Migrantes salvan liga de beisbol en Tapachula ante falta de jugadores locales
La presencia de peloteros extranjeros ha permitido que no desaparezca la Liga Alejandro Córdova García
Manuel Núñez
La Liga de Béisbol Alejandro Córdova García, ubicada en el sur de México, ha estado a punto de suspender actividades por falta de jugadores. Sin embargo, la presencia creciente de migrantes ha permitido que el campeonato siga desarrollándose cada domingo.
Actualmente, la liga está conformada por cinco equipos: Oriones, Gigantes, Dorados, Tiburones y Juniors. Cuatro de ellos compiten en la categoría libre, donde participan tanto jugadores juveniles como veteranos. El equipo Juniors, por su parte, es la apuesta más reciente, orientado a formar talento joven desde las categorías menores.
“Estamos jugando con lo que tenemos, pero gracias a los extranjeros que están aquí varados por temas migratorios, la liga ha vuelto a moverse. Muchos de ellos vienen de Cuba, Venezuela y Nicaragua. Cada equipo tiene entre cuatro y siete jugadores extranjeros como base. Solo los Juniors están formados por niños locales”, explica Jorge Ramos Flores, ampáyer de la liga.
La migración, además de tener un impacto social en Tapachula, ha tenido efectos directos en el desarrollo deportivo. Jugadores que en sus países practicaban béisbol de forma semiprofesional o incluso profesional han encontrado en esta liga un espacio para mantenerse activos, y al mismo tiempo, reforzar a los equipos locales.
“El cubano tiene un estilo más explosivo, mientras que el venezolano es más estratégico. Pero ambos vienen con mucho conocimiento del juego y eso ha subido el nivel del campeonato”, detalla Ramos Flores, quien agrega que de acuerdo con su experiencia estos jugadores se han adaptado bien a distintas posiciones, aunque la mayoría juega como receptor o en el cuadro, destacando que también hay algunos lanzadores formados específicamente para esa función.
Mejor nivel de juego y creciente audiencia
El impacto no solo se nota en el campo. Alejandro Concha, manager del equipo Tiburones de Puerto Madero, comenta que los partidos se han vuelto más disputados y que la afluencia de público ha crecido.
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El equipo Tiburones ha ganado los últimos tres campeonatos, pero el nivel que han traído los nuevos jugadores extranjeros ha hecho que los encuentros se definan por márgenes más estrechos. “Ahora los partidos están más reñidos, eso habla del nivel que traen”, señala Concha.
Además de los juegos locales, la liga ha comenzado a recibir invitaciones para enfrentar a equipos de otras regiones como Tonalá, Pijijiapan y Las Margaritas. Este intercambio permite que los jugadores locales también se fogueen y que los nuevos talentos adquieran más experiencia.
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Luego de ser un deporte muy competitivo, la falta de patrocinadores y el alto costo del deporte han erosionado esa grandezaOtro de los objetivos a corto plazo es consolidar una escuela para niños. La idea es formar semilleros y generar nuevas categorías infantiles que puedan competir a nivel regional. “Ya no tenemos hijos chicos, pero ahora buscamos que los nietos o los hijos de los migrantes se integren y podamos tener nuevas generaciones”, comparte Ramos.
Los partidos se celebran todos los domingos a partir de las 10:30 de la mañana y se juegan hasta que la luz natural lo permite. Para los organizadores, el béisbol es algo más que un deporte: representa un espacio de integración y comunidad.