/ viernes 20 de marzo de 2020

Y hablando de…

Insensibilidad

Sabíamos que el Covid-19 llegaría a México, de hecho, la Secretaría de Salud de Chihuahua nos alertó que esta semana tendríamos el primer caso en el estado, y así fue; el martes lo confirmaron en nuestra frontera.

En estos días he escuchado y leído todo tipo de opiniones, desde los fantasiosos que hablan de una conspiración de corporaciones internacionales para sacar jugosas ganancias de la crisis; hasta los incrédulos que hablan de una gran mentira, que no existe tal virus y lo único que se busca es crear una psicosis colectiva; pasando desde luego por los naturalistas que por su parte hablan de una venganza de la tierra en busca reestablecer su equilibrio; sin faltar los apocalípticos que dicen que nos va a cargar a todos, pero a todos. En fin.

Ante tal cantidad de versiones y opiniones me parece que, aunque no soy lo que se dice un conocedor de la materia, vale la pena repasar juntos lo que sabemos de cierto sobre esta enfermedad: es un virus que contamina por contacto físico y por la experiencia internacional sabemos que puede afectar entre el 0.005 al 0.02 por ciento de la población general; parece poco, sí, siempre y cuando usted y sus seres queridos se encuentren fuera de ese número.

Sabemos también que existen personas que contraen la enfermedad y no desarrollan síntomas, literalmente ni cuenta se dan. Los síntomas son parecidos a los de una gripe: tos seca, fiebre, agotamiento y dificultad para respirar; si usted o alguien conocido presenta estos síntomas, busque ayuda médica de inmediato, la acción oportuna salva vidas.

Conocemos también que ocho de cada diez de los enfermos con síntomas la superarán sin mayor problema en unos catorce días con los cuidados que se tendrían para una gripe común. El quince por ciento requiere ayuda médica, y de estos, una tercera parte (menos del cinco por ciento del total de los enfermos sintomáticos) requiere cuidado intensivo.

Hasta hoy no hay vacuna probada ni remedio casero que evite el contagio, según la Organización Mundial de la Salud el remedio es la prevención: aplicar pruebas cuando aparecen síntomas para identificar y aislar a los casos positivos; mientras que la población en general debe tomar medidas de higiene (lavar frecuentemente y bien las manos, no tocarse la cara, toser o estornudar en el codo), así como evitar contacto físico y aglomeraciones.

¿Por qué debemos distanciarnos entre nosotros? En un país y cultura tan dados al abrazo esto parece difícil. Tome en cuenta que somos casi ciento treinta millones de mexicanos; lo que debemos evitar es que el porcentaje que se enferme lo haga todo al mismo tiempo, dar oportunidad al sistema de salud y sus recursos de atender a todos. Por ello debemos disminuir las posibilidades de contagio.

Sabemos que los niños llegan a ser portadores del virus, pero muy poco probables víctimas de la enfermedad, mientras que los adultos mayores son el grupo más vulnerable. Por ello, evite dejar a los niños al cuidado de los abuelos. También sabemos que el mayor número de contagios se da en el círculo familiar, así que cuando llegue a casa no afloje las medidas preventivas: antes de tener contacto con nadie lávese las manos y si es posible dese un buen baño y cambie sus ropas.

Lo que no había sucedido en otros países es la mutación del virus, que parece está ocurriendo en nuestro país y afecta exclusivamente a funcionarios del gobierno federal, inhabilitando su sensibilidad, daño que resulta mayor entre más arriba se encuentren en el organigrama.

Es increíble que ante la gravedad de la crisis internacional y la presencia de casos confirmados en México, el presidente López se niegue a seguir las recomendaciones de las que hablamos, ahí anda besuqueando gente y mordiendo niños, se niega a suspender los actos públicos, y demerita la autoridad técnica de los miembros de su gabinete cuando los forza a inventar excusas para justificar su comportamiento irresponsable.

Su conducta ha sido reprobada ya en medios internacionales. Salir a exhibir un billete de dos dólares como protección contra la pandemia es realmente una burla. En tiempos de crisis lo que la población necesita es confianza, ver a un líder serio y seguro de su actuar, el presidente López no se está comportando a la altura.

Esta historia apenas comienza, el crecimiento de casos es exponencial, se calcula que se pueden presentar entre cinco y diez mil casos, pero el presidente lo sigue tomando a broma. Al desestimar la realidad desprecia a las personas que ya son afectadas y a las que tienen temor de serlo.

Y si el presidente no está atendiendo adecuadamente la crisis sanitaria, tampoco se ve que esté preparando acción alguna para lidiar con la económica que conlleva, y que en México se complicará aún más por la caída de los precios del petróleo, que reduce los ingresos del gobierno y su capacidad para atender las necesidades de la población y estimular la economía.

López llegó a la presidencia encabezando una aspiración mayoritaria, el candidato más votado de la historia; sin embargo, su obstinación en negar la realidad está desgastando aceleradamente su credibilidad. Eso no es bueno ahora que debe conducir el barco por aguas turbulentas.

