/ viernes 27 de marzo de 2020

Y hablando de…

Cerrazones

A mi comentario del viernes pasado me hizo uno mi buen amigo Tury sobre la ausencia de mis frecuentes comentarios sobre béisbol, que ciertamente no hago desde mi retorno a las teclas, sin embargo, se lo voy a quedar a deber, ya que la referencia deportiva se ocupará del fallecimiento de Don Nacho Trelles, ocurrido el miércoles a los ciento tres años de edad.

Don Nacho fue el entrenador que le dio a México su primer punto en un mundial de fútbol, un empate con Gales en Suiza ´58, y su primer triunfo cuatro años después en Chile, venciendo a Checoslovaquia. Fue también director del Cruz Azul en los años en que nació mi afición por ese equipo, dándole un bicampeonato y dejándolo en la antesala de repetir el triplete. Una larga vida, seguramente ya está vigilando los partidos desde más arriba.

La semana pasada los gobiernos de México y Estados Unidos acordaron restringir el cruce de personas con dirección al norte a partir del sábado 21. Estas medidas restrictivas parecen injustas, ineficientes e inapropiadas (ando muy in).

Injustas, porque no demuestran una bilateralidad en el trato. El presidente Trump anunció que a similitud de lo acordado con Canadá, el ingreso de personas por vía terrestre en la frontera con México también se reduciría, limitándose a motivos esenciales, pero sin limitación alguna para ciudadanos y residentes legales. No es así.

Vale recordar que en el caso de la frontera septentrional fue Canadá quien tomó la iniciativa, dado que su vecino del sur presenta muchos más casos de personas infectadas con el Covid – 19, y una tasa de expansión muy superior. Estados Unidos reaccionó, y luego negociaron que la medida fuera aplicada al flujo de personas en ambas direcciones, pero ciertamente menos restrictiva.

Esa numeraria es igualmente aplicable en la comparación con nuestro país, pero el trato que se nos da no es igual al convenido con Canadá, porque de allá para acá todos pasan. Este trato desigual no pasa desapercibido a la población, son muchos los que en nuestra ciudad exigen que se impongan controles al ingreso al país para evitar los contagios aquí dado que la vecina ciudad nos cuadriplica en el número de personas infectadas. El miércoles pasado en Nogales un grupo de ciudadanos bloqueó el tráfico de norte a sur exigiendo también el establecimiento de revisiones sanitarias a quienes ingresan a su ciudad.

Así que la medida, aunque se anuncia de manera conjunta como el resultado de una “exitosa” negociación, más parece ser una nueva claudicación de nuestro gobierno ante Mr. Bully Trump.

La medida es también ineficiente. Ya la Organización Mundial de la Salud ha señalado que cerrar las fronteras no es una medida adecuada para desacelerar la propagación del virus. En ese sentido, el día 14 el Washington Post publicó un artículo con un modelo científico mostrando la eficacia de las medidas que buscan retrasar la propagación de la infección restringiendo el desplazamiento de las personas. Luego alguien hizo un resumen en video y en español que puede usted ver en mi página de Facebook. Ese estudio demuestra que el aislamiento mediante el cierre de fronteras como se intentó en Wuhan, es la medida que menores resultados rinde.

Por otro lado, al permitir el libre tránsito de ciudadanos y residentes legales la medida carece de eficacia alguna. Piense en el directivo de una maquiladora que vive en El Paso y cruza a Juárez para trabajar, ingresa a una planta cerrada donde hay cientos de personas, y regresa a realizar compras y convivir con su familia. Las posibilidades de contagiar o contagiarse son infinitas.

Me parece que la medida es también inapropiada porque no contempla la realidad que se vive en una frontera como la nuestra, donde los “viajes esenciales” son de naturaleza muy diversa. Piense usted (porque a mi no se me da mucho eso) en la señora que rutinariamente cruza a El Paso para adquirir mercancías y surtir su tienda de abarrotes, o para vender en el mercado callejero de fin de semana. Para esa persona, para esa familia, esa compra resulta esencial porque de ahí depende el sustento. La restricción ocasionará sin duda daños en la economía de muchas familias, y al no tener un resultado significativamente positivo para evitar la propagación del virus, es inapropiado que se les lastime de esta manera. Si el gobierno de Estados Unidos no lo ve, es incomprensible que el de nuestro país no lo defienda.

Si usted me hace el favor de revisar el video que le comento observará que la medida más rentable y recomendada para evitar la posibilidad de contagio y evitar que el sistema de salud llegue a colapsar es el distanciamiento social, etapa en la que nos encontramos en nuestra ciudad según el decreto emitido por el gobernador Corral.

De momento, la situación en Juárez y en el estado parece tener un buen manejo: los contagios en nuestra ciudad son limitados y no se han desbordado, los pacientes no han requerido atención intensiva, parece que ahí la llevamos. Sin embargo, la cosa cambia día con día y hay que estar pendientes.

Ya la semana pasada hablamos de las relativamente pocas posibilidades que existen de contraer el virus y de perecer a causa de éste, pero esa es una apuesta que a nadie le conviene jugar, lo mejor es seguir las recomendaciones: lavarse las manos, evitar contactos, toser o estornudar en el interior del codo, y sobre todo quedarse en casa.

