Ciudad Juárez, Chihuahua.- El pan de muerto sigue siendo una de las tradiciones más esenciales del 2 de noviembre, es por eso que decenas de panaderías comenzaron con la elaboración de este alimento.
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Tal es el caso de ‘La Espiga de Oro’, que desde hace más de 50 años sigue siendo parte de esta tradición fundamental en cada altar, cuyos empleados expresaron que, aunque la demanda no ha sido igual a la de años anteriores, aún hay gente que sigue creyendo que el sabor casero es quien le da ese toque a la festividad.
Miguel Alonso, panadero desde hace mas de 40 años y quien ahora trabaja en este comercio, dijo que la preparación comenzó desde hace una semana, debido a la creciente demanda.
La cual ha sido poca a comparación de años anteriores, pues los comercios grandes han afectado la venta de su producto, sin embargo, la gente sigue buscando ese sabor que destaca entre los demás.
“El pan tradicional se hace en las panaderías, el comercial en las tiendas grandes”, aseguró el entrevistado.
La pasión por el oficio y un horno de ladrillo han sido los principales ingredientes para que el señor Alonso, pueda ser distinguido entre las demás panaderías que ofertan el mismo producto.
“Tiene que ver mucho el horno, nosotros lo hacemos de manera casera y antigua, ahora muchas empresas lo hacen con hornos eléctricos que les ahorra más tiempo y les lleva menos trabajo”, comentó.
Especificó que, conforme han ido pasando los años, ha comenzado a evolucionar la elaboración y los ingredientes del pan en los diferentes comercios, pues en ocasiones ha servido para innovar y ofrecer algo mejor, mientras que en otras para bajar la calidad y ofrecer algo más barato.
Pese a la nueva maquinaria que han sustituido la forma antigua de hacer el pan, nunca podrán sustituir la calidad y sabor del panadero, señaló.
“Muchas veces la gente se ha acercado a darme las gracias por la calidad del pan, y se siente bonito porque en una ciudad llena de este mercado, prefieren el de uno”, añadió.
Este año, decidieron arriesgar y realizarlo de una manera diferente pero sin perder la forma y sabor tradicional, puesto que, ahora ofrecen Pan de Muerto relleno de durazno en almíbar y cajeta.
Detrás del procedimiento que conlleva hacer la producción del Pan de Muerto, en la Espiga de Oro existe el gusto por ofrecer un producto de calidad a los juarenses y una intención de que si lo prueban una vez, regresarán otra más.
El Pan de Muertos significa una tradición en la época de la conquista, el cual fue inspirado durante rituales prehispánicos, lo que representa al día de hoy uno de los elementos más importantes para las ofrendas dedicadas durante el 2 de noviembre.
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