/ jueves 17 de diciembre de 2020

Una apuesta por el presente

Parado en el balcón del edificio del lado que da a la calle 16 de Septiembre me puse a reflexionar acerca de cómo la política ha venido evolucionando en algunos países y ciudades para bien y lamentablemente en nuestro país bajo el régimen de la 4T, se ha descompuesto tan noble instrumento de servicio al prójimo, la política.

Desde siempre hemos venido impulsando la participación de los jóvenes en la vida pública, y dicha participación debe ser de manera activa, constante, seria y responsable para que pueda generar un verdadero impacto en el día a día.

En la política a nivel internacional vemos ejemplos claros de cuadros jóvenes que hoy por hoy son protagonistas en sus respectivos países, como por ejemplo el joven líder austriaco, Sebastián Kurz, quien ha venido ascendiendo desde que entró en la política de su país, siendo primero líder juvenil del partido de corriente cristiana-demócrata, Partido Popular Austriaco ÖVP (por sus siglas en alemán), a los 23 años; entre 2010 y 2011 fue miembro del consejo de la ciudad de Viena. En abril de 2011 fue nombrado Secretario de Estado de Integración, cargo recién creado y que formaba parte del Ministerio de Asuntos Exteriores.

En las elecciones generales de Austria de 2013 resultó elegido miembro del Consejo Nacional (cámara baja). En diciembre de 2013 se convirtió en ministro de Asuntos Exteriores (ojo con el dato, 27 años de edad). A través de una compleja operación de marketing político, supo transformar la imagen de su partido, el Partido Popular de Austria, para convertirlo en "el nuevo Partido Popular”. Ahora es el Canciller de Austria y es el líder más joven del mundo actualmente. Sebastian Kurz asumió el 7 de enero como representante del Partido Popular (ÖVP) con 33 años.

También está el caso de la primera ministra de Finlandia, Sanna Marin que tiene 34 años. Marin asumió el 10 de diciembre de 2019 y hasta hace menos de un mes fue la jefa de Gobierno más joven del mundo. Cabe destacar que con Marin como primera ministra, los gobiernos de todos los países nórdicos, excepto Suecia, están encabezados por mujeres.

Pero no únicamente en países de primer mundo existen casos de jóvenes políticos en el poder, también en América Latina podemos citar el claro ejemplo de Nayib Bukele. El Presidente de El Salvador ocupa el quinto lugar en el ranking de los y las jefas de Estado más jóvenes del mundo, con 38 años, quien el 1 de junio de 2019 asumió el cargo. Bukele participó en las elecciones nacionales con el partido Gran Alianza por la Unidad Nacional (GANA) y obtuvo la mayoría absoluta (53,1%). La llegada de Bukele al poder marcó un gran paso en la política salvadoreña, ya que desde el final de la guerra civil del año de 1992 sólo habían gobernado los dos partidos tradicionales: la Alianza Republicana Nacionalista y Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional.

Mientras tanto en México vemos el ejemplo de una nueva generación de políticos de distintos partidos (o independientes) que buscan espacios o que ya forman parte dentro de los distintos niveles de gobierno o en las cámaras de representación. Un caso hace no muy reciente fue el joven Pedro Kumamoto, exdiputado local independiente en Jalisco, de 29 años. A los 25 se convirtió en el primer candidato independiente en ocupar un puesto de elección popular, impulsó, aunque sin éxito la campaña #SinVotoNoHayDinero, con el que buscaba que el presupuesto para partidos políticos fuese directamente proporcional con el número de votos obtenidos.

O que decir del caso de Samuel García que junto con Luis Donaldo Colosio Riojas (hijo de quien fuera candidato del PRI a la Presidencia de la República en 1994, Luis Donaldo Colosio Murrieta) buscan aspirar a la Gubernatura de Nuevo León, pero es importante reflexionar que en el caso del Samuel, aunque su mensaje sea disruptivo y crítico a la 4T, sus acciones y comentarios controversiales y a la vez imprudentes no abonan a un elemento que necesitan los nuevos cuadros, intervenir en la política en serio y a fondo, sin bromas y sin mentiras.

