/ sábado 19 de junio de 2021

Sólo clasismo dejó la elección

Calmadas las aguas que alborotó la contienda electoral, es el momento de hacer un balance sobre los resultados que sorprendieron a más de uno, principalmente en la Ciudad de México, considerada el bastión más importante de Morena, como antes lo fue del PRD.

Aprovechando el valor que da el anonimato de las redes sociales, hubo quien se atrevió a comparar la división que se observa en el mapa electoral de la capital del país, con la Alemania de la post guerra. Grave error, porque eso alimenta aún más el encono social, que poco o nada ayuda a formar una ciudadanía respetuosa.

Incluso, las descalificaciones por la derrota del partido en el poder salieron de Palacio Nacional, donde el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que quienes se quejaban por la tragedia de la Línea 12, que dejó 26 muertos y más de 100 lesionados, eran aquellos que menos la usan, mientras que los más afectados volvieron a votar por Morena, porque retuvo las alcaldías por donde circula, Iztapalapa y Tláhuac.

Hace tres años, la CDMX quedó repartida para Morena 11 alcaldías; dos para el PRD y para el PAN, PRI y Movimiento Ciudadano, una para cada uno. Empero, los alcaldes de Coyoacán, Milpa Alta y Venustiano Carranza terminaron volviéndose morenistas, por lo que terminaron gobernando en 14 demarcaciones.

El sábado 6 de junio, la realidad es que la geografía electoral volvió a dar un giro y esta ocasión no favoreció al partido que fundó AMLO, pues ganó sólo siete de las 16 alcaldías; mientras que la alianza PAN-PRI-PRD obtuvo ocho y los panistas, solos, obtuvieron una.

Conforme transcurran las semanas, los especialistas en estos temas discutirán, analizarán y concluirán qué motivó la pérdida de poder político de Morena. Mientras tanto, se deben hacer algunas observaciones.

LA DULCE DERROTA Y EL AMARGO TRIUNFO

La alcaldía Cuauhtémoc fue, sin duda, un golpe representativo en la derrota morenista, porque solía ser costumbre que la alcaldía donde está la casa presidencial fuera gobernada por alguien emanado del mismo partido en el poder, y esta ocasión la ganó la coalición.

Hay otros casos que llaman la atención, por ejemplo la Álvaro Obregón donde, si bien es cierto que la exalcalde Layda Sansores ganó la gubernatura de Campeche con Morena y acabó con la hegemonía priista, el partido guinda no pudo retener esa demarcación, donde ganó Lía Limón con los colores el PAN-PRD-PRI.

También está lo ocurrido en la Miguel Hidalgo, donde Mauricio Tabe obtuvo un triunfo inapelable. Se trata de un panista que ganó bajo las siglas de los tres partidos opositores, al obtener el 54 por ciento de los votos, uno de los resultados más importantes para la alianza, sobre todo porque compitió con ocho candidatos.

Mauricio Tabe es un joven político, con estudios en administración pública, que inició su carrera al lado de uno de los personajes más importantes de la vida nacional, como lo es Diego Fernández de Cevallos.

Y aunque Víctor Romo no logró la reelección en la Miguel Hidalgo, es importante señalar que, aún en las derrotas, siempre hay aspectos que rescatar por sus buenos resultados y no me refiero solo a programas sociales bien estructurados, sino a la labor que desempeñan algunos funcionarios.

DIPUTADOS DEL PT Y EL PVEM ROMPEN LA TREGUA

Donde comenzaron a exhibirse las diferencias ideológicas, pero sobre todo de interés personal, fue entre los diputados de las dos grandes alianzas. Por un lado están los panistas, priistas y perredistas, grupos antagónicos de toda la vida que consideraron necesario hacer cualquier cosa para frenar la Cuarta Transformación.

Por el otro lado, está esa extraña mezcolanza llamada “Juntos haremos historia”, la cual unió a Morena con el Partido del Trabajo y ¡el Verde Ecologista!, sí esa franquicia que se vende al mejor postor y, al menos en este momento es el grupo en el poder que requiere, a toda costa, juntar los votos necesarios en el Congreso para aprobar sus reformas.

Aunque en la repartición de candidatos, los “izquierdistas-ecologistas” parecían conformes, esta semana ya comenzaron a mostrar el cobre, porque las dirigencias del PT y el PVEM expresaron su rechazo a las reformas que presentará el Presidente de la República para que la Guardia Nacional se adhiera a la Secretaría de la Defensa Nacional y para que el INE tenga una nueva estructura.

Y aunque los partidos “satélite” refrendaron su compromiso con la Cuarta Transformación de AMLO, también exigieron respeto a su agenda legislativa porque, aunque no lo crea, aseguran que tienen sus propias propuestas.

Está por comenzar la segunda mitad del mandato de López Obrador, en la cual deberá demostrar para qué buscó el poder durante más de 18 años y, sobre todo, tendrá que concretar el cambio prometido a los 30 millones 113 mil 483 ciudadanos que le confiaron su voto.

La estrategia lopezobradorista para esta primera mitad de gobierno fue reformar todo lo que era necesario, lo cual consiguió aunque las pifias por la inexperiencia permitieron que se presentaran cientos de amparas contra sus cambios constitucionales, por ello esta semana ya advirtió que volverá a mandar ooootras reformas para la CFE, el INE y la Guardia Nacional. Esperemos que esta vez no se equivoquen en Palacio Nacional los redactores de las iniciativas, porque el desgaste legislativo que han dejado las anteriores propuestas es enorme y ha servido de caldo.

