El partido Morena, en alianza con Nueva Alianza y Partido del Trabajo, se prepara para su participación en el próximo proceso electoral con propósito de ganar los cargos políticos que estarán en disputa en nuestro estado de Chihuahua, 67 ayuntamientos o alcaldías, 67 sindicaturas y 22 diputaciones locales. La intención de esta alianza es reunir sus votos y presupuestos para así poder obtener la gubernatura del estado y avanzar en la “cuarta transformación” como indica el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Juan Carlos Loera ha sido designado como candidato de esta coalición, después de un proceso polémico al dejar en el camino en una dudosa encuesta a personajes como senador Cruz Pérez Cuellar y al nuevo “allegado” (léase oportunista) Armando Cabada, actual presidente municipal de Ciudad Juárez. Esto causó polémica, con acusaciones de fraude por parte de Pérez Cuellar aunado a la poca confianza existente en la designación del súper delegado y principal colaborador del presidente en este estado. Incluso Morena ha negociado con Armando Cabada para una posible diputación federal, acto totalmente deleznable y que exhibe la bancarrota ética del partido en el poder.
En teoría, el triunfo del morenista es inminente por el trabajo que realizó en todo el territorio estatal al entregar apoyos económicos a los sectores más vulnerables de la entidad durante sus funciones como delegado federal; estableció una red electoral creando y designando funciones de sub delegados en las principales ciudades del estado, a la vez que ha dado empleo a varios cientos de personas que deciden participar con él. Ellos manejan los padrones y conocen a las personas beneficiadas por los programas sociales, que pudieran llegar a ser 700 000, según cifras del mismo ex delegado. La alianza con los otros partidos políticos le daría, hipotéticamente, un total de más de 400 mil votos. La inclusión de Armando Cabada a la boleta electoral por el partido del presidente le brinda más posibles electores, dado la base política y capital con el que cuenta ese personaje. De nueva cuenta, Javier González Mocken como candidato por la alianza al ayuntamiento de Ciudad Juárez, representa la continuación de la candidatura que aparentemente nadie más que él ha podido obtener, gracias a la popularidad creada en años pasados.
En política el hacer sumas y restas es un ejercicio peligroso que vulnera y hace perder la lógica de los partidos políticos y su equipo de aduladores, que carecen de identidad y actúan a partir de sus intereses, producto de la distancia que toman de la realidad que viven política y cotidianamente los ciudadanos, afectados por pésimas gestiones y decisiones políticas realizadas por sus supuestos representantes. Chihuahua atraviesa por una grave sequía provocada por la falta de lluvia en las principales zonas agrícolas del estado; el problema de los campesinos chihuahuenses con el gobierno federal, causado por el tratado que obliga al estado a ceder su agua para Estados Unidos ha sido la principal ofensa de la 4t al pueblo chihuahuense. La minimización del tema, las acusaciones del presidente hacia el sector agrícola con demandas justas, la respuesta militar ante el movimiento social y la represión que dejó muertes, sin duda sientan un precedente en la manera que el partido y la figura ejecutiva del Estado actúan según sus intereses. Esto sin duda es una marca en el historial de Juan Carlos Loera, quien se alineó al discurso presidencial. Sociedad chihuahuense que con razón o sin razón culpan al precandidato de este problema.
El secuestro de la verdad por parte del equipo en el poder y el hacer uso de su fuerza política para imponer personalidades sin liderazgo comunitario ha hecho que amplios sectores del partido Morena lo vean como un verdadero cacique. Loera de la Rosa al recibir el nombramiento de representante del presidente decidió imponer a familiares quienes rápidamente fueron acusados de corrupción como actualmente pasa en el Instituto Nacional de Migración, donde el Sub delegado fue acusado de extorsionar a migrantes al hacer redadas en albergues de la ciudad. La corrupción no es la carta de presentación que tiene este gobierno federal en la actualidad pero en nuestro estado los malos funcionarios están ocupando espacios administrativos.
La inclusión de Armando Cabada es una apuesta ilógica, ya que tiene un pasado reciente de corrupción al beneficiar a sus socios y familia con el presupuesto público. El oportunismo del Alcalde y la inocencia de Mario Delgado al desconocer los problemas que este enfrenta como el desafuero por parte de ciudadanos juarenses y el reconocimiento del mismo Cabada de haber recibido dinero de la nómina secreta para favorecer a Cesar Duarte cuando trabajaba como director de noticiarios del canal 44, son la carta de presentación del aspirante a una diputación. La deshonestidad ronda la vida del Alcalde ya que pretende engañar a los militantes de Morena al hacerlos creer que trabajara para hacer ganar esta alianza, resultando una indiscutible ficción ya que sus intereses se encuentran con el partido Movimiento Ciudadano y su amigo Rodolfo Martínez al prestarle empleados en horarios laborables para que trabajen con él, y de esta manera gane la alcaldía, aunque reste votos en Juárez a Morena y con esto al candidato a gobernador.
Juan Carlos Loera no ha logrado construir un discurso político propio, prefiere repetir el mismo discurso del Presidente de la Republica y el Gobernador que condenan la corrupción pero con menos estridencia al carecer de la personalidad y calidad argumentativa de López Obrador y Javier Corral. Los rumores que rodean el proceso interno de Morena y la inclusión de personajes que en el pasado proceso ofendieron a militantes y simpatizantes de este partido, compromete el posible triunfo electoral del partido. La poca personalidad de los legisladores que buscan la reelección hace ver que no aportaran votos al carecer de presencia entre la población resultando una incertidumbre el posible triunfo de la cuarta transformación en Chihuahua.
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