/ domingo 10 de abril de 2022

Los peligros de la deshumanización 

Sin duda el uso de la tecnología, nos está robotizando cada día más; con el riesgo de que el ser humano está perdiendo su libertad.

Ahora las máquinas van seleccionando a los expertos, y van descartando a los mismos, conforme evolucionan o se optimizan.

De modo que no solo hay expertos, que lo son por breve tiempo, sino que en general los humanos, se hallan cada vez más rodeados de cosas, cuyo funcionamiento íntimo en ocasiones no conocen nada o casi nada.

Los valores que recorren, a esta nueva sociedad de la información son: rapidez, velocidad, accesibilidad y utilidad.

De tal forma que tenemos el riesgo de la deshumanización por abuso de la tecnología, por la secuencia de hechos, sin orientación, sin dirección, sin comprensión, sin debate y sin crítica; que nos conducen solo a cúmulos de información, más no a la comunicación y por supuesto que no hay conocimiento, sino una total confusión.

Lo cierto es que a pesar de la cantidad de información del presente, la ignorancia prevalece más que antes.

Por algo tan simple cada vez, leemos menos, y evaluamos menos, ahora somos más monotemáticos, todo lo queremos obtener de redes sociales para relacionamos con el mundo.

De tal forma que el mundo que se vive, se está alejando de la realidad, para caer en lo virtual.

Los seres humanos, han sucumbido a la promesa de una máquina inteligente, que le dice cómo hacer, qué hacer y cuándo hacer, ya que no le interesará responder al ¿por qué?, ni al ¿para qué?

La posibilidad del “pensar” simplemente ha quedado limitada en un mundo moderno atiborrado de máquinas y de información.

Frente a esta condición, la deshumanización es inevitable, ya que en este momento la vida de un gran número de habitantes de cualquier región del planeta, es de sobrevivencia.

Nos estamos convirtiendo, en un mundo cada vez más deshumanizado, carente de valores y de aspiraciones colectivas, en donde cada quien vela únicamente por su propio interés.

Somos el producto de una sociedad egoísta partiendo y girando alrededor del “YO”, es decir, de caer cada vez más en la egolatría.

El compromiso con la responsabilidad individual, para lograr una mejor sociedad, es cada vez menos frecuente. La ambición personal es la que prevalece, en un mundo en donde la inteligencia se usa para fines perversos.

Hemos perdido la sensibilidad y el compromiso con la sociedad para convertirnos en simples espectadores. […Sin temor a equivocarse ya nada nos asombra y nada nos conmueve…]

Frente a este comportamiento, pareciera que “cada quien tiene su precio”, predicando y ejerciendo lo que más nos conviene; donde los valores como el respeto, la honestidad, el compromiso y otros más; han dejado de tener significado, ya que a la vista de todos, en muchas familias dejo de ser una prioridad, y pilar de proyectos compartidos, para convertirnos en seres egoístas e individualistas aberrantes.

La vorágine de la modernidad, nos hace escudarnos en la comodidad, ya que tan solo evitamos ver más allá de la realidad del entorno.

Lamentablemente en este momento, alguna persona cercana a usted, se esconde para llorar en algún rincón de su casa, por situaciones de injusticia, discriminación, inconformidad, abusos y abandonos.

Así que ¿Hasta dónde tenemos la responsabilidad de ser verdaderos “ciudadanos”, para convertirnos en formadores y orientadores de nuevas generaciones?

De no perder la capacidad de asombro, de no dejar de creer y progresar, para enfrentar nuevos retos y desafíos.

No olvidemos que la función del ser humano, es tener capacidad de reflexión, pero a la vez que tenga la capacidad de presentar soluciones, a los problemas de su entorno social.

Estimado lector, se ha preguntado;

¿En qué momento las máquinas han ocupado un lugar tan imprescindible en nuestras vidas?

Algunos creen que nos estamos convirtiendo en autómatas, seres que van “a lo suyo” y "pasan de largo todo lo demás".

Son tan comunes las imágenes, de gente pasando al lado de seres humanos sufriendo, muriendo o siendo atacados, y lo hacen con una total indiferencia. Somos como autómatas, ya sea por prisa, por no meternos en problemas, por desinterés o simplemente por distracción

Porque mientras la deshumanización de la sociedad persista, la batalla estará perdida y el ser humano seguirá en esta renuencia a ser libre y tener la experiencia del mundo real.

En fin que la deshumanización, es el síntoma del Siglo XXI.