Quedo a sus órdenes estimados lectores, síganme a través de mis redes sociales Facebook, Twitter e Instagram @JoobQuintin.

Parado en el balcón del edificio del lado que da a la calle 16 de Septiembre me puse a reflexionar acerca de cómo la política ha venido evolucionando en algunos países y ciudades para bien y lamentablemente en nuestro país bajo el régimen de la 4T, se ha descompuesto tan noble instrumento de servicio al prójimo, la política.

Desde siempre hemos venido impulsando la participación de los jóvenes en la vida pública, y dicha participación debe ser de manera activa, constante, seria y responsable para que pueda generar un verdadero impacto en el día a día.

En la política a nivel internacional vemos ejemplos claros de cuadros jóvenes que hoy por hoy son protagonistas en sus respectivos países, como por ejemplo el joven líder austriaco, Sebastián Kurz, quien ha venido ascendiendo desde que entró en la política de su país, siendo primero líder juvenil del partido de corriente cristiana-demócrata, Partido Popular Austriaco ÖVP (por sus siglas en alemán), a los 23 años; entre 2010 y 2011 fue miembro del consejo de la ciudad de Viena. En abril de 2011 fue nombrado Secretario de Estado de Integración, cargo recién creado y que formaba parte del Ministerio de Asuntos Exteriores.

En las elecciones generales de Austria de 2013 resultó elegido miembro del Consejo Nacional (cámara baja). En diciembre de 2013 se convirtió en ministro de Asuntos Exteriores (ojo con el dato, 27 años de edad). A través de una compleja operación de marketing político, supo transformar la imagen de su partido, el Partido Popular de Austria, para convertirlo en "el nuevo Partido Popular”. Ahora es el Canciller de Austria y es el líder más joven del mundo actualmente. Sebastian Kurz asumió el 7 de enero como representante del Partido Popular (ÖVP) con 33 años.

También está el caso de la primera ministra de Finlandia, Sanna Marin que tiene 34 años. Marin asumió el 10 de diciembre de 2019 y hasta hace menos de un mes fue la jefa de Gobierno más joven del mundo. Cabe destacar que con Marin como primera ministra, los gobiernos de todos los países nórdicos, excepto Suecia, están encabezados por mujeres.

Pero no únicamente en países de primer mundo existen casos de jóvenes políticos en el poder, también en América Latina podemos citar el claro ejemplo de Nayib Bukele. El Presidente de El Salvador ocupa el quinto lugar en el ranking de los y las jefas de Estado más jóvenes del mundo, con 38 años, quien el 1 de junio de 2019 asumió el cargo. Bukele participó en las elecciones nacionales con el partido Gran Alianza por la Unidad Nacional (GANA) y obtuvo la mayoría absoluta (53,1%). La llegada de Bukele al poder marcó un gran paso en la política salvadoreña, ya que desde el final de la guerra civil del año de 1992 sólo habían gobernado los dos partidos tradicionales: la Alianza Republicana Nacionalista y Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional.

Mientras tanto en México vemos el ejemplo de una nueva generación de políticos de distintos partidos (o independientes) que buscan espacios o que ya forman parte dentro de los distintos niveles de gobierno o en las cámaras de representación. Un caso hace no muy reciente fue el joven Pedro Kumamoto, exdiputado local independiente en Jalisco, de 29 años. A los 25 se convirtió en el primer candidato independiente en ocupar un puesto de elección popular, impulsó, aunque sin éxito la campaña #SinVotoNoHayDinero, con el que buscaba que el presupuesto para partidos políticos fuese directamente proporcional con el número de votos obtenidos.

O que decir del caso de Samuel García que junto con Luis Donaldo Colosio Riojas (hijo de quien fuera candidato del PRI a la Presidencia de la República en 1994, Luis Donaldo Colosio Murrieta) buscan aspirar a la Gubernatura de Nuevo León, pero es importante reflexionar que en el caso del Samuel, aunque su mensaje sea disruptivo y crítico a la 4T, sus acciones y comentarios controversiales y a la vez imprudentes no abonan a un elemento que necesitan los nuevos cuadros, intervenir en la política en serio y a fondo, sin bromas y sin mentiras.

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