/ lunes 9 de marzo de 2020

La realidad se vive desde el Municipio

Los primero años de la independencia mexicana se impulsó el modelo central del gobierno, con muy malos resultados, y con fuertes y constantes confrontaciones de bandos. Esto derivó, entre otras consecuencias, con la pérdida de más de la mitad del territorio nacional.

A partir de la Constitución de 1857, queda definido, para no ser debatido más, que la nuestra sería una república federal. Esta característica fue confirmada en la Constitución de 1917, reforzando el carácter municipalista en este diseño federalista. Sin embargo, esto que las luchas históricas han depositado en la letra de nuestra Carta Magna, ha tenido dificultades para verse realizado en los hechos.

Sin embargo, en este período de importantes y profundos cambios, no se está reforzando el modelo federal, sino que volvemos a prácticas centralistas que pensamos, se había superado ya en el curso de nuestra historia. Aun en la actualidad, los municipios solo ejercen el cuatro por ciento del presupuesto, y tienen acotadas sus facultades, en su mayor parte a la prestación de servicios básicos.

Como país, tenemos grandes deudas con la sociedad: por ejemplo erradicar la pobreza, la ignorancia, la enfermedad, la corrupción y la inseguridad. Sólo será posible dar respuesta a esas demandas, desde una adecuada distribución de responsabilidades y facultades, en el marco de un sano y robusto federalismo, cuya raíz sea la fortaleza de los municipios, no su minimización.

Ya lo decía Gómez Morín cuando afirmó que “El municipio, apenas un grado más allá de la familia en la preciosa lista de las comunidades intermedias, es el punto en que se opera la intersección trascendental entre la vida privada y la pública: es todavía el hogar, pero es ya la patria.”

Todos estos problemas existen en un lugar concreto que son los municipios del país. Y si están ahí, es ahí donde debemos empezar a solucionarlos. Sólo con soluciones bien pensadas, conocedoras de los ciudadanos y de las necesidades concretas y reales de cada comunidad, acertaremos en las acciones que emprendamos para resolver las dolencias de los mexicanos.

Recientemente, me ha sido encomendada la tarea de presidir la mesa directiva de la Conferencia Nacional de Municipios de México (CONAMM), una organización en que nos agrupamos todos los Alcaldes del país, haciendo a un lado colores e ideologías, con el único fin de defender esta visión federalista, y fortalecer a los Municipios para transformar el país desde la cercanía.

Tenemos que defender los ideales que constituyen a México como un país Federal, y plantear una clara oposición frente al centralismo que nos amenaza a todas las instituciones gubernamentales.

Se trata de que las administraciones que han tenido éxito, orienten a quienes apenas comienzan su gestión, que todos sigamos uniendo esfuerzos para servir al país desde nuestra posición al frente de los gobiernos municipales.

Se trata de trascender ideologías y colores, para unirnos con la única causa que nos motiva en el fondo: la de trabajar por el México que queremos heredar a nuestros niños y jóvenes, la de buscar el Bien común a través del trabajo, pero sobre todo, a través de la solidaridad entre unos y otros. Esa es la razón de ser de la CONAMM, y esa es la convicción con la que trabajaremos desde esta posición.

Los primero años de la independencia mexicana se impulsó el modelo central del gobierno, con muy malos resultados, y con fuertes y constantes confrontaciones de bandos. Esto derivó, entre otras consecuencias, con la pérdida de más de la mitad del territorio nacional.

A partir de la Constitución de 1857, queda definido, para no ser debatido más, que la nuestra sería una república federal. Esta característica fue confirmada en la Constitución de 1917, reforzando el carácter municipalista en este diseño federalista. Sin embargo, esto que las luchas históricas han depositado en la letra de nuestra Carta Magna, ha tenido dificultades para verse realizado en los hechos.

Sin embargo, en este período de importantes y profundos cambios, no se está reforzando el modelo federal, sino que volvemos a prácticas centralistas que pensamos, se había superado ya en el curso de nuestra historia. Aun en la actualidad, los municipios solo ejercen el cuatro por ciento del presupuesto, y tienen acotadas sus facultades, en su mayor parte a la prestación de servicios básicos.

Como país, tenemos grandes deudas con la sociedad: por ejemplo erradicar la pobreza, la ignorancia, la enfermedad, la corrupción y la inseguridad. Sólo será posible dar respuesta a esas demandas, desde una adecuada distribución de responsabilidades y facultades, en el marco de un sano y robusto federalismo, cuya raíz sea la fortaleza de los municipios, no su minimización.

Ya lo decía Gómez Morín cuando afirmó que “El municipio, apenas un grado más allá de la familia en la preciosa lista de las comunidades intermedias, es el punto en que se opera la intersección trascendental entre la vida privada y la pública: es todavía el hogar, pero es ya la patria.”

Todos estos problemas existen en un lugar concreto que son los municipios del país. Y si están ahí, es ahí donde debemos empezar a solucionarlos. Sólo con soluciones bien pensadas, conocedoras de los ciudadanos y de las necesidades concretas y reales de cada comunidad, acertaremos en las acciones que emprendamos para resolver las dolencias de los mexicanos.

Recientemente, me ha sido encomendada la tarea de presidir la mesa directiva de la Conferencia Nacional de Municipios de México (CONAMM), una organización en que nos agrupamos todos los Alcaldes del país, haciendo a un lado colores e ideologías, con el único fin de defender esta visión federalista, y fortalecer a los Municipios para transformar el país desde la cercanía.

Tenemos que defender los ideales que constituyen a México como un país Federal, y plantear una clara oposición frente al centralismo que nos amenaza a todas las instituciones gubernamentales.

Se trata de que las administraciones que han tenido éxito, orienten a quienes apenas comienzan su gestión, que todos sigamos uniendo esfuerzos para servir al país desde nuestra posición al frente de los gobiernos municipales.

Se trata de trascender ideologías y colores, para unirnos con la única causa que nos motiva en el fondo: la de trabajar por el México que queremos heredar a nuestros niños y jóvenes, la de buscar el Bien común a través del trabajo, pero sobre todo, a través de la solidaridad entre unos y otros. Esa es la razón de ser de la CONAMM, y esa es la convicción con la que trabajaremos desde esta posición.