/ viernes 2 de octubre de 2020

Y hablando de…

FANTASMAS

¿Recuerda usted que el presidente ordenó la cancelación del programa de estancias infantiles alegando que había muchos “niños fantasma”? El programa entregaba recursos para la operación de unidades que atendían niños de hasta cuatro años durante la jornada laboral de sus padres, y según López, los encargados de dichos centros mentían, decían atender más niños de los que en realidad asistían y de esta forma recibieron ganancias ilegítimas. En otra de sus brillantes ideas, decidió cambiar la operación de este programa y entregar directamente a los padres para que ellos encontraran la forma de brindar atención a sus vástagos.

En la retórica teatral de este gobierno, el presidente nunca está obligado a probar sus dichos. Nunca se demostró la existencia de desvíos, ni tampoco se ha dado a conocer que se persiga a funcionarios o receptores del dinero por el supuesto desfalco. Sin embargo, ahora sí hay otros números.

Según revelan las auditorías practicadas por la propia Secretaría de la Función Pública, y que publica la silla rota, el director general de políticas sociales de la Secretaría del Bienestar, solicitó poco menos de MIL SEICIENTOS CINCUENTA Y CUATRO MILLONES, supuestamente para distribuir entre los beneficiarios de este programa, sin embargo, no existe (a la fecha de cerrar la auditoría 23/2019) documento alguno que acredité que ese dinero se distribuyó efectivamente entre los beneficiarios. No hay un padrón, un recibo, expediente de la persona que recibe el dinero y del niño que se supone se atiende con el mismo. El rastro del dinero se pierde en las manos del funcionario.

Existen otras observaciones sobre la operación de este programa, como el que las ayudas se entregan a personas que no tienen derecho porque sus hijos ya superaron la edad límite para ser beneficiarios, pero éste no es el único programa con fantasmas.

Según detalla la auditoria 24/2020, citada por el medio referido, en el de “Personas con discapacidad” no se proporcionó datos sobre 24,881 beneficiarios a quienes supuestamente se les entregaron 63.4 millones de pesos en el mes de julio de 2019. Por si fuera poco, a ese mismo número de personas se le volvió a pagar en el mes de agosto la misma cantidad, duplicando el pago sin justificarlo de ninguna manera. Eso no es nada.

En el mes de septiembre se dispuso de QUINIENTOS VEINTE MILLONES supuestamente para pagar a más de doscientos mil beneficiarios, pero no existe padrón que demuestre la existencia de éstos ni la recepción de los pagos.

Otra auditoría, identificada con el número 5/2019, y practicada al programa de atención para adultos mayores de setenta años encontró que se dispuso de DOSCIENTOS NOVENTA Y TRES MILLONES para supuestamente contratar en la operación de este a más de siete mil personas por espacio de seis meses. La cosa es que tampoco existe registro que se haya contratado a persona alguna, ni de que se hubieran prestado servicios en la operación del programa.

Ahí bajita la mano y tan sólo en tres auditorías practicadas una oficina del mismo gobierno federal, se han extraviado más de DOS MIL TRESCIENTOS MILLONES, la verdad es que estos muchachos del partido Morena parecen discípulos de César Duarte.

Hablamos de la revisión a tres programas de la secretaría del bienestar, pero esa no es la única que maneja recursos públicos con la misión de repartirlos entre los posibles votantes. Recordemos que a finales de agosto del año pasado Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad analizó otro de los programas estrella del presidente López, el de los NiNis (Jóvenes construyendo futuro), encontrando también un sinfín de irregularidades.

Partiendo de las más simples como el hecho que algunos diputados de Morena tenían becarios a su cargo, es decir, pagaban sus chalanes con dinero del gobierno federal; incluyendo también a jóvenes que supuestamente se capacitaban en empresas fantasma cuyos domicilios no existían, o de existir se encontraba abandonado, e incluso, de existir el negocio los dueños o encargados manifestaron nunca haberse registrado en dicho programa, y mucho menos haber recibido muchachos para capacitarse.

De hecho, la organización revisó 5 mil 439 centros de trabajo en CDMX, y no pudo obtener información en 2 mil 881 de ellos; sólo 763 empresas fueron ubicadas y se pudo verificar la información de los becarios. O sea, otro batidero.

Morena parece experta en torcer este tipo de programas, le recuerdo que después del sismo del 19 de septiembre de 2017 ese partido decidió renunciar a la mitad de los recursos que el INE le otorgaba. Mañosamente, en vez de devolverlos o simplemente no retirarlos de INE, los cobraba y depositaba en un fideicomiso con el que supuestamente se apoyaría a los damnificados. Una investigación hecha por el propio Instituto demostró que cantidades millonarias fueron cobradas en efectivo por militantes y candidatos de Morena, lo que constituyó un financiamiento ilegal.

Ya ni hablemos de la denuncia realizada por Jaime Cárdenas en la que señala que se roban hasta lo que ya se habían robado. Todo parece indicar que Morena pone la causa de los pobres en el nombre, pero que en el fondo sigue con las mismas practicas que sus miembros adquirieron cuando militaban en el PRI (como lo hizo el hoy presidente), y que no tienen la mínima intención de cambiar.

