El basquetbolista juarense Jesús Vázquez viajó ayer para reportarse a los trabajos de preparación con los Borregos del ITESM campus Hidalgo, con los que fue campeón de los Ocho Grandes 2019 en la Liga ABE (Asociación de Basquetbol Estudiantil), de la Primera División.
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Con las “pilas cargadas” por haber pasado unos días con su familia, Vázquez partió ayer por la tarde del aeropuerto internacional Abraham González rumbo a Hidalgo.
“Más que nada porque es mi segundo año y ahorita es cuando uno tiene que tomar las riendas de los que salieron, al año anterior y demostrar por qué uno está allá”, expresó el deportista fronterizo previo a partir.
“El equipo está muy bien, todas las personas que se fueron el anterior año fueron remplazadas muy bien y el equipo está muy bien, vamos en segundo lugar de la tabla este semestre y esperamos llevarnos el titulo otra vez”, destacó.
Jesús Vázquez, quien se desempeña en la posición de 4, jugó con los Jaguares del CBTIS 128 y con Selección Indios.
“Fue un poco difícil (llegar a Borregos) porque en mi posición, en la que yo iba había dos personas muy experimentadas, de las cuales era su último año y por eso este año estoy empezando a agarrar muchos minutos y a tener una carga sobre el equipo”, dijo.
El deportista fronterizo tiene 3 años practicando el basquetbol y su talento lo llevó a jugar con los Borregos del ITESM.
“Más que nada (la adaptación) se basa en la familia, porque todo lo demás, material y todo eso no importa, donde sea es lo mismo, más que nada es dejar a tus papás, dejar a tu familia, es un peso muy grande”, resaltó.
“Siempre he jugado con mis anteriores coaches, muchos torneos y para no perder el ritmo ellos me siguen hablando para jugar navideños o jugar torneos cortos, pero jugar en otra universidad no me permite”, señaló.
Vázquez actualmente cursa la licenciatura en Administración de Empresas en el Tecnológico de Monterrey, campus Hidalgo.
“Más que nada es el sacrificio, dar el extra cuando uno no puede y la dieta, la alimentación es lo más importante del deporte”, dijo.
“El primer año (en el ABE) fue pura exigencia, puro estar aprendiendo, es un nivel muy diferente, hay que trabajar duro llegando por que nada se consigue fácil”, concluyó.
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