/ jueves 3 de septiembre de 2020

La Universidad moderna

Para las instituciones públicas lo único que no cambia es la necesidad de cambiar. Desde esta perspectiva, la novedad representa transformar estructuras, adecuarlas a las exigencias sociales mediante la movilización de los capitales disponibles, el objetivo: modificar estrategias para ofrecer mayor eficiencia en la prestación de servicios y en la gestión de los recursos. Desde octubre del 2016 la principal institución de educación superior en el estado, la Universidad Autónoma de Chihuahua se encuentra en reconstrucción, buscamos la universidad moderna que nuestra sociedad merece.

En el recorrido que inicia en el Instituto Científico y Literario hasta configurarse en Universidad Autónoma de Chihuahua, el alma mater ha experimentado el proceso de cambio al igual que otras instituciones: de la torre de marfil a la institución humanista. Viviendo las tensiones propias de la evolución inevitable, madurando vínculos con el poder político y las élites empresariales pero al mismo tiempo exigiéndose al máximo por cumplir exigencias de calidad, requisitos de transparencia y rendición de cuentas y matices de la responsabilidad social. Parte de nuestra vocación es evitar la subordinación intelectual del pensamiento único para así fomentar la evolución institucional, siempre bajo escrutinio de las diversas posturas ideológicas.

El proceso de Renovación Universitaria encabezado por el Rector Luis Alberto Fierro Ramírez refleja las diferentes provocaciones de la innovación disruptiva: nuevas estrategias para la producción de conocimientos, reorganización en la división del trabajo académico e impulso a la convergencia tecnológica, todo enmarcado en las nuevas realidades económicas, sociales, políticas y culturales que posibilitan contextos positivos para la interacción entre la academia, empresas, instituciones, mercados y redes, el monopolio de la generación del conocimiento ya no es exclusivo de las aulas, hoy como nunca, la universidad debe trabajar en coordinación con los diversos actores que influyen en su cotidianidad. El cambio representa la aceptación de que cumplir con las exigencias de la nueva dinámica sería complicado bajo el esquema de Facultades organizadas por bases disciplinarias tradicionales, la exigencia dicta la presencia de organizaciones híbridas propicias para la multiplicación de planes de estudio y para el uso de diversas plataformas que ofrezcan ilimitadas oportunidades de formación de trayectorias académicas en diferentes espacios donde ocurran diálogos locales, globales e intermedios. Bienvenido el cambio para mejorar.

En la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales adoptamos el reto y lo hicimos nuestro de la mejor manera posible, trabajando. Con más y mejor infraestructura, programas de licenciatura reconocidos por su calidad, la primer maestría dentro del Programa Nacional de Posgrados de Calidad del Consejo Nacional de Ciencias y Tecnología, planes de estudio totalmente renovados, redes de colaboración con universidades nacionales y extranjeras y capacitación formal a miembros de nuestra planta docente, nunca como antes nuestras y nuestros profesores se han involucrado en estudios de doctorado.

De esta manera honramos la existencia de 51 años de la Facultad y vamos por más. Una de las bondades del nuevo modelo educativo UACH-DS es la flexibilidad curricular y la consecuente opción de ampliar la oferta de programas de estudio, condición que permite cubrir una vieja exigencia de nuestro claustro de maestros: ofrecer programas de licenciatura adicionales a los tradicionales Administración Pública y Ciencia Política (1969), Ciencias de la Comunicación (1978) y Relaciones Internacionales (1993), pues bien, ya se trabaja en el diseño de las licenciaturas en Psicología Social, Políticas Públicas, Derechos Humanos y Estudios Migratorios.

En la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales nos consideramos una organización moderna, creemos en los principios de aceptación de la diversidad, respeto a la pluralidad y respetamos el carácter socialmente construido de la institución como bien público, a eso nos debemos.



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Para las instituciones públicas lo único que no cambia es la necesidad de cambiar. Desde esta perspectiva, la novedad representa transformar estructuras, adecuarlas a las exigencias sociales mediante la movilización de los capitales disponibles, el objetivo: modificar estrategias para ofrecer mayor eficiencia en la prestación de servicios y en la gestión de los recursos. Desde octubre del 2016 la principal institución de educación superior en el estado, la Universidad Autónoma de Chihuahua se encuentra en reconstrucción, buscamos la universidad moderna que nuestra sociedad merece.

En el recorrido que inicia en el Instituto Científico y Literario hasta configurarse en Universidad Autónoma de Chihuahua, el alma mater ha experimentado el proceso de cambio al igual que otras instituciones: de la torre de marfil a la institución humanista. Viviendo las tensiones propias de la evolución inevitable, madurando vínculos con el poder político y las élites empresariales pero al mismo tiempo exigiéndose al máximo por cumplir exigencias de calidad, requisitos de transparencia y rendición de cuentas y matices de la responsabilidad social. Parte de nuestra vocación es evitar la subordinación intelectual del pensamiento único para así fomentar la evolución institucional, siempre bajo escrutinio de las diversas posturas ideológicas.

El proceso de Renovación Universitaria encabezado por el Rector Luis Alberto Fierro Ramírez refleja las diferentes provocaciones de la innovación disruptiva: nuevas estrategias para la producción de conocimientos, reorganización en la división del trabajo académico e impulso a la convergencia tecnológica, todo enmarcado en las nuevas realidades económicas, sociales, políticas y culturales que posibilitan contextos positivos para la interacción entre la academia, empresas, instituciones, mercados y redes, el monopolio de la generación del conocimiento ya no es exclusivo de las aulas, hoy como nunca, la universidad debe trabajar en coordinación con los diversos actores que influyen en su cotidianidad. El cambio representa la aceptación de que cumplir con las exigencias de la nueva dinámica sería complicado bajo el esquema de Facultades organizadas por bases disciplinarias tradicionales, la exigencia dicta la presencia de organizaciones híbridas propicias para la multiplicación de planes de estudio y para el uso de diversas plataformas que ofrezcan ilimitadas oportunidades de formación de trayectorias académicas en diferentes espacios donde ocurran diálogos locales, globales e intermedios. Bienvenido el cambio para mejorar.

En la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales adoptamos el reto y lo hicimos nuestro de la mejor manera posible, trabajando. Con más y mejor infraestructura, programas de licenciatura reconocidos por su calidad, la primer maestría dentro del Programa Nacional de Posgrados de Calidad del Consejo Nacional de Ciencias y Tecnología, planes de estudio totalmente renovados, redes de colaboración con universidades nacionales y extranjeras y capacitación formal a miembros de nuestra planta docente, nunca como antes nuestras y nuestros profesores se han involucrado en estudios de doctorado.

De esta manera honramos la existencia de 51 años de la Facultad y vamos por más. Una de las bondades del nuevo modelo educativo UACH-DS es la flexibilidad curricular y la consecuente opción de ampliar la oferta de programas de estudio, condición que permite cubrir una vieja exigencia de nuestro claustro de maestros: ofrecer programas de licenciatura adicionales a los tradicionales Administración Pública y Ciencia Política (1969), Ciencias de la Comunicación (1978) y Relaciones Internacionales (1993), pues bien, ya se trabaja en el diseño de las licenciaturas en Psicología Social, Políticas Públicas, Derechos Humanos y Estudios Migratorios.

En la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales nos consideramos una organización moderna, creemos en los principios de aceptación de la diversidad, respeto a la pluralidad y respetamos el carácter socialmente construido de la institución como bien público, a eso nos debemos.



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