/ sábado 16 de mayo de 2020

Y hablando de…

La Opción Matrimonial y la Paternidad

Quod scripti, scripti…, respondió Pilato. Ya más reciente, el extraordinario Humberto Ecco sentenció que quien escribe debe quedarse con lo escrito y no andar buscando luego oportunidades para aclararlo. El domingo pasado el Heraldo me hizo el favor de abrir un espacio para dirigirme a mi madre, en el cual me referí a las personas jóvenes actuales, algunas de ellas se dieron por aludidas y me manifestaron su desacuerdo con mi visión.

En primer lugar, debo agradecer el tiempo dedicado a la lectura de mis ocurrencias, y en segundo precisar que no soy nadie para juzgar la conducta o decisiones de persona alguna, o grupo de éstas. La postura expresada es en cuanto a la tendencia de no formas familias ni tener hijos, y la necesidad que tenemos de revertirla antes de llegar a extremos como el que cité se anuncia para Alemania.

Desde que tengo memoria se habla de la familia “como célula fundamental de la sociedad.” Desde tiempo de Aristóteles se reconoce que el ser humano es un ser social, que fuera de una comunidad la personas tienen posibilidades de realización. Y, sin embargo, a día de hoy no se ven con claridad políticas públicas, campañas de promoción y concientización definidas y tendientes a estimular entre la población general (y más específicamente, entre los adolescentes y jóvenes), la formación de familias, a facilitar el cumplimiento de sus fines y procurar su permanencia.

Hoy se insiste en la necesidad de hablar desde edades tempranas sobre los derechos sexuales y reproductivos de las personas; lobbies que promueven determinadas ideologías presionan para que esto forme parte de los programas educativos oficiales. Sobre esto ya hablaremos en otro momento, lo que no advierto es que exista de igual manera una campaña intensiva, un lobby enfocado a establecer la opción de la familia

Me parece sumamente importante se tome como una necesidad social el fomento a la familia. En la grave crisis que actualmente atravesamos se habla mucho del “fomento económico”, que debe establecerse un plan para estimular la producción y el intercambio de bienes y servicios de tal manera que las personas puedan encontrar una ocupación remunerada para cubrir sus necesidades.

Siempre se ha hablado de fomentar la educación como un medio para que las personas y las sociedades se desarrollen en ambientes cada vez más armónicos y democráticos. Debemos hablar con frecuencia y seriedad de fomentar el surgimiento y funcionalidad de las familias.

En la familia la persona aprende, no sólo los principios básicos que forman su conducta, sino también las reglas de una convivencia comunitaria. Es en la familia donde establece sus primeras relaciones sociales, y es la etapa temprana (según dicen los que dicen que saben) la que mayormente incide en la forma que habrá comportarse durante el resto de su vida. Entonces, si la institución familiar es tan importante ¿por qué no existe una estrategia definida para fortalecerla?

Se habla mucho sobre la situación de violencia que vive el país, la cual es generada por una inveterada relajación en el cumplimiento del estado de derecho, y hemos empezado a hablarles a los niños de la cultura de la legalidad y su importancia en la convivencia social.

También desde edades tempranas empezamos a preguntar ¿qué quieres ser de grande?, las respuestas usuales bombero, doctora, futbolista, abogada, etc. Es tiempo que mostremos los roles familiares como una vocación igualmente digna de seguirse.

Es decir, es muy digno, útil y significativo el que una arquitecta construya un edificio funcional y armónico; o el que un investigador mejore las técnicas para obtener una producción por hectárea superior a la actual y más amigable con la ecología. Pero igual de importante, digno y útil es que una y otro formen una familia y se ocupen de su funcionamiento.

La misión de la familia es propiciar la realización de cada uno de sus miembros, de tal forma que cada uno de los integrantes se integre a la sociedad solidariamente. Si la persona no puede vivir fuera de la sociedad y la sociedad debe nutrirse de las familias, toda persona, y la sociedad en su conjunto, deben ocuparse que las familias continúen surgiendo y se mantengan funcionando.

