Imagínate que un día eres un albañil, que día a día tiene que salir a ganarse el pan con esfuerzo, trabajo y el sudor de su frente y al otro día despiertas dándote cuenta que eres el hijo de un multimillonario… sin duda este es uno de los sueños con los que podría fantasear cualquier persona, sin embargo esto no es un cuento de hadas, ni un milagro sacado de alguna novela de televisión y ocurrió en Argentina.
Esta es la historia de Marcelo Omar Urbano, a quien a sus 58 años de edad, la vida le tenía un drástico giro, al enterarse que su padre era uno de los empresarios más importantes de su país.
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Su vida se convirtió en un cliché de telenovela
De acuerdo por lo relatado por el mismo hombre, su madre fue empleada de servicio en casa del ahora magnate argentino en 1960 y, tras una aventura con él, terminó embarazada.
Haciendo más parecido a la típica historia que vemos en la televisión, la mujer perdió su empleo en la casa del empresario y jamás le contó a su hijo sobre la identidad de su progenitor.
El hombre fue criado humildemente por su abuela ya que su padre nunca lo reconoció, mientras que su madre no podía hacerse cargo por motivos de trabajo.
El hombre no tuvo la oportunidad de acabar sus estudios, ni de intentar algo para mejorar su estilo de vida, por lo que tuvo que trabajar como albañil, sin saber lo que le deparaba el destino.
La confesión que le cambió la vida
Su madre en su lecho de muerte logro confesarle que la identidad de su padre. “Ella nunca me mintió. Todo el mundo dudó cuando decía esto. Era muy difícil ser hijo de esta persona. A pesar de que estaba agonizando, en su último momento me repitió que era hijo de este hombre“, contó Marcelo
El empresario es Eduardo Lapania, quien incluso tuvo un acercamiento con Marcelo cuando este tenia 21 años de edad, pues se toparon en un bar, pero ni uno ni otro sabían que eran tan cercanos.
La confrontación
Tras enterarse sobre la identidad de su padre, Marcelo Omar, trató de conocerlo, pero el multimillonario rechazó en todo momento ser su padre y negó la paternidad.
El albañil se hizo los respectivos exámenes médicos que le confirmaron lo dicho por su madre, el empresario era su padre y ahora cuenta con las pruebas suficientes para iniciar el juicio.
Más allá de querer recuperar el tiempo perdido o recibir sus consejos, Marcelo demandó a Eduardo Lapania, por 880 mil dólares, ya que declaró, “Ha hecho mucho daño a mi familia”.