Le escribo esto el 19 de marzo, hasta ayer a mediodía teníamos 118 casos confirmados en el país, pero hoy se cumplen los primeros veintisiete años de aquel día en que mi vida quedó unida a la de Irma. Lo pasaremos responsablemente en casa y seguramente estaremos hablando de…

Insensibilidad

Sabíamos que el Covid-19 llegaría a México, de hecho, la Secretaría de Salud de Chihuahua nos alertó que esta semana tendríamos el primer caso en el estado, y así fue; el martes lo confirmaron en nuestra frontera.

En estos días he escuchado y leído todo tipo de opiniones, desde los fantasiosos que hablan de una conspiración de corporaciones internacionales para sacar jugosas ganancias de la crisis; hasta los incrédulos que hablan de una gran mentira, que no existe tal virus y lo único que se busca es crear una psicosis colectiva; pasando desde luego por los naturalistas que por su parte hablan de una venganza de la tierra en busca reestablecer su equilibrio; sin faltar los apocalípticos que dicen que nos va a cargar a todos, pero a todos. En fin.

Ante tal cantidad de versiones y opiniones me parece que, aunque no soy lo que se dice un conocedor de la materia, vale la pena repasar juntos lo que sabemos de cierto sobre esta enfermedad: es un virus que contamina por contacto físico y por la experiencia internacional sabemos que puede afectar entre el 0.005 al 0.02 por ciento de la población general; parece poco, sí, siempre y cuando usted y sus seres queridos se encuentren fuera de ese número.

Sabemos también que existen personas que contraen la enfermedad y no desarrollan síntomas, literalmente ni cuenta se dan. Los síntomas son parecidos a los de una gripe: tos seca, fiebre, agotamiento y dificultad para respirar; si usted o alguien conocido presenta estos síntomas, busque ayuda médica de inmediato, la acción oportuna salva vidas.

Conocemos también que ocho de cada diez de los enfermos con síntomas la superarán sin mayor problema en unos catorce días con los cuidados que se tendrían para una gripe común. El quince por ciento requiere ayuda médica, y de estos, una tercera parte (menos del cinco por ciento del total de los enfermos sintomáticos) requiere cuidado intensivo.

Hasta hoy no hay vacuna probada ni remedio casero que evite el contagio, según la Organización Mundial de la Salud el remedio es la prevención: aplicar pruebas cuando aparecen síntomas para identificar y aislar a los casos positivos; mientras que la población en general debe tomar medidas de higiene (lavar frecuentemente y bien las manos, no tocarse la cara, toser o estornudar en el codo), así como evitar contacto físico y aglomeraciones.

¿Por qué debemos distanciarnos entre nosotros? En un país y cultura tan dados al abrazo esto parece difícil. Tome en cuenta que somos casi ciento treinta millones de mexicanos; lo que debemos evitar es que el porcentaje que se enferme lo haga todo al mismo tiempo, dar oportunidad al sistema de salud y sus recursos de atender a todos. Por ello debemos disminuir las posibilidades de contagio.

Sabemos que los niños llegan a ser portadores del virus, pero muy poco probables víctimas de la enfermedad, mientras que los adultos mayores son el grupo más vulnerable. Por ello, evite dejar a los niños al cuidado de los abuelos. También sabemos que el mayor número de contagios se da en el círculo familiar, así que cuando llegue a casa no afloje las medidas preventivas: antes de tener contacto con nadie lávese las manos y si es posible dese un buen baño y cambie sus ropas.

Lo que no había sucedido en otros países es la mutación del virus, que parece está ocurriendo en nuestro país y afecta exclusivamente a funcionarios del gobierno federal, inhabilitando su sensibilidad, daño que resulta mayor entre más arriba se encuentren en el organigrama.

Es increíble que ante la gravedad de la crisis internacional y la presencia de casos confirmados en México, el presidente López se niegue a seguir las recomendaciones de las que hablamos, ahí anda besuqueando gente y mordiendo niños, se niega a suspender los actos públicos, y demerita la autoridad técnica de los miembros de su gabinete cuando los forza a inventar excusas para justificar su comportamiento irresponsable.

Su conducta ha sido reprobada ya en medios internacionales. Salir a exhibir un billete de dos dólares como protección contra la pandemia es realmente una burla. En tiempos de crisis lo que la población necesita es confianza, ver a un líder serio y seguro de su actuar, el presidente López no se está comportando a la altura.

Esta historia apenas comienza, el crecimiento de casos es exponencial, se calcula que se pueden presentar entre cinco y diez mil casos, pero el presidente lo sigue tomando a broma. Al desestimar la realidad desprecia a las personas que ya son afectadas y a las que tienen temor de serlo.

Y si el presidente no está atendiendo adecuadamente la crisis sanitaria, tampoco se ve que esté preparando acción alguna para lidiar con la económica que conlleva, y que en México se complicará aún más por la caída de los precios del petróleo, que reduce los ingresos del gobierno y su capacidad para atender las necesidades de la población y estimular la economía.

López llegó a la presidencia encabezando una aspiración mayoritaria, el candidato más votado de la historia; sin embargo, su obstinación en negar la realidad está desgastando aceleradamente su credibilidad. Eso no es bueno ahora que debe conducir el barco por aguas turbulentas.

Le escribo esto el 19 de marzo, hasta ayer a mediodía teníamos 118 casos confirmados en el país, pero hoy se cumplen los primeros veintisiete años de aquel día en que mi vida quedó unida a la de Irma. Lo pasaremos responsablemente en casa y seguramente estaremos hablando de…

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