/ sábado 3 de julio de 2021

Tres años de López Obrador y la 4T

El pasado 1 de julio, López Obrador celebró tres años de un rotundo triunfo electoral, que le dio la Presidencia en el 2018.

Con esta celebración el presidente rindió un informe que honestamente podría ser interpretado como una extensión de sus famosas mañaneras, por la información que dio a conocer, ya que tiene un tinte muy a modo, por los vericuetos de datos controvertidos, que de acuerdo a la opinión de especialistas, el famoso informe tuvo descalificaciones por doquier, ya que las encuestas de la Presidencia, no coinciden con otras encuestas y ni siquiera con los resultados electorales de junio.

Así que entre, ellos y nosotros existe una brecha que es muy común escuchar, “tenemos otros datos”

Desde luego que la autocrítica simplemente no existió en el informe, tan solo se escucharon los elogios de la egolatría de quien tiene el poder.

Sobre la pandemia, el Presidente menciono […Ya empieza a sentirse el efecto positivo en la aplicación de nuevos medicamentos, especialmente por la vacuna…] pero no habló del número de fallecidos, solo mencionó que no estamos en los primeros lugares mundiales de la pandemia.

Reconoció el esfuerzo de la vacunación; pero llama la atención el agradecimiento por el apoyo internacional recibido de Cuba, Argentina, Estados Unidos, Rusia e India, y expuso que el 35 por ciento de la población ya está vacunada con dos dosis.

¿Pero porque menciono a Cuba?

Que sepamos, Cuba no ha enviado vacunas ni equipo para vacunar, tampoco aquí se está vacunando con la vacuna que está produciendo en este país.

En este rubro dijo:

“Se logró que ningún enfermo se quedara sin una
cama, equipo de respiración o personal de salud que lo atendiera”.

¿Acaso no se dio cuenta de las carencias y peripecias que las familias hicieron con sus enfermos?

Y qué decir del personal médico, que literalmente vivió su propio viacrucis, y que la población civil salió en su defensa y rescate.

En lo económico hubo algunas cifras favorables, pero no se dijo nada de los daños que dejó la pandemia.

¿Y de la pobreza?

Nada, pero nada se escuchó de los 67 millones de mexicanos en la pobreza, y que de acuerdo al Coneval, actualmente son 14 millones 600 mil mexicanos más pobres que en 2018.

Referente a la seguridad, el Presidente menciono: “No ha habido asaltos a comercios ni actos de vandalismo. Hay gobernabilidad en nuestro país.

Sin embargo lo que más preocupa a la ciudadanía, es la inseguridad. El país entero está inmerso en manos de la violencia e inseguridad.

Interesante lo que dijo sobre este tema, que el gobierno actual heredó los cárteles del periodo que él llama “neoliberal”

Lo cierto es que actualmente, existen unas cien organizaciones y bandas criminales que operan en todo el país.

Algunas por supuesto que se heredaron; pero otras son nuevas, aquí no importa si son heredadas o no; sino como afecta y daña a la población, entre el secuestro, los feminicidios, la extorsión, el robo en carreteras, robo en transporte, además vemos como aumentan los homicidios; así que todo el país se ha convertido en un verdadero camposanto.

Y lo más reciente de estos últimos días, la masacre de Reynosa, que no mereció un renglón del informe.

Sabemos que la eficacia de la seguridad, se mide por resultados y nadie se siente hoy más seguro que hace tres años, y por supuesto mucho menos que se sienta más feliz.

Lo que llama aún más la atención es lo que mencionó sobre la verdad, a lo que dijo

“No poseo ni aspiro a tener el monopolio de la verdad absoluta”

¿Será cierto lo que dice?

Si constantemente insiste que el bloque opositor o quien no comulgue con sus premisas y predicados moralistas, son sus enemigos y faltos a la “verdad”; desde empresarios hasta comunicadores, esto también incluye a todos los partidos que no lo apoyan.

En tres años, México tendrá otro mandatario. Será todo un proceso, por supuesto manejado por el propio presidente, para el destape de su sucesor o sucesora.

Mientras tanto a tres años de distancia, el desempeño del actual gobierno está “bien calificado”, o lo que podríamos decir, es que el informe que rindió fue de elogios y auto calificación muy bien ponderada.

Y de acuerdo a esta “calificación” en nuestro país todo está bien y en santa paz.

Una calificación que solo a algunos convence.