La sociedad no puede correr el riesgo de que la familia caiga en “desuso.” La renovación social es indispensable, no hay futuro sin la incorporación de nuevos integrantes al grupo social. La pandemia actual nos da muestras también del peligro que es permitir el envejecimiento de una sociedad.

Es por ello que resulta inaplazable la necesidad de incorporar en el proceso formativo de los niños y jóvenes actuales la opción de la familia y la paternidad como una vocación en la vida. Que, así como sueñan con ser deportistas o profesionistas, es importante que se vean en un futuro formando una familia y haciéndose cargo, por igual mujeres y varones, de los hijos que se integrarán a la sociedad y continuarán con sus esfuerzos.

Y si de momento no es parte de los programas oficiales de formación, convoquémonos todos a tomar la iniciativa, a hablar de este tema con los jóvenes, adolescentes y niños de nuestro entorno. Reconozco que esta es una labor que en muchas ocasiones resulta difícil, a veces lo padres no somos los más aceptados para tocar estos temas, sobre todo con algunos adolescentes. Sin embargo existen herramientas para fomentar un ambiente propicio para el tema.

Hace muchos años me convertí en un promotor del folleto “Familias Valiosas”, que se elaboró con el patrocinio de la Secretaría de la Función Pública (en tiempos que dicha dependencia solía ver por el bien común, y no dedicarse a exonerar delincuentes); este folleto es una guía práctica para establecer en el interior de la familia un código de conducta ética. Si considera que le puede ser de utilidad envíeme un correo a mi buzón de yhablandode@gmail.com y con gusto le hago llegar la versión electrónica del mismo, le aseguró le sacará provecho.

Para hablar de familia hay que hablar también de un modelo de familia, y a mi parecer es indispensable que busquemos y fortalezcamos el de la familia biparental. Existen datos significativos sobre las ventajas que éste representa en la formación de los nuevos integrantes de la sociedad, sobre todo la participación de la figura paterna en el proceso. Pero eso se lo platico en una próxima ocasión en que nos encontremos hablando de…

La Opción Matrimonial y la Paternidad

Quod scripti, scripti…, respondió Pilato. Ya más reciente, el extraordinario Humberto Ecco sentenció que quien escribe debe quedarse con lo escrito y no andar buscando luego oportunidades para aclararlo. El domingo pasado el Heraldo me hizo el favor de abrir un espacio para dirigirme a mi madre, en el cual me referí a las personas jóvenes actuales, algunas de ellas se dieron por aludidas y me manifestaron su desacuerdo con mi visión.

En primer lugar, debo agradecer el tiempo dedicado a la lectura de mis ocurrencias, y en segundo precisar que no soy nadie para juzgar la conducta o decisiones de persona alguna, o grupo de éstas. La postura expresada es en cuanto a la tendencia de no formas familias ni tener hijos, y la necesidad que tenemos de revertirla antes de llegar a extremos como el que cité se anuncia para Alemania.

Desde que tengo memoria se habla de la familia “como célula fundamental de la sociedad.” Desde tiempo de Aristóteles se reconoce que el ser humano es un ser social, que fuera de una comunidad la personas tienen posibilidades de realización. Y, sin embargo, a día de hoy no se ven con claridad políticas públicas, campañas de promoción y concientización definidas y tendientes a estimular entre la población general (y más específicamente, entre los adolescentes y jóvenes), la formación de familias, a facilitar el cumplimiento de sus fines y procurar su permanencia.

Hoy se insiste en la necesidad de hablar desde edades tempranas sobre los derechos sexuales y reproductivos de las personas; lobbies que promueven determinadas ideologías presionan para que esto forme parte de los programas educativos oficiales. Sobre esto ya hablaremos en otro momento, lo que no advierto es que exista de igual manera una campaña intensiva, un lobby enfocado a establecer la opción de la familia

Me parece sumamente importante se tome como una necesidad social el fomento a la familia. En la grave crisis que actualmente atravesamos se habla mucho del “fomento económico”, que debe establecerse un plan para estimular la producción y el intercambio de bienes y servicios de tal manera que las personas puedan encontrar una ocupación remunerada para cubrir sus necesidades.

