/ lunes 5 de octubre de 2020

“Se venden sueños guajiros”

En una aparente estrategia perversa en México los gobernantes que surgen electos en procesos cuestionados parecen tener la idea de que son líderes y auténticos guías de la sociedad buscando lo mejor para los gobernados. Los que administran se preocupan de nosotros enfrentando a los que tuvieron el poder antes que ellos y nos sumen en la corrupción y pobreza. Utilizan la demagogia para ofender imponiendo adjetivos a los adversarios políticos, creando un ambiente social áspero para enfrentar a unos con otros como si buscaran implantar problemas para resolverlos y pasar a la historia como los mejores hombres que han pisado este mundo. El Presidente de la república, el Gobernador y sus equipos parecen ser de esos ciudadanos que se han autodefinido como defensores de los derechos políticos de los ciudadanos; los dos equipos son protagonistas en la lucha contra la corrupción de los que los antecedieron.

El Presidente Andrés Manuel López Obrador en su reciente visita a nuestra ciudad decidió no invitar al Gobernador Javier Corral por pérdida de confianza al utilizar la información que se generaba en las “mesas por la reconstrucción de la paz” en su estrategia contra el crimen organizado y compartir los datos con miembros del partido Acción Nacional. En el crimen de la periodista Miroslava Breach algunos funcionarios del Estado han levantado sospechas de haber entregado al crimen organizado a la periodista y aunque nunca se procesó fue aprovechado por el súper Delegado Juan Carlos Loera para acusar al gobierno del Estado de divulgar información que se generaba en estas mesas. Esta ocurrencia fue recogida por la Presidencia quien decidió que el gobernador no era confiable para la seguridad del Estado.

Los gobiernos totalitarios siempre han utilizado a través de la historia el temor a sus críticos, este se utiliza ocasionando miedo en sus representados, siendo México un ejemplo a nivel mundial. La matanza de Tlatelolco fue causada para salvarnos de los comunistas que amenazaban la paz mundial, y aunque este argumento es utilizado por los gobiernos prefieren la sumisión de sus gobernados por medio del silencio. El Gobernador Javier Corral al inicio de su gestión en una primera acción dispuso descalificar a la mayoría de los medios de comunicación y empleados acusándolos de haber recibido sobornos por parte del gobierno de Cesar Duarte para quedarse callados ante los actos de corrupción en su administración; compartió nombres y cantidades utilizando adjetivos que buscaban el linchamiento y descalificación de comunicadores y medios.

El enfrentamiento entre estos 2 “demócratas” gobernantes ha contribuido a empeorar la calidad de vida de los habitantes del estado; la inseguridad contrasta con el discurso perverso de que la violencia está focalizada entre los miembros de grupos de la delincuencia organizada dejando correr la idea de que estas muertes no importan. El gobierno federal decidió que los estados y municipios carecen de honestidad para manejar recursos en seguridad y retiro los fondos para el fortalecimiento en seguridad conocido como el fortaseg, el cual era utilizado para la capacitación de los elementos policiacos, equipamiento y desarrollo en infraestructura, establecimientos en centros de llamadas de auxilio, homologación salarial y sobretodo en mejoras de condiciones laborales. Desde la presidencia de la Republica pareciera que se busca desaparecer las policías locales y continuar con la militarización del país.

La reciente visita ha puesto en evidencia que los ciudadanos no somos importantes para los que nos dirigen; los enfrentamientos políticos por parte de los dos gobiernos y sus bandos han dejado de manifiesto las prioridades que tienen en su quehacer diario. En Chihuahua los ciudadanos somos vistos como menores de edad para decidir lo que queremos o no.

El Presidente y el Gobernador mantienen la misma lucha y utilizan los mismos discursos, pero deberán hacer algo más que autocalificarse como transformadores si quieren que los ciudadanos mejoren su calidad de vida. Las viejas prácticas corruptas no han sido desechadas y son utilizadas actualmente por algunos malos funcionarios. El Estado utiliza a la fiscalía general del Estado y al Supremo Tribunal de Justicia para descalificar adversarios y la Presidencia utiliza a la Fiscalía General de la Republica y a la Unidad de Inteligencia Financiera para someter adversarios.

Parece que la historia nos alcanza o quizá nunca se fue.

