/ sábado 9 de enero de 2021

Los riesgos del fanatismo

“El silencio de la envidia tiene más ruidos de los que imaginas”

El asalto al capitolio de Estados Unidos, por demás comentado, se convirtió en una exhibición de violencia, por una turba enardecida de seguidores del presidente saliente Donald Trump, quien los incitó y les dijo que era su derecho y casi su obligación defender lo que la elección no le otorgó, aludiendo un fraude electoral.

Aunque como sabemos ya prometió una transición pacífica, porque sus artimañas, plegarias, engaños y vericuetos enajenantes, no tuvieron efecto para reelegirse.

La trifulca se convirtió en una tragedia, dejando un saldo de cinco muertos, entre los que se encuentra una mujer y el último de ellos un policía.

Con estos hechos Trump ha sido calificado a nivel mundial como el gran perdedor por sus actos y mensajes que tan solo muestran la fragilidad y vulnerabilidad de la […democracia…] de este país, además del abuso de la libertad de expresión en redes sociales, mismas que ya han sido limitadas o bloqueadas. Ahora el vocerío del necio, reclama su derecho de libertad de expresión.

Quedara como el eterno solitario, ciego ante una realidad carente de confianza, que es el valor ausente en su castillo de oropel, que se desmorona junto con gabinete, que lo va dejando solo poco a poco.

El presidente saliente sigue inmerso en sus berrinches, a través de un lenguaje tóxico y nocivo, con muestras de odio y discordia.

Es una pena que la imagen de un personaje como Trump, termine como un verdadero ignoto frente a una realidad fincada en las mentiras las amenazas, la discriminación y el abuso de poder.

Así que el silencio que guardó durante casi tres horas, mientras el capitolio era invadido, fue un tiempo para ver resultados diferentes que le favorecieran, ya que esperaba las palabras mágicas de su vicepresidente Pence, a quien le pidió anular el resultado de las elecciones, con el propósito de impedir la ratificación de Joe Biden.

Todo dio un vuelco inesperado, Pence no obedeció a su presidente, las falacias y falsedades de Trump no fueron suficientes; ya que lo que pedía, es ilegal.

Desde este momento Trump es señalado como el responsable de la trifulca, y nos muestra cuánto daño puede hacer un demagogo autoritario estando en el poder, que no sólo puede llegar a romper el orden constitucional; sino lastimar los consensos y acuerdos de una democracia, que en este momento se muestra frágil y vulnerable.

Mientras el reloj prosigue su curso, llegara el 20 de enero, para que Joe Biden se convierta en presidente de Estados Unidos.

Después de esta fecha, nadie puede garantizar que la violencia y el radicalismo se detengan.

Mietras tanto muchos se preguntan si una vez que Trump deje el poder, ¿desaparecerá el trumpismo y la polarización?

Sabemos que un gobierno democrático requiere un compromiso con la verdad y un respeto mutuo a las reglas del juego.

En las preferencias políticas no podemos caer en vicios, fanatismo, enajenación, caprichos y ocurrencias de quien está en el poder, recordemos que todos aquellos argumentos que fueron valiosos para llegar a un puesto de elección popular, con el tiempo pueden ser contradictorios y hacer una diferencia entre “ganar y perder”

Por otro lado, este puede ser un mensaje muy claro para los políticos mexicanos, en un país donde la sociedad cada vez esta mas informada, y consciente de la realidad en que vivimos; y por supuesto más difícil de convencer, donde no caben las ocurrencias, los vicios, el fanatismo, caprichos, ocurrencias; ni mucho menos las falsedades y las mentiras.

“El silencio de la envidia tiene más ruidos de los que imaginas”

El asalto al capitolio de Estados Unidos, por demás comentado, se convirtió en una exhibición de violencia, por una turba enardecida de seguidores del presidente saliente Donald Trump, quien los incitó y les dijo que era su derecho y casi su obligación defender lo que la elección no le otorgó, aludiendo un fraude electoral.

Aunque como sabemos ya prometió una transición pacífica, porque sus artimañas, plegarias, engaños y vericuetos enajenantes, no tuvieron efecto para reelegirse.

La trifulca se convirtió en una tragedia, dejando un saldo de cinco muertos, entre los que se encuentra una mujer y el último de ellos un policía.

Con estos hechos Trump ha sido calificado a nivel mundial como el gran perdedor por sus actos y mensajes que tan solo muestran la fragilidad y vulnerabilidad de la […democracia…] de este país, además del abuso de la libertad de expresión en redes sociales, mismas que ya han sido limitadas o bloqueadas. Ahora el vocerío del necio, reclama su derecho de libertad de expresión.

Quedara como el eterno solitario, ciego ante una realidad carente de confianza, que es el valor ausente en su castillo de oropel, que se desmorona junto con gabinete, que lo va dejando solo poco a poco.

El presidente saliente sigue inmerso en sus berrinches, a través de un lenguaje tóxico y nocivo, con muestras de odio y discordia.

Es una pena que la imagen de un personaje como Trump, termine como un verdadero ignoto frente a una realidad fincada en las mentiras las amenazas, la discriminación y el abuso de poder.

Así que el silencio que guardó durante casi tres horas, mientras el capitolio era invadido, fue un tiempo para ver resultados diferentes que le favorecieran, ya que esperaba las palabras mágicas de su vicepresidente Pence, a quien le pidió anular el resultado de las elecciones, con el propósito de impedir la ratificación de Joe Biden.

Todo dio un vuelco inesperado, Pence no obedeció a su presidente, las falacias y falsedades de Trump no fueron suficientes; ya que lo que pedía, es ilegal.

Desde este momento Trump es señalado como el responsable de la trifulca, y nos muestra cuánto daño puede hacer un demagogo autoritario estando en el poder, que no sólo puede llegar a romper el orden constitucional; sino lastimar los consensos y acuerdos de una democracia, que en este momento se muestra frágil y vulnerable.

Mientras el reloj prosigue su curso, llegara el 20 de enero, para que Joe Biden se convierta en presidente de Estados Unidos.

Después de esta fecha, nadie puede garantizar que la violencia y el radicalismo se detengan.

Mietras tanto muchos se preguntan si una vez que Trump deje el poder, ¿desaparecerá el trumpismo y la polarización?

Sabemos que un gobierno democrático requiere un compromiso con la verdad y un respeto mutuo a las reglas del juego.

En las preferencias políticas no podemos caer en vicios, fanatismo, enajenación, caprichos y ocurrencias de quien está en el poder, recordemos que todos aquellos argumentos que fueron valiosos para llegar a un puesto de elección popular, con el tiempo pueden ser contradictorios y hacer una diferencia entre “ganar y perder”

Por otro lado, este puede ser un mensaje muy claro para los políticos mexicanos, en un país donde la sociedad cada vez esta mas informada, y consciente de la realidad en que vivimos; y por supuesto más difícil de convencer, donde no caben las ocurrencias, los vicios, el fanatismo, caprichos, ocurrencias; ni mucho menos las falsedades y las mentiras.