/ viernes 12 de marzo de 2021

Y hablando de…

Desarrollarse o permanecer

¿Se ha preguntado usted por qué nos volvemos tan insoportables cuando nos llega la adolescencia? Esa etapa de la vida en que la mayoría de las personas suele dar el “estiron” y alcanzar su altura máxima (y hablo de la mayoría de las personas porque en mi caso no estiré nada). El caso es que a la par se estiran también las redes neuronales, y no necesariamente lo hacen al parejo y de manera ordenada.

Así, el niño adorable y divertido debe afrontar de repente una serie de emociones que florecen en su corazón y mente, y otras cosas que le florecen a nivel de piel. El aspecto visual suele verse afectado, hay erupciones en la cara, en el bigote y mentón aparece algo similar a una manifestación de jumiles, y el tono de voz suele hacer jugarrretas. A la par, el carácter sufre desequilibrios que llevan el estado emocional del entusiasmo exultante a la depresión preocupante en un abrir y cerrar de ojos. Pero así es el desarrollo.

Durante décadas, podemos fijar el inicio de la cuenta a principios de los ochentas, nuestra ciudad ha crecido, pero no se ha desarrollado, y mucho menos lo ha hecho de manera ordenada, y siendo aún más sinceros, su red de comunicaciones (lo que podemos identificar con su red neuronal) lo hizo sin ningún sentido.

Circular hoy por la ciudad es rela¿¿alimente problemático. Hago el intento de escribir estas líneas desde la postura de la imparcialidad, y no desde el escritorio de uno de los responsables de ejecutar la obra pública en Juárez, de cualquier forma, negar las afectaciones a la circulación sería una necedad. Y como dijo Jack, vamos por partes.

Nadie puede ignorar el problema que año tras año nos generan las lluvias. Una leyenda urbana atribuye a Foglio Miramontes la frase aquella de “Juárez sólo se inunda cuando llueve”, que utilizó como justificación para no invertir en obras de drenaje pluvial. Se calcula que las lluvias ocasionan cada año deterioros por dos mil millones de pesos a nuestra infraestructura urbana, sin considerar los costos a los bienes privados y la pérdida de tiempo productivo.

Conforme nuestro marco normativo vigente, resolver el problema es responsabilidad del municipio. Hoy que finalmente hay recursos el problema se está atendiendo. Ciertamente hay personas que se incomodan porque frente a su casa se instala un jardín para absorber el agua de lluvia, lo que talvez limita la circulación, pero creo que es mejor tener el jardín que el charco. Además, así se evita que el agua corra y ocasione daños mayores, y se infiltra al subsuelo, lo que permitirá a nuestros hijos y nietos disfrutarla en un futuro y no contaminarla como hasta hoy.

Luego están las obras viales que mantienen la avenida de las Torres en un bajo nivel de utilidad. El corredor multimodal que ahí se construye se convertirá en el gran eje que vincule al sur de la ciudad con el norte, el centro y el poniente. Se han construido ya dos pasos superiores, a los que se sumarán otros tantos, además de siete deprimidos, que beneficiarán a más de dos mil usuarios que día a día utilizan esas importantes vialidades. El proyecto no es una ocurrencia, durante muchos años el IMIP ha venido trabajando en su planeación, y, nuevamente, hoy que hay recursos, se están aprovechando.

Otro de los grandes proyectos que se ejecutan en la ciudad es el del Sistema Integrado de Transporte.

Híjole, como dicen los gringos, este es un tema tochi tochi.

Debo hablar de mi convicción por este tipo de proyectos. No es concebible una ciudad del tamaño de la nuestra sin un sistema de transporte funcional y eficiente. Los juarenses tenemos derecho a un servicio digno, que nos brinde la seguridad de que llegaremos a nuestro destino a tiempo, que sepamos en qué lugar abordaremos y dónde descendemos y a qué hora. Mucho se habla de que en Juárez el sistema público no funciona porque la gente no quiere usarlo, pero hay que decir también de que en las actuales ruteras tampoco se le antoja subirse a mucha gente.

Según datos de la encuesta Así estamos Juárez, el sistema de transporte Bravobus tiene una calificación cercana al 8, mientras que las ruteras tracidiconales ales no llegan al seis. Mientras que los accidentes viales también son significativamente menores en el Bravobus, comparado con las ruteras.

Se habla de que el sistema “robará” un carril a la circulación, pero las actuales ruteras ya usan al menos uno, y en muchos casos dos carriles de las vialidades; mantener sólo el sistema Bravobus aumentará las posibilidades de circulación fluida.

¿Por qué confinar el carril? Pará evitar que el camión esté cambiando de dirección, mantener su tránsito de manera constante reduce la posibilidad de que se encuentre con otro vehículo. ¿Por qué tiene que ir por el carril izquierdo? Porque son mucho menos las intersecciones con otras vialidades, lo que vuelve su circulación más efeciente.

Entiendo que mientras se desarrollan las obras se causan muchos inconvenientes, pero así es el desarrollo. Juárez ha tomado la decisión de superarse, de convertirse en la gran ciudad que merecen sus habitantes, no puede permanecer estancada como la han mantenido muchas administraciones.

