia política, la racionalidad y la evidencia nos han demostrado que los tres niveles de gobierno no han estado a la altura de la situación, y algunos peor que otros. Pues con todos los recursos informativos y de investigación, pudieron haber planteado una mejor cuarentena, es decir una cuarentena selectiva en donde se resguardara la salud de los grupos más vulnerables y quienes estaban en condiciones de trabajar pudieran hacerlo, de esa manera también se ralentizaba el ritmo de contagio y sin detener la actividad económica que hoy tiene a muchas familias endeudándose con prestamistas y bancos para solventar sus necesidades.

En materia social, la racionalidad y la evidencia nos han demostrado que cuando la actividad económica cae, se agranda la cantidad de delitos e incluso se agrava el tipo de delitos. México ya lo vivió en el 2008, cuando la economía se cayó alrededor de 6% y la situación de seguridad se convirtió en insostenible. Ahora, ante una crisis de salud tan mal manejada, se estima que la economía se caerá también alrededor del 6% pero… 6% como mínimo. Imaginémonos y comencemos a darnos cuenta que de esto no nos saca bien librados el gobierno, sino que de esto salimos bien librados a pesar del gobierno.