/ sábado 18 de julio de 2020

Los pronósticos del Covid-19

Es evidente que no visualizamos la pesadilla que venía para quedarse, y en un intento por despertar, nos damos cuenta que lo único tangible de la pandemia, son los contagios y las defunciones que no se detienen, además de una economía desplomada; que como sabemos es la base sobre la cual vivimos y el parámetro para ubicar a una “clase social”.

Por otro lado mientras médicos, enfermeras y personal de las instituciones de salud se baten heroicamente en defensa de la vida; la estrategia del gobierno federal simplemente se sigue mostrando optimista, en un intento de […aplanar la famosa curva de la pandemia…], desde el 31 de Mayo, fecha en que terminó la “Jornada Nacional de la Sana Distancia”.

Lo cierto es que la pandemia se convirtió en un tema mediático del que todos hablan, pero somos conscientes de la realidad, ya que los especialistas aun en contra de todo pronóstico, definitivamente desconocen cuándo finalizara esta pesadilla.

La respuesta a la crisis no ha sido homogénea, entre la Federación y los estados, no sólo por las desigualdades estructurales, sino también por la demagogia política entre gobiernos de distinto color partidista, además de las emociones y mensajes confusos, que agravaron las contradicciones y entredichos del gobierno federal con los gobiernos estatales, en especial con los gobiernos de Nuevo León, Coahuila, Tamaulipas, Durango, Michoacán, Jalisco y Colima; quienes rechazaron el semáforo nacional por no reflejar la realidad de estas entidades.

Sin duda esta es una muestra de que las regiones geográficas del país, son muy diferentes por condiciones y factores muy diversos, como el clima, altitud y latitud entre otros; además de que la población, también muestra condiciones endémicas regionales.

El gobierno federal simplemente dejó en los estados y municipios, la responsabilidad de tomar la última palabra sobre la estrategia de regresar a la […nueva normalidad…] aunque desde luego muchos no aceptaron y optaron por seguir su propia ruta y estrategia.

Los estados reclamaron un abandono total por parte de la Federación, quien les traspaso sus responsabilidades y una falta de recursos para combatir la pandemia.

La situación también ha sido evidente para organizaciones internacionales, que siguen la evolución de la pandemia en México. En el caso de La Organización Panamericana de la Salud, ha recomendado mayor coordinación entre niveles de gobierno, como condición básica para la claridad en la información de los mensajes a la sociedad.

Lo que no podemos negar, es que cada quien le da una interpretación diferente a la pandemia; con el resultado de un relajamiento en la sociedad en todo el país, que no se caracteriza por el rigor que debió ser ejemplo con algo tan simple y elemental, como es el uso cubrebocas y de verdaderamente “quedarse en casa”.

Lo único que se logro en México; es un riesgo de contagio exacerbado, para llegar a las 37 mil defunciones.

Hasta ahora el resultado es un intercambio de señalamientos para buscar culpables, frente a una población cada vez más vulnerable y confusa, por el bombardeo de mensajes que, por un lado, nos ofrecen regresar a nuestras actividades y, por otra, con un reporte diario que alcanza nuevos récords.

La pregunta obligada es;

¿Quién podría estar optimista frente a este escenario?

Cuando escuchamos por un lado, el discurso oficial de que “vamos bien”, mientras por otro, vemos aumentar la saturación hospitalaria en algunos estados como Tabasco o Nuevo León.

Lo más grave es cuando las autoridades estatales reciben la reprimenda de “informar sobre la realidad” como una obligación y no por devoción; hacia la sociedad quien merece todo el respeto de la información.

Lo que bien sabemos, es que la pandemia llego y el precursor de esto es un virus que no acabamos por conocer, ni los efectos que aún tendrá a largo plazo en los seres humanos.

La responsabilidad sanitaria en nuestro país, sigue en el aire, mientras los estados y la Federación, continúen con políticas partidistas buscando culpables, y donde la […información desinformada…] prevalezca; la única afectada es la población.

Lo más recomendable es hacer un alto, y evitar las prisas y las persecuciones irracionales, recuerde que el tiempo es hechizado por los espejos que guardan la memoria, pero también algo valioso que es la vida de nuestras familias.