Ciertamente existen intereses particulares detrás de las quejas expresadas, pero de ellas hablamos en una próximo ocasión en que nos encontremos hablando de…

Desarrollarse o permanecer

¿Se ha preguntado usted por qué nos volvemos tan insoportables cuando nos llega la adolescencia? Esa etapa de la vida en que la mayoría de las personas suele dar el “estiron” y alcanzar su altura máxima (y hablo de la mayoría de las personas porque en mi caso no estiré nada). El caso es que a la par se estiran también las redes neuronales, y no necesariamente lo hacen al parejo y de manera ordenada.

Así, el niño adorable y divertido debe afrontar de repente una serie de emociones que florecen en su corazón y mente, y otras cosas que le florecen a nivel de piel. El aspecto visual suele verse afectado, hay erupciones en la cara, en el bigote y mentón aparece algo similar a una manifestación de jumiles, y el tono de voz suele hacer jugarrretas. A la par, el carácter sufre desequilibrios que llevan el estado emocional del entusiasmo exultante a la depresión preocupante en un abrir y cerrar de ojos. Pero así es el desarrollo.

Durante décadas, podemos fijar el inicio de la cuenta a principios de los ochentas, nuestra ciudad ha crecido, pero no se ha desarrollado, y mucho menos lo ha hecho de manera ordenada, y siendo aún más sinceros, su red de comunicaciones (lo que podemos identificar con su red neuronal) lo hizo sin ningún sentido.

Circular hoy por la ciudad es rela¿¿alimente problemático. Hago el intento de escribir estas líneas desde la postura de la imparcialidad, y no desde el escritorio de uno de los responsables de ejecutar la obra pública en Juárez, de cualquier forma, negar las afectaciones a la circulación sería una necedad. Y como dijo Jack, vamos por partes.

Nadie puede ignorar el problema que año tras año nos generan las lluvias. Una leyenda urbana atribuye a Foglio Miramontes la frase aquella de “Juárez sólo se inunda cuando llueve”, que utilizó como justificación para no invertir en obras de drenaje pluvial. Se calcula que las lluvias ocasionan cada año deterioros por dos mil millones de pesos a nuestra infraestructura urbana, sin considerar los costos a los bienes privados y la pérdida de tiempo productivo.

Conforme nuestro marco normativo vigente, resolver el problema es responsabilidad del municipio. Hoy que finalmente hay recursos el problema se está atendiendo. Ciertamente hay personas que se incomodan porque frente a su casa se instala un jardín para absorber el agua de lluvia, lo que talvez limita la circulación, pero creo que es mejor tener el jardín que el charco. Además, así se evita que el agua corra y ocasione daños mayores, y se infiltra al subsuelo, lo que permitirá a nuestros hijos y nietos disfrutarla en un futuro y no contaminarla como hasta hoy.

Luego están las obras viales que mantienen la avenida de las Torres en un bajo nivel de utilidad. El corredor multimodal que ahí se construye se convertirá en el gran eje que vincule al sur de la ciudad con el norte, el centro y el poniente. Se han construido ya dos pasos superiores, a los que se sumarán otros tantos, además de siete deprimidos, que beneficiarán a más de dos mil usuarios que día a día utilizan esas importantes vialidades. El proyecto no es una ocurrencia, durante muchos años el IMIP ha venido trabajando en su planeación, y, nuevamente, hoy que hay recursos, se están aprovechando.

Otro de los grandes proyectos que se ejecutan en la ciudad es el del Sistema Integrado de Transporte.

Híjole, como dicen los gringos, este es un tema tochi tochi.

Debo hablar de mi convicción por este tipo de proyectos. No es concebible una ciudad del tamaño de la nuestra sin un sistema de transporte funcional y eficiente. Los juarenses tenemos derecho a un servicio digno, que nos brinde la seguridad de que llegaremos a nuestro destino a tiempo, que sepamos en qué lugar abordaremos y dónde descendemos y a qué hora. Mucho se habla de que en Juárez el sistema público no funciona porque la gente no quiere usarlo, pero hay que decir también de que en las actuales ruteras tampoco se le antoja subirse a mucha gente.

Según datos de la encuesta Así estamos Juárez, el sistema de transporte Bravobus tiene una calificación cercana al 8, mientras que las ruteras tracidiconales ales no llegan al seis. Mientras que los accidentes viales también son significativamente menores en el Bravobus, comparado con las ruteras.

Se habla de que el sistema “robará” un carril a la circulación, pero las actuales ruteras ya usan al menos uno, y en muchos casos dos carriles de las vialidades; mantener sólo el sistema Bravobus aumentará las posibilidades de circulación fluida.

¿Por qué confinar el carril? Pará evitar que el camión esté cambiando de dirección, mantener su tránsito de manera constante reduce la posibilidad de que se encuentre con otro vehículo. ¿Por qué tiene que ir por el carril izquierdo? Porque son mucho menos las intersecciones con otras vialidades, lo que vuelve su circulación más efeciente.

Entiendo que mientras se desarrollan las obras se causan muchos inconvenientes, pero así es el desarrollo. Juárez ha tomado la decisión de superarse, de convertirse en la gran ciudad que merecen sus habitantes, no puede permanecer estancada como la han mantenido muchas administraciones.

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