/ viernes 17 de diciembre de 2021

Y hablando de…

TRADICIONES

Le escribo estas líneas el día que inician las posadas. Me viene a la mente el recuerdo de mi natal Chihuahua, el grupo de primos solíamos salir de casa de mi tía Martha a la ciudad deportiva, frente a las instalaciones del DIF, donde se colocaba un gran nacimiento y un escenario para la presentación de número artísticos. Cantábamos villancicos, se rompía una piñata y se repartían dulces. Promoviendo los valores de nuestra cultura cristina occidental, se convocaba a la solidaridad, y se pedía a cada niño compartir algo que luego se distribuiría entre los más necesitados, y con ello se nos daba participación en el sorteo de alguna bicicleta y otros regalos, de los cuales mi tradicional mala suerte me mantuvo alejado, ya ve usted que ni siquiera el avión presidencial me saqué.

Hoy la modernidad se agazapa tras la bandera de la tolerancia para descontinuar nuestras tradiciones. Cada vez es menos pensable que una instancia oficial organice un evento en donde se cargan figuras que representan a la sagrada familia en su peregrinar y se invite a los niños a pedir posada para ellos. En su lugar, se permite que la publicidad vincule la palabra “posadas” con el intercambio de regalos y la ingesta de alimentos y bebidas, sobre todo las espirituosas.

Hablando del consumo de ese tipo de bebidas, recientemente se me preguntó si es legal el establecer puntos de revisión a los automovilistas. Me parece que la autoridad municipal está obligada a garantizar la seguridad e integridad física de todas las personas en su territorio, y ello resulta útil establecer dichos puntos donde severifique que los conductores se encuentran en condiciones de hacerlo, de tal forma que la navideña eutrapelia no se convierta en tragedia.Desde luego que esto habrá de hacerse con procedimientos claros, apego a la normatividad respectiva y respeto a los derechos humanos.

Y hablando de la autoridad municipal y la tradición que tenemos de quejarnos por todo, escuchoreclamos por que el próximo año habremos de pagar un poco más por concepto de impuesto predial. Déjeme decirle que no me uno a ello. Desde luego que no me gusta pagar más, pero siendo objetivos el gobierno de una ciudad está limitado en sus fuentes de ingresos, y los que obtiene por concepto de predial son y deben ser la fuente principal con la que se atienden las necesidades comunes.

Calcule usted los servicios que el municipio está obligado a proporcionar: seguridad, parques, recolección de basura, mercados públicos, etc.; en realidad, lo que se paga de predial por la mayoría de las viviendas de la ciudad no alcanza a cubrir ni siquiera una parte simbólica de lo que lecorrespondería a los habitantes de esa casa para sufragar los gastos.

Cuando nos hablaba de la autonomía municipal, el maestro Mazpulez solía decirnos que tal cosa no existe, porque lo que los municipios tienen no es libertad, sino autarquía, es decir, no pueden emitir leyes, pero si puede administrar libremente su presupuesto. Pero primero hay que procurar que tengan algo para administrar.

Hablando en pesos y centavos, entre 2018 y 2022 el salario mínimo en Juárez habrá aumentado de $88.36 a $260.34, equivalente a un ciento noventa y cinco por ciento. Desde luego, poca gente en Juárez ganaba entonces y gana hoy el salario mínimo (generalmente el ingreso es complementado con otras prestaciones sociales), pero evidentemente el nivel de ingreso de la población en general ha aumentado, y con ello el costo de los servicios que el mismo municipio presta. Me parece justo que parte de ese aumento que se recibe se participe a la autoridad que tiene la responsabilidad de responder a las necesidades de la misma comunidad.

Y no crea usted que ya me dio por ser gobiernista o palero de los mandatarios. Las quejas por el estado de nuestra ciudad son frecuentes y severas, si queremos que mejoren los servicios de limpia, alumbrado, parques, seguridad, etc.; debemos hacer dos cosas: ocuparnos de contar con el presupuesto suficiente para sufragarlos adecuadamente, y exigir que el mismo se aplique con pulcritud y racionalidad.

Y hablando claro, no todos los aumentos son de la misma racionalidad. En esta época de tradiciones nos hablan de revivir el tradicional “replaqueo”, y quieren contarnos las muelas hablándonos de seguridad, como si la inseguridad la generáramos los contribuyentes cumplidos que tenemos nuestras placas vigentes. No, la inseguridad la generan la gran multitud de vehículos sin placas a los cuales no se les aplica ley alguna.

Me parece muy lamentable que ese tradicional gasto del que ya nos habíamos liberado se vuelva a implantar, y no tiene que ver con el costo, si es mucho o poco, es que me parece injustificado el motivo del cobro, si no queremos placas nuevas ¿por qué nos obligan a comprarlas? En fin.

Regresando a las tradicionales posadas, los que parece que andan de un lado a otro es Ovidio Guzmán y sus parientes, por quienes el gobierno norteamericano ofrece ahora jugosas recompensas. Recordemos que hace unos años el ejército mexicano lo tuvo en sus manos y lo soltó por orden directa de su líder supremo.

