¡De generación en generación! La sentada del niño Dios sigue viva en SCLC
Los preparativos se encuentran listos para este fin de año en esta ciudad
Gilberto Morales / El Heraldo de Chiapas
Después del nacimiento del Niño Dios, llega la sentada del Niño Dios, una tradición profundamente arraigada en el Valle de Jovel, especialmente en San Cristóbal de las Casas. Cada año, miles de familias se preparan para esta celebración que se realiza tradicionalmente el 1 de enero, marcando el inicio de un mes lleno de festejos. Para muchos, la sentada es una ocasión especial que involucra ciertos gastos, como la compra de hojuelas, frutas para el ponche, la cena, y, en algunos casos, la invitación a familiares para celebrar juntos.
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La tradición, que se extiende a lo largo de enero y febrero, es una fiesta popular que ya comienza a sentirse en la ciudad colonial y sus comunidades. En este contexto, las familias no solo se preparan con la comida y las bebidas tradicionales, sino que también cooperan económicamente para la contratación de marimbas o grupos musicales locales, que acompañan la celebración. De acuerdo con los testimonios, la hojuela tiene un significado muy especial: representa la ropa del Niño Dios, un símbolo que forma parte esencial de la festividad.
En entrevista, Ernesto Alcudia explicó: “Ya pasó el nacimiento del Niño Dios, ahora viene la sentada. También es un gasto, pero eso es lo de menos. Esta tradición se viene realizando desde hace muchos años, mi familia la ha celebrado por generaciones. Yo llevo 25 años participando, lo que significa que esta fiesta ha sido celebrada durante muchos años. La hojuela representa la ropa del Niño Dios, y nosotros la celebramos cada 1 de enero”.
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Disfruta este fin de año con las últimas festividades decembrinasSin embargo, Ernesto también mencionó que la tradición está perdiendo fuerza en la ciudad. Antes, los habitantes solían sacar al Niño Dios a caminar por las calles, para que la gente pudiera venerarlo al pasar frente a las casas o negocios. Hoy en día, esa costumbre ha disminuido. “Ya no se ve casi nada en las calles”, lamentó. “Esperemos que este año se recupere esa costumbre y que el 1 de enero podamos ver al Niño Dios sentado en la silla que se compra en los mercados o con los mismos indígenas, acompañado de la quema de cohetes y música para celebrar esta gran fiesta”.
Por otro lado, en las comunidades indígenas, las celebraciones tienen un enfoque más organizado por parte de la iglesia católica. Las madrinas del Niño Dios, designadas por la comunidad, son responsables de preparar la comida, que tradicionalmente incluye un caldo de pollo de rancho. A lo largo del día, las familias se reúnen para compartir la comida, mientras que en el exterior de las iglesias, grupos musicales animan la festividad. La sentada del Niño Dios sigue siendo un símbolo de unidad, tradición y devoción, que continúa siendo celebrado en muchas comunidades de la región.