Mujeres cactus usan el teatro para volver a florecer

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Andrea Elizondo

Desde hace más de un año, Jessica Zermeño ha trabajado de forma cercana con la asociación Maximiliano María Kolbe, una institución dedicada a brindar atención integral a mujeres con discapacidad intelectual y psicosocial. En un total de 16 sesiones de teatro, la directora de La Mirruña Teatro logró generar una cercanía con sus estudiantes para, posteriormente, desarrollar un proyecto de teatro documental titulado Mujeres Cactus o de cómo florecer entre las espinas.

“Originalmente, las entrevistas iban antes que la realización del taller, pero luego decidí que era más importante ganarme su confianza para poder contar sus historias”, explicó Zermeño en una de las conferencias que ofreció el 21 y 22 de febrero en su foro, para dar a conocer su proceso creativo.

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Como antecedente a este proyecto, la directora creó la pieza Tejedoras, una obra de su autoría en la que aborda el tema de la violencia contra la mujer. Su interés en utilizar el teatro para este proyecto era estructurar un montaje que no solo narrara sus vivencias sin revictimizarlas, sino que también buscara involucrar a las mujeres dentro del proceso creativo.

“Me interesaba que ellas pudieran darse cuenta de lo que eran capaces de hacer. Muchas veces somos nosotras mismas las que nos ponemos el pie, por lo que quería que, desde este espacio, se encontraran dentro del teatro y vieran lo valiosas que son”, agregó.

El proyecto fue beneficiado por el Programa de Estímulo a la Creación y al Desarrollo Artístico (PECDA), y de las 14 mujeres que iniciaron el taller, ocho lograron culminar la dramaturgia.

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“El teatro, en este contexto, no solo es un medio de expresión artística, sino una herramienta de transformación social. Mujeres Cactus nos recuerda el valor de vivir el presente y de construir nuevas oportunidades. Como las protagonistas de esta historia, es posible salir del desierto para crear un jardín lleno de sueños”, finalizó.