A un año de la masacre

Los entrenadores de futbol Luis Calvillo y Memo García fueron víctimas del tirador

Jorge Meza | El Heraldo de Juárez

  · lunes 3 de agosto de 2020

Foto: Archivo | OEM

Dos entrenadores de futbol fueron víctimas de la masacre del 2019 en Walmart de El Paso, Texas: Luis Calvillo se ha estado recuperando de acuerdo a sus redes sociales, mientras que Guillermo “Memo” García perdió la batalla el pasado mes de abril, después de nueve meses del tiroteo, convirtiéndose en la víctima 23 que perdió la vida.

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Memo García fue también padre de un pelotero de la Liga Villahermosa, quien defendía la camiseta de los Marlins Escuelita; al estar hospitalizado realizaron actividades para apoyar a su familia.

“Mi hermano, te llevaron demasiado pronto, pero ya no estás sufriendo”, dijo el coach Luis Calvillo, compañero de García al frente de Fusion FC.

“Mi corazón se rompe por tu esposa Jessica Coca García y tus hermosos hijos, pero mientras que el resto de la estancia en esta tierra definitivamente los veremos y cuidaremos tan bien como tú”, agregó.

Luis Calvillo ha sido arropado por su familia, amigos y su equipo de futbol, quienes lo han ayudado a superar el drama que vivió aquel día en el estacionamiento de la plaza comercial.

Fue una mañana de sábado afuera de un Walmart en El Paso y el equipo de futbol que él dirige estaba vendiendo botanas para recaudar fondos con el fin de asistir a un torneo fuera del estado.

En un momento estaba charlando con un colega entrenador; al siguiente, un hombre dejó caer una lluvia de balas afuera de la tienda.

Calvillo cayó al piso y la sangre comenzó a emanar de su pierna. Varios padres de las futbolistas también recibieron impactos de bala. Su padre, Jorge Calvillo García, fue asesinado. Los balazos de ese día provocaron 22 muertes y decenas de lesionados.

El equipo de futbol llamado El Paso Fusion (para niñas de 9 a 12 años) y sus aficionados estaban dispersos ese día entre la entrada principal de la tienda y las salidas, en frente del estacionamiento.

Calvillo, fundador y entrenador principal del equipo Fusion, estaba parado cerca de la carpa del equipo, hablando con Guillermo García, su amigo y colega entrenador.

La esposa de Calvillo y su hija de 10 años estaban cerca de ahí. Su padre acababa de estacionarse en el lugar.

Siete de las personas que recibieron disparos el 3 de agosto eran parte de la familia de Fusion. Dos entrenadores (Calvillo y García) y cuatro padres de las integrantes resultaron heridos y el padre de Calvillo fue asesinado.

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