/ jueves 14 de noviembre de 2019

Los derechos de libertad económica de Bolsonaro

El 1 de enero del 2019, Jair Bolsonaro, político y exmilitar, asumió como presidente de Brasil. Durante el corto tiempo que ha estado en el cargo, ha realizado diversos ajustes que han impulsado la economía de su país. El presidente brasileño firmó la declaración de libertad económica que, en poco tiempo, ha significado notables mejorías para las empresas y por consecuencia para los ciudadanos, pues ha establecido normas para la protección de la libre empresa y el libre ejercicio de la actividad económica.

Entre los más importantes puntos que trata el documento están: que ninguna autoridad puede restringir la libertad de la empresa para fijar el precio de los productos y servicios como consecuencia de los cambios en la oferta y la demanda; que se puede producir, emplear y generar ingresos, garantizando la libertad de desarrollar actividad económica en cualquier momento; y que quien realice una actividad empresarial goza de una presunción de buena fe en los actos realizados en el ejercicio de la actividad económica, a menos que la ley indique lo contrario.

Dentro de las garantías de libre iniciativa existen algunos aspectos que se deben evitar para promover el desarrollo y la creación de nuevas empresas: evitar especificaciones técnicas que no son necesarias para lograr el fin deseado; evitar una demanda artificial u obligatoria de un producto, servicio o actividad profesional; no introducir límites a la libre formación de empresas o actividades económicas. Es decir, son todas decisiones a favor de la libertad de mercado que, en definitiva, abre las puertas a la competencia para así, generar desarrollo.

El presidente brasileño tiene claro que el gobierno debe intervenir poco, y lo que interviene es únicamente con el objetivo de ser un facilitador de la actividad económica, pues de acuerdo con el texto: en las relaciones contractuales privadas, prevalecerá el principio de intervención mínima del Estado por cualquiera de sus poderes, evitando de esta manera otorgar beneficios a empresarios y evitando también el fortalecimiento de monopolios surgidos del gobierno, en lugar de surgir por la libre elección de los consumidores, como debe ser.

El impacto de estas reformas ha sido inmediato, pues de acuerdo con Gustavo Segré, analista internacional invitado del programa Animales Sueltos, conducido por Alejandro Fantino, los datos de Brasil son los siguientes: congelación del gasto público por 20 años (reforma impulsada por el expresidente Michel Temer); eliminación del poder de los sindicatos quitándoles el 90% de la recaudación que tenían anteriormente (reforma impulsada también por el expresidente Michel Temer); la reforma que pretende quitar peso tributario de 34% al 28% del PIB, lo que generaría una baja de impuestos; la ley de reforma administrativa para que el funcionario público no se acomode y si no produce, que sea despedido.

Gustavo Segré indicó que la tasa de desempleo de Brasil pasó de 12.4% a 11.5%, se crearon 350 mil nuevos empleos durante el 2018 pero se espera que se generen más de 700 mil nuevos empleos en el 2019; la inflación del 2018 fue de 3.75% y se espera que para el 2019 disminuya a 3.29%; mientras que en el crecimiento del PIB, en el 2018 el crecimiento fue de 1.10% pero para el 2019 se espera un crecimiento del 1% y a partir del 2020 se espera un crecimiento de 2.1% como beneficio de las reformas realizadas pues debido a la ley de libertad económica, durante julio del 2019 se abrieron más de 281 mil empresas. Además, es el cuarto país con más inversión extranjera directa.

El camino es la libertad como en Brasil, no el intervencionismo gubernamental como en México.

El 1 de enero del 2019, Jair Bolsonaro, político y exmilitar, asumió como presidente de Brasil. Durante el corto tiempo que ha estado en el cargo, ha realizado diversos ajustes que han impulsado la economía de su país. El presidente brasileño firmó la declaración de libertad económica que, en poco tiempo, ha significado notables mejorías para las empresas y por consecuencia para los ciudadanos, pues ha establecido normas para la protección de la libre empresa y el libre ejercicio de la actividad económica.

Entre los más importantes puntos que trata el documento están: que ninguna autoridad puede restringir la libertad de la empresa para fijar el precio de los productos y servicios como consecuencia de los cambios en la oferta y la demanda; que se puede producir, emplear y generar ingresos, garantizando la libertad de desarrollar actividad económica en cualquier momento; y que quien realice una actividad empresarial goza de una presunción de buena fe en los actos realizados en el ejercicio de la actividad económica, a menos que la ley indique lo contrario.

Dentro de las garantías de libre iniciativa existen algunos aspectos que se deben evitar para promover el desarrollo y la creación de nuevas empresas: evitar especificaciones técnicas que no son necesarias para lograr el fin deseado; evitar una demanda artificial u obligatoria de un producto, servicio o actividad profesional; no introducir límites a la libre formación de empresas o actividades económicas. Es decir, son todas decisiones a favor de la libertad de mercado que, en definitiva, abre las puertas a la competencia para así, generar desarrollo.

El presidente brasileño tiene claro que el gobierno debe intervenir poco, y lo que interviene es únicamente con el objetivo de ser un facilitador de la actividad económica, pues de acuerdo con el texto: en las relaciones contractuales privadas, prevalecerá el principio de intervención mínima del Estado por cualquiera de sus poderes, evitando de esta manera otorgar beneficios a empresarios y evitando también el fortalecimiento de monopolios surgidos del gobierno, en lugar de surgir por la libre elección de los consumidores, como debe ser.

El impacto de estas reformas ha sido inmediato, pues de acuerdo con Gustavo Segré, analista internacional invitado del programa Animales Sueltos, conducido por Alejandro Fantino, los datos de Brasil son los siguientes: congelación del gasto público por 20 años (reforma impulsada por el expresidente Michel Temer); eliminación del poder de los sindicatos quitándoles el 90% de la recaudación que tenían anteriormente (reforma impulsada también por el expresidente Michel Temer); la reforma que pretende quitar peso tributario de 34% al 28% del PIB, lo que generaría una baja de impuestos; la ley de reforma administrativa para que el funcionario público no se acomode y si no produce, que sea despedido.

Gustavo Segré indicó que la tasa de desempleo de Brasil pasó de 12.4% a 11.5%, se crearon 350 mil nuevos empleos durante el 2018 pero se espera que se generen más de 700 mil nuevos empleos en el 2019; la inflación del 2018 fue de 3.75% y se espera que para el 2019 disminuya a 3.29%; mientras que en el crecimiento del PIB, en el 2018 el crecimiento fue de 1.10% pero para el 2019 se espera un crecimiento del 1% y a partir del 2020 se espera un crecimiento de 2.1% como beneficio de las reformas realizadas pues debido a la ley de libertad económica, durante julio del 2019 se abrieron más de 281 mil empresas. Además, es el cuarto país con más inversión extranjera directa.

El camino es la libertad como en Brasil, no el intervencionismo gubernamental como en México.