Es evidente que no visualizamos la pesadilla que venía para quedarse, y en un intento por despertar, nos damos cuenta que lo único tangible de la pandemia, son los contagios y las defunciones que no se detienen, además de una economía desplomada; que como sabemos es la base sobre la cual vivimos y el parámetro para ubicar a una “clase social”.

Por otro lado mientras médicos, enfermeras y personal de las instituciones de salud se baten heroicamente en defensa de la vida; la estrategia del gobierno federal simplemente se sigue mostrando optimista, en un intento de […aplanar la famosa curva de la pandemia…], desde el 31 de Mayo, fecha en que terminó la “Jornada Nacional de la Sana Distancia”.

Lo cierto es que la pandemia se convirtió en un tema mediático del que todos hablan, pero somos conscientes de la realidad, ya que los especialistas aun en contra de todo pronóstico, definitivamente desconocen cuándo finalizara esta pesadilla.

La respuesta a la crisis no ha sido homogénea, entre la Federación y los estados, no sólo por las desigualdades estructurales, sino también por la demagogia política entre gobiernos de distinto color partidista, además de las emociones y mensajes confusos, que agravaron las contradicciones y entredichos del gobierno federal con los gobiernos estatales, en especial con los gobiernos de Nuevo León, Coahuila, Tamaulipas, Durango, Michoacán, Jalisco y Colima; quienes rechazaron el semáforo nacional por no reflejar la realidad de estas entidades.

Sin duda esta es una muestra de que las regiones geográficas del país, son muy diferentes por condiciones y factores muy diversos, como el clima, altitud y latitud entre otros; además de que la población, también muestra condiciones endémicas regionales.

El gobierno federal simplemente dejó en los estados y municipios, la responsabilidad de tomar la última palabra sobre la estrategia de regresar a la […nueva normalidad…] aunque desde luego muchos no aceptaron y optaron por seguir su propia ruta y estrategia.

Los estados reclamaron un abandono total por parte de la Federación, quien les traspaso sus responsabilidades y una falta de recursos para combatir la pandemia.

La situación también ha sido evidente para organizaciones internacionales, que siguen la evolución de la pandemia en México. En el caso de La Organización Panamericana de la Salud, ha recomendado mayor coordinación entre niveles de gobierno, como condición básica para la claridad en la información de los mensajes a la sociedad.

Lo que no podemos negar, es que cada quien le da una interpretación diferente a la pandemia; con el resultado de un relajamiento en la sociedad en todo el país, que no se caracteriza por el rigor que debió ser ejemplo con algo tan simple y elemental, como es el uso cubrebocas y de verdaderamente “quedarse en casa”.

Lo único que se logro en México; es un riesgo de contagio exacerbado, para llegar a las 37 mil defunciones.

Hasta ahora el resultado es un intercambio de señalamientos para buscar culpables, frente a una población cada vez más vulnerable y confusa, por el bombardeo de mensajes que, por un lado, nos ofrecen regresar a nuestras actividades y, por otra, con un reporte diario que alcanza nuevos récords.

La pregunta obligada es;

¿Quién podría estar optimista frente a este escenario?

Cuando escuchamos por un lado, el discurso oficial de que “vamos bien”, mientras por otro, vemos aumentar la saturación hospitalaria en algunos estados como Tabasco o Nuevo León.

Lo más grave es cuando las autoridades estatales reciben la reprimenda de “informar sobre la realidad” como una obligación y no por devoción; hacia la sociedad quien merece todo el respeto de la información.

Lo que bien sabemos, es que la pandemia llego y el precursor de esto es un virus que no acabamos por conocer, ni los efectos que aún tendrá a largo plazo en los seres humanos.

La responsabilidad sanitaria en nuestro país, sigue en el aire, mientras los estados y la Federación, continúen con políticas partidistas buscando culpables, y donde la […información desinformada…] prevalezca; la única afectada es la población.

Lo más recomendable es hacer un alto, y evitar las prisas y las persecuciones irracionales, recuerde que el tiempo es hechizado por los espejos que guardan la memoria, pero también algo valioso que es la vida de nuestras familias.