Por cierto, el día de hoy tendremos la visita del presidente de la república, veamos qué pasa y lo comentamos en otra ocasión en que nos encontremos hablando de…

FANTASMAS

¿Recuerda usted que el presidente ordenó la cancelación del programa de estancias infantiles alegando que había muchos “niños fantasma”? El programa entregaba recursos para la operación de unidades que atendían niños de hasta cuatro años durante la jornada laboral de sus padres, y según López, los encargados de dichos centros mentían, decían atender más niños de los que en realidad asistían y de esta forma recibieron ganancias ilegítimas. En otra de sus brillantes ideas, decidió cambiar la operación de este programa y entregar directamente a los padres para que ellos encontraran la forma de brindar atención a sus vástagos.

En la retórica teatral de este gobierno, el presidente nunca está obligado a probar sus dichos. Nunca se demostró la existencia de desvíos, ni tampoco se ha dado a conocer que se persiga a funcionarios o receptores del dinero por el supuesto desfalco. Sin embargo, ahora sí hay otros números.

Según revelan las auditorías practicadas por la propia Secretaría de la Función Pública, y que publica la silla rota, el director general de políticas sociales de la Secretaría del Bienestar, solicitó poco menos de MIL SEICIENTOS CINCUENTA Y CUATRO MILLONES, supuestamente para distribuir entre los beneficiarios de este programa, sin embargo, no existe (a la fecha de cerrar la auditoría 23/2019) documento alguno que acredité que ese dinero se distribuyó efectivamente entre los beneficiarios. No hay un padrón, un recibo, expediente de la persona que recibe el dinero y del niño que se supone se atiende con el mismo. El rastro del dinero se pierde en las manos del funcionario.

Existen otras observaciones sobre la operación de este programa, como el que las ayudas se entregan a personas que no tienen derecho porque sus hijos ya superaron la edad límite para ser beneficiarios, pero éste no es el único programa con fantasmas.

Según detalla la auditoria 24/2020, citada por el medio referido, en el de “Personas con discapacidad” no se proporcionó datos sobre 24,881 beneficiarios a quienes supuestamente se les entregaron 63.4 millones de pesos en el mes de julio de 2019. Por si fuera poco, a ese mismo número de personas se le volvió a pagar en el mes de agosto la misma cantidad, duplicando el pago sin justificarlo de ninguna manera. Eso no es nada.

En el mes de septiembre se dispuso de QUINIENTOS VEINTE MILLONES supuestamente para pagar a más de doscientos mil beneficiarios, pero no existe padrón que demuestre la existencia de éstos ni la recepción de los pagos.

Otra auditoría, identificada con el número 5/2019, y practicada al programa de atención para adultos mayores de setenta años encontró que se dispuso de DOSCIENTOS NOVENTA Y TRES MILLONES para supuestamente contratar en la operación de este a más de siete mil personas por espacio de seis meses. La cosa es que tampoco existe registro que se haya contratado a persona alguna, ni de que se hubieran prestado servicios en la operación del programa.

Ahí bajita la mano y tan sólo en tres auditorías practicadas una oficina del mismo gobierno federal, se han extraviado más de DOS MIL TRESCIENTOS MILLONES, la verdad es que estos muchachos del partido Morena parecen discípulos de César Duarte.

Hablamos de la revisión a tres programas de la secretaría del bienestar, pero esa no es la única que maneja recursos públicos con la misión de repartirlos entre los posibles votantes. Recordemos que a finales de agosto del año pasado Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad analizó otro de los programas estrella del presidente López, el de los NiNis (Jóvenes construyendo futuro), encontrando también un sinfín de irregularidades.

Partiendo de las más simples como el hecho que algunos diputados de Morena tenían becarios a su cargo, es decir, pagaban sus chalanes con dinero del gobierno federal; incluyendo también a jóvenes que supuestamente se capacitaban en empresas fantasma cuyos domicilios no existían, o de existir se encontraba abandonado, e incluso, de existir el negocio los dueños o encargados manifestaron nunca haberse registrado en dicho programa, y mucho menos haber recibido muchachos para capacitarse.

De hecho, la organización revisó 5 mil 439 centros de trabajo en CDMX, y no pudo obtener información en 2 mil 881 de ellos; sólo 763 empresas fueron ubicadas y se pudo verificar la información de los becarios. O sea, otro batidero.

Morena parece experta en torcer este tipo de programas, le recuerdo que después del sismo del 19 de septiembre de 2017 ese partido decidió renunciar a la mitad de los recursos que el INE le otorgaba. Mañosamente, en vez de devolverlos o simplemente no retirarlos de INE, los cobraba y depositaba en un fideicomiso con el que supuestamente se apoyaría a los damnificados. Una investigación hecha por el propio Instituto demostró que cantidades millonarias fueron cobradas en efectivo por militantes y candidatos de Morena, lo que constituyó un financiamiento ilegal.

Ya ni hablemos de la denuncia realizada por Jaime Cárdenas en la que señala que se roban hasta lo que ya se habían robado. Todo parece indicar que Morena pone la causa de los pobres en el nombre, pero que en el fondo sigue con las mismas practicas que sus miembros adquirieron cuando militaban en el PRI (como lo hizo el hoy presidente), y que no tienen la mínima intención de cambiar.

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