Calmadas las aguas que alborotó la contienda electoral, es el momento de hacer un balance sobre los resultados que sorprendieron a más de uno, principalmente en la Ciudad de México, considerada el bastión más importante de Morena, como antes lo fue del PRD.

Aprovechando el valor que da el anonimato de las redes sociales, hubo quien se atrevió a comparar la división que se observa en el mapa electoral de la capital del país, con la Alemania de la post guerra. Grave error, porque eso alimenta aún más el encono social, que poco o nada ayuda a formar una ciudadanía respetuosa.

Incluso, las descalificaciones por la derrota del partido en el poder salieron de Palacio Nacional, donde el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que quienes se quejaban por la tragedia de la Línea 12, que dejó 26 muertos y más de 100 lesionados, eran aquellos que menos la usan, mientras que los más afectados volvieron a votar por Morena, porque retuvo las alcaldías por donde circula, Iztapalapa y Tláhuac.

Hace tres años, la CDMX quedó repartida para Morena 11 alcaldías; dos para el PRD y para el PAN, PRI y Movimiento Ciudadano, una para cada uno. Empero, los alcaldes de Coyoacán, Milpa Alta y Venustiano Carranza terminaron volviéndose morenistas, por lo que terminaron gobernando en 14 demarcaciones.

El sábado 6 de junio, la realidad es que la geografía electoral volvió a dar un giro y esta ocasión no favoreció al partido que fundó AMLO, pues ganó sólo siete de las 16 alcaldías; mientras que la alianza PAN-PRI-PRD obtuvo ocho y los panistas, solos, obtuvieron una.

Conforme transcurran las semanas, los especialistas en estos temas discutirán, analizarán y concluirán qué motivó la pérdida de poder político de Morena. Mientras tanto, se deben hacer algunas observaciones.

LA DULCE DERROTA Y EL AMARGO TRIUNFO

La alcaldía Cuauhtémoc fue, sin duda, un golpe representativo en la derrota morenista, porque solía ser costumbre que la alcaldía donde está la casa presidencial fuera gobernada por alguien emanado del mismo partido en el poder, y esta ocasión la ganó la coalición.

Hay otros casos que llaman la atención, por ejemplo la Álvaro Obregón donde, si bien es cierto que la exalcalde Layda Sansores ganó la gubernatura de Campeche con Morena y acabó con la hegemonía priista, el partido guinda no pudo retener esa demarcación, donde ganó Lía Limón con los colores el PAN-PRD-PRI.

También está lo ocurrido en la Miguel Hidalgo, donde Mauricio Tabe obtuvo un triunfo inapelable. Se trata de un panista que ganó bajo las siglas de los tres partidos opositores, al obtener el 54 por ciento de los votos, uno de los resultados más importantes para la alianza, sobre todo porque compitió con ocho candidatos.

Mauricio Tabe es un joven político, con estudios en administración pública, que inició su carrera al lado de uno de los personajes más importantes de la vida nacional, como lo es Diego Fernández de Cevallos.

Y aunque Víctor Romo no logró la reelección en la Miguel Hidalgo, es importante señalar que, aún en las derrotas, siempre hay aspectos que rescatar por sus buenos resultados y no me refiero solo a programas sociales bien estructurados, sino a la labor que desempeñan algunos funcionarios.

DIPUTADOS DEL PT Y EL PVEM ROMPEN LA TREGUA

Donde comenzaron a exhibirse las diferencias ideológicas, pero sobre todo de interés personal, fue entre los diputados de las dos grandes alianzas. Por un lado están los panistas, priistas y perredistas, grupos antagónicos de toda la vida que consideraron necesario hacer cualquier cosa para frenar la Cuarta Transformación.

Por el otro lado, está esa extraña mezcolanza llamada “Juntos haremos historia”, la cual unió a Morena con el Partido del Trabajo y ¡el Verde Ecologista!, sí esa franquicia que se vende al mejor postor y, al menos en este momento es el grupo en el poder que requiere, a toda costa, juntar los votos necesarios en el Congreso para aprobar sus reformas.

Aunque en la repartición de candidatos, los “izquierdistas-ecologistas” parecían conformes, esta semana ya comenzaron a mostrar el cobre, porque las dirigencias del PT y el PVEM expresaron su rechazo a las reformas que presentará el Presidente de la República para que la Guardia Nacional se adhiera a la Secretaría de la Defensa Nacional y para que el INE tenga una nueva estructura.

Y aunque los partidos “satélite” refrendaron su compromiso con la Cuarta Transformación de AMLO, también exigieron respeto a su agenda legislativa porque, aunque no lo crea, aseguran que tienen sus propias propuestas.

Está por comenzar la segunda mitad del mandato de López Obrador, en la cual deberá demostrar para qué buscó el poder durante más de 18 años y, sobre todo, tendrá que concretar el cambio prometido a los 30 millones 113 mil 483 ciudadanos que le confiaron su voto.

La estrategia lopezobradorista para esta primera mitad de gobierno fue reformar todo lo que era necesario, lo cual consiguió aunque las pifias por la inexperiencia permitieron que se presentaran cientos de amparas contra sus cambios constitucionales, por ello esta semana ya advirtió que volverá a mandar ooootras reformas para la CFE, el INE y la Guardia Nacional. Esperemos que esta vez no se equivoquen en Palacio Nacional los redactores de las iniciativas, porque el desgaste legislativo que han dejado las anteriores propuestas es enorme y ha servido de caldo.