Twitter: rodo_ramo1

Facebook: Rodolfo Ramos Silva

En una aparente estrategia perversa en México los gobernantes que surgen electos en procesos cuestionados parecen tener la idea de que son líderes y auténticos guías de la sociedad buscando lo mejor para los gobernados. Los que administran se preocupan de nosotros enfrentando a los que tuvieron el poder antes que ellos y nos sumen en la corrupción y pobreza. Utilizan la demagogia para ofender imponiendo adjetivos a los adversarios políticos, creando un ambiente social áspero para enfrentar a unos con otros como si buscaran implantar problemas para resolverlos y pasar a la historia como los mejores hombres que han pisado este mundo. El Presidente de la república, el Gobernador y sus equipos parecen ser de esos ciudadanos que se han autodefinido como defensores de los derechos políticos de los ciudadanos; los dos equipos son protagonistas en la lucha contra la corrupción de los que los antecedieron.

El Presidente Andrés Manuel López Obrador en su reciente visita a nuestra ciudad decidió no invitar al Gobernador Javier Corral por pérdida de confianza al utilizar la información que se generaba en las “mesas por la reconstrucción de la paz” en su estrategia contra el crimen organizado y compartir los datos con miembros del partido Acción Nacional. En el crimen de la periodista Miroslava Breach algunos funcionarios del Estado han levantado sospechas de haber entregado al crimen organizado a la periodista y aunque nunca se procesó fue aprovechado por el súper Delegado Juan Carlos Loera para acusar al gobierno del Estado de divulgar información que se generaba en estas mesas. Esta ocurrencia fue recogida por la Presidencia quien decidió que el gobernador no era confiable para la seguridad del Estado.

Los gobiernos totalitarios siempre han utilizado a través de la historia el temor a sus críticos, este se utiliza ocasionando miedo en sus representados, siendo México un ejemplo a nivel mundial. La matanza de Tlatelolco fue causada para salvarnos de los comunistas que amenazaban la paz mundial, y aunque este argumento es utilizado por los gobiernos prefieren la sumisión de sus gobernados por medio del silencio. El Gobernador Javier Corral al inicio de su gestión en una primera acción dispuso descalificar a la mayoría de los medios de comunicación y empleados acusándolos de haber recibido sobornos por parte del gobierno de Cesar Duarte para quedarse callados ante los actos de corrupción en su administración; compartió nombres y cantidades utilizando adjetivos que buscaban el linchamiento y descalificación de comunicadores y medios.

El enfrentamiento entre estos 2 “demócratas” gobernantes ha contribuido a empeorar la calidad de vida de los habitantes del estado; la inseguridad contrasta con el discurso perverso de que la violencia está focalizada entre los miembros de grupos de la delincuencia organizada dejando correr la idea de que estas muertes no importan. El gobierno federal decidió que los estados y municipios carecen de honestidad para manejar recursos en seguridad y retiro los fondos para el fortalecimiento en seguridad conocido como el fortaseg, el cual era utilizado para la capacitación de los elementos policiacos, equipamiento y desarrollo en infraestructura, establecimientos en centros de llamadas de auxilio, homologación salarial y sobretodo en mejoras de condiciones laborales. Desde la presidencia de la Republica pareciera que se busca desaparecer las policías locales y continuar con la militarización del país.

La reciente visita ha puesto en evidencia que los ciudadanos no somos importantes para los que nos dirigen; los enfrentamientos políticos por parte de los dos gobiernos y sus bandos han dejado de manifiesto las prioridades que tienen en su quehacer diario. En Chihuahua los ciudadanos somos vistos como menores de edad para decidir lo que queremos o no.

El Presidente y el Gobernador mantienen la misma lucha y utilizan los mismos discursos, pero deberán hacer algo más que autocalificarse como transformadores si quieren que los ciudadanos mejoren su calidad de vida. Las viejas prácticas corruptas no han sido desechadas y son utilizadas actualmente por algunos malos funcionarios. El Estado utiliza a la fiscalía general del Estado y al Supremo Tribunal de Justicia para descalificar adversarios y la Presidencia utiliza a la Fiscalía General de la Republica y a la Unidad de Inteligencia Financiera para someter adversarios.

Parece que la historia nos alcanza o quizá nunca se fue.

Twitter: rodo_ramo1

Facebook: Rodolfo Ramos Silva