/ viernes 4 de septiembre de 2020

Y hablando de...

DOS Y NADA

Dos y nada es una cuenta favorable para un bateador, supone que el lanzador debe hacer un lanzamiento cercano a la zona de strike, lo que le da oportunidad de hacer contacto con la pelota. Es el caso del segundo informe de gobierno del presidente de la república. Ha llegado a dos, y la verdad no se le ve nada.

Según el propio presidente, de los cien compromisos que realizó en su toma de posesión ha cumplido ya noventa y cinco, y los que restan ya están casi para entrega. Sin embargo, esa afirmación no resiste ningún análisis serio. De los cien compromisos sólo en treinta y cinco se encuentra algún criterio de medición que permita darle seguimiento.

Hay algunos que son simples postulados como “acabar con la corrupción”, objetivo que en infinidad de veces ha dado por cumplido, pese a que cotidianamente se revelan investigaciones que muestran conductas impropias de sus servidores públicos. No hablemos de los casos de Bartlett o Ana Gabriela Guevara, que son emblemáticos; seguramente usted conoce personas (si es que no lo ha padecido en carne propia) que en su actividad cotidiana se ven obligados a “aderezar” la maquinaria de la burocracia federal para agilizar un trámite, obtener permiso, o bien, para que se les perdone el cumplimiento e algún requisito al realizar un trámite. Eso de la "honestidad ejemplificativa", donde los de abajo no roban porque los de arriba no lo hacen, o no está funcionando,

Algunos otros de los postulados presidenciales son sencillamente contradichos por los actos, como lo es el compromiso de defender la ecología y el medio ambiente. Ahí tiene usted el proyecto de construcción del Tren Maya, o la refinería de Dos Bocas, que carecen hasta de los estudios esenciales de impacto ambiental, y cuyo daño a la biodiversidad ha sido plenamente demostrado por diversas organizaciones de la sociedad civil. Si a ello le suma el empecinamiento de abandonar la producción de energía en base a fuentes limpias y renovables y regresar en cambio a la quema de combustibles fósiles para tal efecto, veremos como la política del gobierno en la realidad va en sentido contrario a lo manifestado por el presidente.

Revisemos las obligaciones básicas del Estado para encontrar asidero de evaluación: seguridad, salud y bienestar.

En seguridad no hay nada que presumir. 2019 fue el año más violento en la historia de México, y el mismo día en que el presidente presumía que en México ya no hay masacres, un grupo armado irrumpió en un velorio en Cuernavaca, dando muerte a ocho personas y catorce más resultaron lesionadas.

Seamos sinceros, la cosa sigue fea, no sólo no mejora, no se ve una estrategia real para contener la violencia. En grandes centros urbanos como la misma Ciudad de México han repuntado delitos parecían controlados, como son los robos en transporte público, que se realizan con violencia tal que terminan en homicidio.

Las cuestiones de salud y bienestar (economía) vale la pena analizarlas antes y después de la crisis del Covid. El presidente tomó la decisión, y la impuso con su mayoría en el Congreso, de modificar el mayor componente del sistema de salud pública desapareciendo el Seguro Popular y creando el INSABI. El primero no era perfecto, pero el segundo no ha mejorado las supuestas deficiencias que pretendía corregir.

Los graves problemas que se presentan desde el inicio de esta administración por falta de medicinas, terapias y atención médica en general, persisten.

Si hablamos del manejo de la crisis provocada por la pandemia, utilizando las palabras y los parámetros del encargado, Dr. López Gatell, es catastrófico: el número de personas contagiadas y fallecidas ha superado hasta los peores pronósticos que establecieron la misma administración. Lo más decepcionante es conocer que México es el país donde han muerto más profesionales de la salud, es decir, no hemos sido capaces si quiero de proteger a quienes se encargan de protegernos. Una verdadera vergüenza.

La crisis ha cerrado miles de negocios, generando la pérdida de cientos de miles de empleos y sumido en la pobreza a millones de mexicanos. Hoy hay en México más pobres que los que existían hace dos años. Todos los análisis vaticinan que tardaremos casi cinco años para regresar a los niveles que teníamos en el mes de febrero.

El producto interno bruto comenzó su caída desde el inicio de la administración, a consecuencia muy probablemente de la incertidumbre generada por las decisiones del mismo presidente. A raíz de la crisis ha sufrido el peor retroceso de nuestra historia, la nuestra es la economía más dañada en el continente, tal vez en el mundo.

Y sin embargo, la cuenta sigue siendo favorable al bateador. Las encuestas muestran que el presidente tiene aún una opinión positiva, muy parecida a la que tuvieron mandatarios como Calderón y Fox a estas alturas de su mandato, pese a lo cual ambos mandatarios perdieron su mayoría en la cámara de diputados en la elección intermedia.

¿Llevarán las circunstancias al mismo fin al presidente López? Es difícil avizorarlo hoy en un ambiente tan convulso (sería más fácil ganarse la rifa del avión). Ha diferencia de sus predecesores, López no enfrenta una oposición representativa, y él sigue siendo un genio de la comunicación, sabe que en la política los hechos no importan, sino el manejo de las emociones, y en eso lleva el mando.

