/ lunes 22 de julio de 2019

Las efervescencias políticas

Muy poco les duro el gusto, como dice el dicho a los miembros del Partido Encuentro Social de Chihuahua (El PES) el haberse tomado la foto y haber tomado protesta a los dirigentes estatales y municipales. Sorpresa que dio el hecho que días antes, el diputado Misael Máynez Cano fue ungido con los aceites como el nuevo líder estatal de Encuentro Social. En Ciudad Juárez, el joven abogado Juan Carlos Rivera tomó la estafeta del partido y se preparaban para continuar con litigios porque había divergencias internas.

La aprobación del Instituto Estatal Electoral (IEE) de dar el visto bueno a la asamblea extraordinaria dónde se legitimo al comité directivo estatal y municipales del partido se adelantó por algunas horas ya que la resolución final de la Sala Regional de Guadalajara dependiente del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación en su sesión del día jueves 18 de julio revocó el acuerdo que les otorgaba el registro pleno.

Haciendo un poco de historia, el Partido Verde Ecologista de México, el Partido Revolucionario Institucional, Movimiento Ciudadano y el Partido Nueva Alianza impugnaron las resoluciones locales, las del estado, que otorgaban el registro nuevamente al Partido Encuentro Social en Chihuahua alegando que cumplían con el requisito de un 3% de la votación válida emitida en una de las elecciones, en este caso se presentó la votación estatal de la elección de síndico municipal.

Pues resulta que de los agravios se atendió la parte de jurisprudencia que ya realizó la Suprema Corte de Justicia de la Nación, pero además se atendió el punto de la Ley General de Partidos Políticos y que no consideraron tanto (son criterios) el Tribunal Electoral del Estado de Chihuahua como el Instituto Estatal Electoral: para conservar el registro como partido político deben tener el 3% de la votación emitida en los poderes del estado (o sea el poder ejecutivo y/o el poder legislativo) y en el caso de la sindicatura municipal, aunque es una elección, no es un poder. Les faltó un poco de asesoría o bien lograr por otros medios el conservar las siglas como partido.

Siguiendo con este tema, resulta también que la ambición tiene sus consecuencias. El “poder corrompe”, en este caso la posesión de las siglas del PES fueron jugadas en un enfrentamiento inútil y desgastante. La posibilidad de quedarse tanto con el comité directivo estatal como los municipales hicieron que se pelearan por un lado Misael Máynez Cano y su colega la diputada Marisela Sáenz Moriel. Hay una fuerte fractura y ahora sí, como dice otro de los refranes populares, se quedaron con las manos vacías.

En Ciudad Juárez, Juan Carlos Rivera, joven abogado, tomó las riendas del PES. Se le veía mucho futuro y a pesar de la resolución tomada en Guadalajara el equipo de trabajo de Juan Carlos Rivera promete mucho en el sentido de que tiene una gran aceptación entre la comunidad del PES y el sector evangélico. En la mañana de este pasado jueves, se autoproclamaba Leonardo Fonseca como el dirigente del PES en Juárez. Hubo un choque de trenes, en momento inciertos, dos comités directivos estatales y dos más a nivel municipal.

Los otros partidos políticos están en procesos interesantes de renovación de sus cuadros directivos. Lo que pasó en Chihuahua, queda ya para el anécdota de la historia política. Recordando a Leonardo Valdéz Zurita, en sus textos sobre la democracia interna de los partidos políticos es parte de ese México surrealista, donde la democracia poco se ve en la toma de decisiones y menos al interior de los partidos. Por lo pronto se cierra un capítulo de la realidad de los partidos políticos en Chihuahua en donde hasta fuera de un proceso electoral hay disputas y alianzas inconcebibles. El Tribunal federal le dio un manotazo a la mesa de la democracia chihuahuense, ojala actúe en el caso de Baja California.


Muy poco les duro el gusto, como dice el dicho a los miembros del Partido Encuentro Social de Chihuahua (El PES) el haberse tomado la foto y haber tomado protesta a los dirigentes estatales y municipales. Sorpresa que dio el hecho que días antes, el diputado Misael Máynez Cano fue ungido con los aceites como el nuevo líder estatal de Encuentro Social. En Ciudad Juárez, el joven abogado Juan Carlos Rivera tomó la estafeta del partido y se preparaban para continuar con litigios porque había divergencias internas.

La aprobación del Instituto Estatal Electoral (IEE) de dar el visto bueno a la asamblea extraordinaria dónde se legitimo al comité directivo estatal y municipales del partido se adelantó por algunas horas ya que la resolución final de la Sala Regional de Guadalajara dependiente del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación en su sesión del día jueves 18 de julio revocó el acuerdo que les otorgaba el registro pleno.

Haciendo un poco de historia, el Partido Verde Ecologista de México, el Partido Revolucionario Institucional, Movimiento Ciudadano y el Partido Nueva Alianza impugnaron las resoluciones locales, las del estado, que otorgaban el registro nuevamente al Partido Encuentro Social en Chihuahua alegando que cumplían con el requisito de un 3% de la votación válida emitida en una de las elecciones, en este caso se presentó la votación estatal de la elección de síndico municipal.

Pues resulta que de los agravios se atendió la parte de jurisprudencia que ya realizó la Suprema Corte de Justicia de la Nación, pero además se atendió el punto de la Ley General de Partidos Políticos y que no consideraron tanto (son criterios) el Tribunal Electoral del Estado de Chihuahua como el Instituto Estatal Electoral: para conservar el registro como partido político deben tener el 3% de la votación emitida en los poderes del estado (o sea el poder ejecutivo y/o el poder legislativo) y en el caso de la sindicatura municipal, aunque es una elección, no es un poder. Les faltó un poco de asesoría o bien lograr por otros medios el conservar las siglas como partido.

Siguiendo con este tema, resulta también que la ambición tiene sus consecuencias. El “poder corrompe”, en este caso la posesión de las siglas del PES fueron jugadas en un enfrentamiento inútil y desgastante. La posibilidad de quedarse tanto con el comité directivo estatal como los municipales hicieron que se pelearan por un lado Misael Máynez Cano y su colega la diputada Marisela Sáenz Moriel. Hay una fuerte fractura y ahora sí, como dice otro de los refranes populares, se quedaron con las manos vacías.

En Ciudad Juárez, Juan Carlos Rivera, joven abogado, tomó las riendas del PES. Se le veía mucho futuro y a pesar de la resolución tomada en Guadalajara el equipo de trabajo de Juan Carlos Rivera promete mucho en el sentido de que tiene una gran aceptación entre la comunidad del PES y el sector evangélico. En la mañana de este pasado jueves, se autoproclamaba Leonardo Fonseca como el dirigente del PES en Juárez. Hubo un choque de trenes, en momento inciertos, dos comités directivos estatales y dos más a nivel municipal.

Los otros partidos políticos están en procesos interesantes de renovación de sus cuadros directivos. Lo que pasó en Chihuahua, queda ya para el anécdota de la historia política. Recordando a Leonardo Valdéz Zurita, en sus textos sobre la democracia interna de los partidos políticos es parte de ese México surrealista, donde la democracia poco se ve en la toma de decisiones y menos al interior de los partidos. Por lo pronto se cierra un capítulo de la realidad de los partidos políticos en Chihuahua en donde hasta fuera de un proceso electoral hay disputas y alianzas inconcebibles. El Tribunal federal le dio un manotazo a la mesa de la democracia chihuahuense, ojala actúe en el caso de Baja California.