Esta emergencia sanitaria viene seguida de consecuencias económicas de consideración, de las que bien vale la pena que platiquemos en la próxima ocasión en que nos encontremos hablando de…

Cerrazones

A mi comentario del viernes pasado me hizo uno mi buen amigo Tury sobre la ausencia de mis frecuentes comentarios sobre béisbol, que ciertamente no hago desde mi retorno a las teclas, sin embargo, se lo voy a quedar a deber, ya que la referencia deportiva se ocupará del fallecimiento de Don Nacho Trelles, ocurrido el miércoles a los ciento tres años de edad.

Don Nacho fue el entrenador que le dio a México su primer punto en un mundial de fútbol, un empate con Gales en Suiza ´58, y su primer triunfo cuatro años después en Chile, venciendo a Checoslovaquia. Fue también director del Cruz Azul en los años en que nació mi afición por ese equipo, dándole un bicampeonato y dejándolo en la antesala de repetir el triplete. Una larga vida, seguramente ya está vigilando los partidos desde más arriba.

La semana pasada los gobiernos de México y Estados Unidos acordaron restringir el cruce de personas con dirección al norte a partir del sábado 21. Estas medidas restrictivas parecen injustas, ineficientes e inapropiadas (ando muy in).

Injustas, porque no demuestran una bilateralidad en el trato. El presidente Trump anunció que a similitud de lo acordado con Canadá, el ingreso de personas por vía terrestre en la frontera con México también se reduciría, limitándose a motivos esenciales, pero sin limitación alguna para ciudadanos y residentes legales. No es así.

Vale recordar que en el caso de la frontera septentrional fue Canadá quien tomó la iniciativa, dado que su vecino del sur presenta muchos más casos de personas infectadas con el Covid – 19, y una tasa de expansión muy superior. Estados Unidos reaccionó, y luego negociaron que la medida fuera aplicada al flujo de personas en ambas direcciones, pero ciertamente menos restrictiva.

Esa numeraria es igualmente aplicable en la comparación con nuestro país, pero el trato que se nos da no es igual al convenido con Canadá, porque de allá para acá todos pasan. Este trato desigual no pasa desapercibido a la población, son muchos los que en nuestra ciudad exigen que se impongan controles al ingreso al país para evitar los contagios aquí dado que la vecina ciudad nos cuadriplica en el número de personas infectadas. El miércoles pasado en Nogales un grupo de ciudadanos bloqueó el tráfico de norte a sur exigiendo también el establecimiento de revisiones sanitarias a quienes ingresan a su ciudad.

Así que la medida, aunque se anuncia de manera conjunta como el resultado de una “exitosa” negociación, más parece ser una nueva claudicación de nuestro gobierno ante Mr. Bully Trump.

La medida es también ineficiente. Ya la Organización Mundial de la Salud ha señalado que cerrar las fronteras no es una medida adecuada para desacelerar la propagación del virus. En ese sentido, el día 14 el Washington Post publicó un artículo con un modelo científico mostrando la eficacia de las medidas que buscan retrasar la propagación de la infección restringiendo el desplazamiento de las personas. Luego alguien hizo un resumen en video y en español que puede usted ver en mi página de Facebook. Ese estudio demuestra que el aislamiento mediante el cierre de fronteras como se intentó en Wuhan, es la medida que menores resultados rinde.

Por otro lado, al permitir el libre tránsito de ciudadanos y residentes legales la medida carece de eficacia alguna. Piense en el directivo de una maquiladora que vive en El Paso y cruza a Juárez para trabajar, ingresa a una planta cerrada donde hay cientos de personas, y regresa a realizar compras y convivir con su familia. Las posibilidades de contagiar o contagiarse son infinitas.

Me parece que la medida es también inapropiada porque no contempla la realidad que se vive en una frontera como la nuestra, donde los “viajes esenciales” son de naturaleza muy diversa. Piense usted (porque a mi no se me da mucho eso) en la señora que rutinariamente cruza a El Paso para adquirir mercancías y surtir su tienda de abarrotes, o para vender en el mercado callejero de fin de semana. Para esa persona, para esa familia, esa compra resulta esencial porque de ahí depende el sustento. La restricción ocasionará sin duda daños en la economía de muchas familias, y al no tener un resultado significativamente positivo para evitar la propagación del virus, es inapropiado que se les lastime de esta manera. Si el gobierno de Estados Unidos no lo ve, es incomprensible que el de nuestro país no lo defienda.

Si usted me hace el favor de revisar el video que le comento observará que la medida más rentable y recomendada para evitar la posibilidad de contagio y evitar que el sistema de salud llegue a colapsar es el distanciamiento social, etapa en la que nos encontramos en nuestra ciudad según el decreto emitido por el gobernador Corral.

De momento, la situación en Juárez y en el estado parece tener un buen manejo: los contagios en nuestra ciudad son limitados y no se han desbordado, los pacientes no han requerido atención intensiva, parece que ahí la llevamos. Sin embargo, la cosa cambia día con día y hay que estar pendientes.

Ya la semana pasada hablamos de las relativamente pocas posibilidades que existen de contraer el virus y de perecer a causa de éste, pero esa es una apuesta que a nadie le conviene jugar, lo mejor es seguir las recomendaciones: lavarse las manos, evitar contactos, toser o estornudar en el interior del codo, y sobre todo quedarse en casa.

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