Falta ver como resuelve Morena sus disputas internas, el reparto de las candidaturas y si es posible que surja algún liderazgo opositor interesante, pero eso lo comentamos otro día en que nos encontremos hablando de…

DOS Y NADA

Dos y nada es una cuenta favorable para un bateador, supone que el lanzador debe hacer un lanzamiento cercano a la zona de strike, lo que le da oportunidad de hacer contacto con la pelota. Es el caso del segundo informe de gobierno del presidente de la república. Ha llegado a dos, y la verdad no se le ve nada.

Según el propio presidente, de los cien compromisos que realizó en su toma de posesión ha cumplido ya noventa y cinco, y los que restan ya están casi para entrega. Sin embargo, esa afirmación no resiste ningún análisis serio. De los cien compromisos sólo en treinta y cinco se encuentra algún criterio de medición que permita darle seguimiento.

Hay algunos que son simples postulados como “acabar con la corrupción”, objetivo que en infinidad de veces ha dado por cumplido, pese a que cotidianamente se revelan investigaciones que muestran conductas impropias de sus servidores públicos. No hablemos de los casos de Bartlett o Ana Gabriela Guevara, que son emblemáticos; seguramente usted conoce personas (si es que no lo ha padecido en carne propia) que en su actividad cotidiana se ven obligados a “aderezar” la maquinaria de la burocracia federal para agilizar un trámite, obtener permiso, o bien, para que se les perdone el cumplimiento e algún requisito al realizar un trámite. Eso de la "honestidad ejemplificativa", donde los de abajo no roban porque los de arriba no lo hacen, o no está funcionando,

Algunos otros de los postulados presidenciales son sencillamente contradichos por los actos, como lo es el compromiso de defender la ecología y el medio ambiente. Ahí tiene usted el proyecto de construcción del Tren Maya, o la refinería de Dos Bocas, que carecen hasta de los estudios esenciales de impacto ambiental, y cuyo daño a la biodiversidad ha sido plenamente demostrado por diversas organizaciones de la sociedad civil. Si a ello le suma el empecinamiento de abandonar la producción de energía en base a fuentes limpias y renovables y regresar en cambio a la quema de combustibles fósiles para tal efecto, veremos como la política del gobierno en la realidad va en sentido contrario a lo manifestado por el presidente.

Revisemos las obligaciones básicas del Estado para encontrar asidero de evaluación: seguridad, salud y bienestar.

En seguridad no hay nada que presumir. 2019 fue el año más violento en la historia de México, y el mismo día en que el presidente presumía que en México ya no hay masacres, un grupo armado irrumpió en un velorio en Cuernavaca, dando muerte a ocho personas y catorce más resultaron lesionadas.

Seamos sinceros, la cosa sigue fea, no sólo no mejora, no se ve una estrategia real para contener la violencia. En grandes centros urbanos como la misma Ciudad de México han repuntado delitos parecían controlados, como son los robos en transporte público, que se realizan con violencia tal que terminan en homicidio.

Las cuestiones de salud y bienestar (economía) vale la pena analizarlas antes y después de la crisis del Covid. El presidente tomó la decisión, y la impuso con su mayoría en el Congreso, de modificar el mayor componente del sistema de salud pública desapareciendo el Seguro Popular y creando el INSABI. El primero no era perfecto, pero el segundo no ha mejorado las supuestas deficiencias que pretendía corregir.

Los graves problemas que se presentan desde el inicio de esta administración por falta de medicinas, terapias y atención médica en general, persisten.

Si hablamos del manejo de la crisis provocada por la pandemia, utilizando las palabras y los parámetros del encargado, Dr. López Gatell, es catastrófico: el número de personas contagiadas y fallecidas ha superado hasta los peores pronósticos que establecieron la misma administración. Lo más decepcionante es conocer que México es el país donde han muerto más profesionales de la salud, es decir, no hemos sido capaces si quiero de proteger a quienes se encargan de protegernos. Una verdadera vergüenza.

La crisis ha cerrado miles de negocios, generando la pérdida de cientos de miles de empleos y sumido en la pobreza a millones de mexicanos. Hoy hay en México más pobres que los que existían hace dos años. Todos los análisis vaticinan que tardaremos casi cinco años para regresar a los niveles que teníamos en el mes de febrero.

El producto interno bruto comenzó su caída desde el inicio de la administración, a consecuencia muy probablemente de la incertidumbre generada por las decisiones del mismo presidente. A raíz de la crisis ha sufrido el peor retroceso de nuestra historia, la nuestra es la economía más dañada en el continente, tal vez en el mundo.

Y sin embargo, la cuenta sigue siendo favorable al bateador. Las encuestas muestran que el presidente tiene aún una opinión positiva, muy parecida a la que tuvieron mandatarios como Calderón y Fox a estas alturas de su mandato, pese a lo cual ambos mandatarios perdieron su mayoría en la cámara de diputados en la elección intermedia.

¿Llevarán las circunstancias al mismo fin al presidente López? Es difícil avizorarlo hoy en un ambiente tan convulso (sería más fácil ganarse la rifa del avión). Ha diferencia de sus predecesores, López no enfrenta una oposición representativa, y él sigue siendo un genio de la comunicación, sabe que en la política los hechos no importan, sino el manejo de las emociones, y en eso lleva el mando.

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