[…Donde no hay culpables, solo sucesos inevitables…]


Sin duda el uso de la tecnología, nos está robotizando cada día más; con el riesgo de que el ser humano está perdiendo su libertad.

Ahora las máquinas van seleccionando a los expertos, y van descartando a los mismos, conforme evolucionan o se optimizan.

De modo que no solo hay expertos, que lo son por breve tiempo, sino que en general los humanos, se hallan cada vez más rodeados de cosas, cuyo funcionamiento íntimo en ocasiones no conocen nada o casi nada.

Los valores que recorren, a esta nueva sociedad de la información son: rapidez, velocidad, accesibilidad y utilidad.

De tal forma que tenemos el riesgo de la deshumanización por abuso de la tecnología, por la secuencia de hechos, sin orientación, sin dirección, sin comprensión, sin debate y sin crítica; que nos conducen solo a cúmulos de información, más no a la comunicación y por supuesto que no hay conocimiento, sino una total confusión.

Lo cierto es que a pesar de la cantidad de información del presente, la ignorancia prevalece más que antes.

Por algo tan simple cada vez, leemos menos, y evaluamos menos, ahora somos más monotemáticos, todo lo queremos obtener de redes sociales para relacionamos con el mundo.

De tal forma que el mundo que se vive, se está alejando de la realidad, para caer en lo virtual.

Los seres humanos, han sucumbido a la promesa de una máquina inteligente, que le dice cómo hacer, qué hacer y cuándo hacer, ya que no le interesará responder al ¿por qué?, ni al ¿para qué?

La posibilidad del “pensar” simplemente ha quedado limitada en un mundo moderno atiborrado de máquinas y de información.

Frente a esta condición, la deshumanización es inevitable, ya que en este momento la vida de un gran número de habitantes de cualquier región del planeta, es de sobrevivencia.

Nos estamos convirtiendo, en un mundo cada vez más deshumanizado, carente de valores y de aspiraciones colectivas, en donde cada quien vela únicamente por su propio interés.

Somos el producto de una sociedad egoísta partiendo y girando alrededor del “YO”, es decir, de caer cada vez más en la egolatría.

El compromiso con la responsabilidad individual, para lograr una mejor sociedad, es cada vez menos frecuente. La ambición personal es la que prevalece, en un mundo en donde la inteligencia se usa para fines perversos.

Hemos perdido la sensibilidad y el compromiso con la sociedad para convertirnos en simples espectadores. […Sin temor a equivocarse ya nada nos asombra y nada nos conmueve…]

Frente a este comportamiento, pareciera que “cada quien tiene su precio”, predicando y ejerciendo lo que más nos conviene; donde los valores como el respeto, la honestidad, el compromiso y otros más; han dejado de tener significado, ya que a la vista de todos, en muchas familias dejo de ser una prioridad, y pilar de proyectos compartidos, para convertirnos en seres egoístas e individualistas aberrantes.

La vorágine de la modernidad, nos hace escudarnos en la comodidad, ya que tan solo evitamos ver más allá de la realidad del entorno.

Lamentablemente en este momento, alguna persona cercana a usted, se esconde para llorar en algún rincón de su casa, por situaciones de injusticia, discriminación, inconformidad, abusos y abandonos.

Así que ¿Hasta dónde tenemos la responsabilidad de ser verdaderos “ciudadanos”, para convertirnos en formadores y orientadores de nuevas generaciones?

De no perder la capacidad de asombro, de no dejar de creer y progresar, para enfrentar nuevos retos y desafíos.

No olvidemos que la función del ser humano, es tener capacidad de reflexión, pero a la vez que tenga la capacidad de presentar soluciones, a los problemas de su entorno social.

Estimado lector, se ha preguntado;

¿En qué momento las máquinas han ocupado un lugar tan imprescindible en nuestras vidas?

Algunos creen que nos estamos convirtiendo en autómatas, seres que van “a lo suyo” y "pasan de largo todo lo demás".

Son tan comunes las imágenes, de gente pasando al lado de seres humanos sufriendo, muriendo o siendo atacados, y lo hacen con una total indiferencia. Somos como autómatas, ya sea por prisa, por no meternos en problemas, por desinterés o simplemente por distracción

Porque mientras la deshumanización de la sociedad persista, la batalla estará perdida y el ser humano seguirá en esta renuencia a ser libre y tener la experiencia del mundo real.

En fin que la deshumanización, es el síntoma del Siglo XXI.

[…Donde no hay culpables, solo sucesos inevitables…]