Grooming: el abuso digital que pone en riesgo a niñas, niños y adolescentes
Muchas víctimas, al no comprender que han sido manipuladas, sienten culpa o vergüenza, lo que dificulta la denuncia y prolonga el sufrimiento
Marcia Ramos / Diario del Sur
El grooming es una forma de acoso y abuso sexual que se da cuando un adulto establece contacto con un menor de edad con el objetivo de ganarse su confianza y, eventualmente, involucrarlo en una actividad sexual. En su forma digital, conocida como online grooming, esta conducta se desarrolla mediante plataformas digitales como redes sociales, aplicaciones de mensajería o videojuegos en línea, lo que hace más fácil el anonimato del agresor y más difícil su detección.
Esta práctica delictiva ocurre en distintas fases, que van desde una simple conversación en apariencia inocente, hasta la solicitud de material íntimo o el intento de un encuentro físico. Todo comienza con la creación de un vínculo de confianza, donde el agresor se hace pasar por un menor o alguien de edad cercana, empatiza con la víctima, le ofrece apoyo emocional e incluso regalos, con la intención de conocer su entorno y debilitar sus vínculos familiares.
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La plataforma de prevención está disponible a nivel internacional en 16 idiomas, se dedica a respaldar a las víctimas amenazadas con la difusión de sus imágenes y videos íntimosPosteriormente, el abusador busca aislar al menor de su red de apoyo (familia, amistades, docentes), insistiendo en mantener en secreto la comunicación entre ambos. Así, se crea un ambiente de confidencialidad que favorece la manipulación. En este contexto, el agresor evalúa los riesgos: pregunta si alguien más tiene acceso al dispositivo del menor y se asegura de que nadie más sepa de la relación virtual.
Una vez que se ha consolidado la confianza, el adulto introduce conversaciones con contenido sexual de forma paulatina. Luego vienen las peticiones explícitas: el envío de imágenes, videos íntimos o el relato de fantasías sexuales. En casos extremos, el acosador chantajea o amenaza a la víctima para obtener más contenido o incluso lograr un encuentro físico.
Aunque no haya contacto físico, el daño psicológico que produce el online grooming es real. Muchas víctimas, al no comprender que han sido manipuladas, sienten culpa o vergüenza, lo que dificulta la denuncia y prolonga el sufrimiento.
Especialistas alertan que esta violencia es compleja y requiere una respuesta integral basada en la prevención. Por ello, se insiste en fortalecer la educación afectivo-sexual desde edades tempranas, así como promover el uso seguro y responsable del internet.
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Las plataformas más utilizadas para este tipo de fraude son WhatsApp, llamadas telefónicas y videollamadas manipuladasMedidas de prevención ante el grooming
Para proteger a niñas, niños y adolescentes, se recomienda a madres, padres y tutores:
Usar herramientas de control parental para limitar el acceso a contenidos y aplicaciones.
Configurar adecuadamente la privacidad en redes sociales, videojuegos y otras plataformas digitales.
Mantener una comunicación abierta sobre lo que hacen en línea y con quién interactúan.
Estar atentos a cambios de comportamiento, aislamiento o actitudes extrañas.
Enseñar a los menores a no compartir imágenes íntimas, incluso si alguien se lo pide “en confianza”.
El grooming es un delito que debe ser denunciado. Si sospechas que un menor ha sido víctima, acude de inmediato a las autoridades o instituciones especializadas. La prevención, la educación y el acompañamiento cercano son las mejores herramientas para proteger a las infancias y juventudes de este grave peligro.