[…Recordemos que nadie esta tan vacío, como aquellos que están llenos de sí mismos…]


El pasado 1 de julio, López Obrador celebró tres años de un rotundo triunfo electoral, que le dio la Presidencia en el 2018.

Con esta celebración el presidente rindió un informe que honestamente podría ser interpretado como una extensión de sus famosas mañaneras, por la información que dio a conocer, ya que tiene un tinte muy a modo, por los vericuetos de datos controvertidos, que de acuerdo a la opinión de especialistas, el famoso informe tuvo descalificaciones por doquier, ya que las encuestas de la Presidencia, no coinciden con otras encuestas y ni siquiera con los resultados electorales de junio.

Así que entre, ellos y nosotros existe una brecha que es muy común escuchar, “tenemos otros datos”

Desde luego que la autocrítica simplemente no existió en el informe, tan solo se escucharon los elogios de la egolatría de quien tiene el poder.

Sobre la pandemia, el Presidente menciono […Ya empieza a sentirse el efecto positivo en la aplicación de nuevos medicamentos, especialmente por la vacuna…] pero no habló del número de fallecidos, solo mencionó que no estamos en los primeros lugares mundiales de la pandemia.

Reconoció el esfuerzo de la vacunación; pero llama la atención el agradecimiento por el apoyo internacional recibido de Cuba, Argentina, Estados Unidos, Rusia e India, y expuso que el 35 por ciento de la población ya está vacunada con dos dosis.

¿Pero porque menciono a Cuba?

Que sepamos, Cuba no ha enviado vacunas ni equipo para vacunar, tampoco aquí se está vacunando con la vacuna que está produciendo en este país.

En este rubro dijo:

“Se logró que ningún enfermo se quedara sin una
cama, equipo de respiración o personal de salud que lo atendiera”.

¿Acaso no se dio cuenta de las carencias y peripecias que las familias hicieron con sus enfermos?

Y qué decir del personal médico, que literalmente vivió su propio viacrucis, y que la población civil salió en su defensa y rescate.

En lo económico hubo algunas cifras favorables, pero no se dijo nada de los daños que dejó la pandemia.

¿Y de la pobreza?

Nada, pero nada se escuchó de los 67 millones de mexicanos en la pobreza, y que de acuerdo al Coneval, actualmente son 14 millones 600 mil mexicanos más pobres que en 2018.

Referente a la seguridad, el Presidente menciono: “No ha habido asaltos a comercios ni actos de vandalismo. Hay gobernabilidad en nuestro país.

Sin embargo lo que más preocupa a la ciudadanía, es la inseguridad. El país entero está inmerso en manos de la violencia e inseguridad.

Interesante lo que dijo sobre este tema, que el gobierno actual heredó los cárteles del periodo que él llama “neoliberal”

Lo cierto es que actualmente, existen unas cien organizaciones y bandas criminales que operan en todo el país.

Algunas por supuesto que se heredaron; pero otras son nuevas, aquí no importa si son heredadas o no; sino como afecta y daña a la población, entre el secuestro, los feminicidios, la extorsión, el robo en carreteras, robo en transporte, además vemos como aumentan los homicidios; así que todo el país se ha convertido en un verdadero camposanto.

Y lo más reciente de estos últimos días, la masacre de Reynosa, que no mereció un renglón del informe.

Sabemos que la eficacia de la seguridad, se mide por resultados y nadie se siente hoy más seguro que hace tres años, y por supuesto mucho menos que se sienta más feliz.

Lo que llama aún más la atención es lo que mencionó sobre la verdad, a lo que dijo

“No poseo ni aspiro a tener el monopolio de la verdad absoluta”

¿Será cierto lo que dice?

Si constantemente insiste que el bloque opositor o quien no comulgue con sus premisas y predicados moralistas, son sus enemigos y faltos a la “verdad”; desde empresarios hasta comunicadores, esto también incluye a todos los partidos que no lo apoyan.

En tres años, México tendrá otro mandatario. Será todo un proceso, por supuesto manejado por el propio presidente, para el destape de su sucesor o sucesora.

Mientras tanto a tres años de distancia, el desempeño del actual gobierno está “bien calificado”, o lo que podríamos decir, es que el informe que rindió fue de elogios y auto calificación muy bien ponderada.

Y de acuerdo a esta “calificación” en nuestro país todo está bien y en santa paz.

Una calificación que solo a algunos convence.

[…Recordemos que nadie esta tan vacío, como aquellos que están llenos de sí mismos…]