No, ya en serio. Empiezan las posadas y hasta el ánimo me cambia, me gusta mucho la fiesta de Navidad, no soy muy fan de los arbolitos y los focos, pero las representaciones del nacimiento me despiertan singular atracción. Hace un par de años empecé a comprar esas artesanías en los lugares que tengo oportunidad de visitar, ahora que voy a salir de la ciudad para visitar a mi hija, la doctora; a ver si aprovecho y me hago de otro. Por ese motivo me despido deseándole lo mejor para esta Navidad, regreso el año entrante y seguimos hablando de…

TRADICIONES

Le escribo estas líneas el día que inician las posadas. Me viene a la mente el recuerdo de mi natal Chihuahua, el grupo de primos solíamos salir de casa de mi tía Martha a la ciudad deportiva, frente a las instalaciones del DIF, donde se colocaba un gran nacimiento y un escenario para la presentación de número artísticos. Cantábamos villancicos, se rompía una piñata y se repartían dulces. Promoviendo los valores de nuestra cultura cristina occidental, se convocaba a la solidaridad, y se pedía a cada niño compartir algo que luego se distribuiría entre los más necesitados, y con ello se nos daba participación en el sorteo de alguna bicicleta y otros regalos, de los cuales mi tradicional mala suerte me mantuvo alejado, ya ve usted que ni siquiera el avión presidencial me saqué.

Hoy la modernidad se agazapa tras la bandera de la tolerancia para descontinuar nuestras tradiciones. Cada vez es menos pensable que una instancia oficial organice un evento en donde se cargan figuras que representan a la sagrada familia en su peregrinar y se invite a los niños a pedir posada para ellos. En su lugar, se permite que la publicidad vincule la palabra “posadas” con el intercambio de regalos y la ingesta de alimentos y bebidas, sobre todo las espirituosas.

Hablando del consumo de ese tipo de bebidas, recientemente se me preguntó si es legal el establecer puntos de revisión a los automovilistas. Me parece que la autoridad municipal está obligada a garantizar la seguridad e integridad física de todas las personas en su territorio, y ello resulta útil establecer dichos puntos donde severifique que los conductores se encuentran en condiciones de hacerlo, de tal forma que la navideña eutrapelia no se convierta en tragedia.Desde luego que esto habrá de hacerse con procedimientos claros, apego a la normatividad respectiva y respeto a los derechos humanos.

Y hablando de la autoridad municipal y la tradición que tenemos de quejarnos por todo, escuchoreclamos por que el próximo año habremos de pagar un poco más por concepto de impuesto predial. Déjeme decirle que no me uno a ello. Desde luego que no me gusta pagar más, pero siendo objetivos el gobierno de una ciudad está limitado en sus fuentes de ingresos, y los que obtiene por concepto de predial son y deben ser la fuente principal con la que se atienden las necesidades comunes.

Calcule usted los servicios que el municipio está obligado a proporcionar: seguridad, parques, recolección de basura, mercados públicos, etc.; en realidad, lo que se paga de predial por la mayoría de las viviendas de la ciudad no alcanza a cubrir ni siquiera una parte simbólica de lo que lecorrespondería a los habitantes de esa casa para sufragar los gastos.

Cuando nos hablaba de la autonomía municipal, el maestro Mazpulez solía decirnos que tal cosa no existe, porque lo que los municipios tienen no es libertad, sino autarquía, es decir, no pueden emitir leyes, pero si puede administrar libremente su presupuesto. Pero primero hay que procurar que tengan algo para administrar.

Hablando en pesos y centavos, entre 2018 y 2022 el salario mínimo en Juárez habrá aumentado de $88.36 a $260.34, equivalente a un ciento noventa y cinco por ciento. Desde luego, poca gente en Juárez ganaba entonces y gana hoy el salario mínimo (generalmente el ingreso es complementado con otras prestaciones sociales), pero evidentemente el nivel de ingreso de la población en general ha aumentado, y con ello el costo de los servicios que el mismo municipio presta. Me parece justo que parte de ese aumento que se recibe se participe a la autoridad que tiene la responsabilidad de responder a las necesidades de la misma comunidad.

Y no crea usted que ya me dio por ser gobiernista o palero de los mandatarios. Las quejas por el estado de nuestra ciudad son frecuentes y severas, si queremos que mejoren los servicios de limpia, alumbrado, parques, seguridad, etc.; debemos hacer dos cosas: ocuparnos de contar con el presupuesto suficiente para sufragarlos adecuadamente, y exigir que el mismo se aplique con pulcritud y racionalidad.

Y hablando claro, no todos los aumentos son de la misma racionalidad. En esta época de tradiciones nos hablan de revivir el tradicional “replaqueo”, y quieren contarnos las muelas hablándonos de seguridad, como si la inseguridad la generáramos los contribuyentes cumplidos que tenemos nuestras placas vigentes. No, la inseguridad la generan la gran multitud de vehículos sin placas a los cuales no se les aplica ley alguna.

Me parece muy lamentable que ese tradicional gasto del que ya nos habíamos liberado se vuelva a implantar, y no tiene que ver con el costo, si es mucho o poco, es que me parece injustificado el motivo del cobro, si no queremos placas nuevas ¿por qué nos obligan a comprarlas? En fin.

Regresando a las tradicionales posadas, los que parece que andan de un lado a otro es Ovidio Guzmán y sus parientes, por quienes el gobierno norteamericano ofrece ahora jugosas recompensas. Recordemos que hace unos años el ejército mexicano lo tuvo en sus manos y lo soltó por orden directa de su líder supremo.

No, ya en serio. Empiezan las posadas y hasta el ánimo me cambia, me gusta mucho la fiesta de Navidad, no soy muy fan de los arbolitos y los focos, pero las representaciones del nacimiento me despiertan singular atracción. Hace un par de años empecé a comprar esas artesanías en los lugares que tengo oportunidad de visitar, ahora que voy a salir de la ciudad para visitar a mi hija, la doctora; a ver si aprovecho y me hago de otro. Por ese motivo me despido deseándole lo mejor para esta Navidad, regreso el año entrante y seguimos hablando de…

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