Siempre se ha hablado de fomentar la educación como un medio para que las personas y las sociedades se desarrollen en ambientes cada vez más armónicos y democráticos. Debemos hablar con frecuencia y seriedad de fomentar el surgimiento y funcionalidad de las familias.

En la familia la persona aprende, no sólo los principios básicos que forman su conducta, sino también las reglas de una convivencia comunitaria. Es en la familia donde establece sus primeras relaciones sociales, y es la etapa temprana (según dicen los que dicen que saben) la que mayormente incide en la forma que habrá comportarse durante el resto de su vida. Entonces, si la institución familiar es tan importante ¿por qué no existe una estrategia definida para fortalecerla?

Se habla mucho sobre la situación de violencia que vive el país, la cual es generada por una inveterada relajación en el cumplimiento del estado de derecho, y hemos empezado a hablarles a los niños de la cultura de la legalidad y su importancia en la convivencia social.

También desde edades tempranas empezamos a preguntar ¿qué quieres ser de grande?, las respuestas usuales bombero, doctora, futbolista, abogada, etc. Es tiempo que mostremos los roles familiares como una vocación igualmente digna de seguirse.

Es decir, es muy digno, útil y significativo el que una arquitecta construya un edificio funcional y armónico; o el que un investigador mejore las técnicas para obtener una producción por hectárea superior a la actual y más amigable con la ecología. Pero igual de importante, digno y útil es que una y otro formen una familia y se ocupen de su funcionamiento.

La misión de la familia es propiciar la realización de cada uno de sus miembros, de tal forma que cada uno de los integrantes se integre a la sociedad solidariamente. Si la persona no puede vivir fuera de la sociedad y la sociedad debe nutrirse de las familias, toda persona, y la sociedad en su conjunto, deben ocuparse que las familias continúen surgiendo y se mantengan funcionando.

La sociedad no puede correr el riesgo de que la familia caiga en “desuso.” La renovación social es indispensable, no hay futuro sin la incorporación de nuevos integrantes al grupo social. La pandemia actual nos da muestras también del peligro que es permitir el envejecimiento de una sociedad.

Es por ello que resulta inaplazable la necesidad de incorporar en el proceso formativo de los niños y jóvenes actuales la opción de la familia y la paternidad como una vocación en la vida. Que, así como sueñan con ser deportistas o profesionistas, es importante que se vean en un futuro formando una familia y haciéndose cargo, por igual mujeres y varones, de los hijos que se integrarán a la sociedad y continuarán con sus esfuerzos.

Y si de momento no es parte de los programas oficiales de formación, convoquémonos todos a tomar la iniciativa, a hablar de este tema con los jóvenes, adolescentes y niños de nuestro entorno. Reconozco que esta es una labor que en muchas ocasiones resulta difícil, a veces lo padres no somos los más aceptados para tocar estos temas, sobre todo con algunos adolescentes. Sin embargo existen herramientas para fomentar un ambiente propicio para el tema.

Hace muchos años me convertí en un promotor del folleto “Familias Valiosas”, que se elaboró con el patrocinio de la Secretaría de la Función Pública (en tiempos que dicha dependencia solía ver por el bien común, y no dedicarse a exonerar delincuentes); este folleto es una guía práctica para establecer en el interior de la familia un código de conducta ética. Si considera que le puede ser de utilidad envíeme un correo a mi buzón de yhablandode@gmail.com y con gusto le hago llegar la versión electrónica del mismo, le aseguró le sacará provecho.

Para hablar de familia hay que hablar también de un modelo de familia, y a mi parecer es indispensable que busquemos y fortalezcamos el de la familia biparental. Existen datos significativos sobre las ventajas que éste representa en la formación de los nuevos integrantes de la sociedad, sobre todo la participación de la figura paterna en el proceso. Pero eso se lo platico en una próxima ocasión en que nos encontremos hablando de…

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