Demuelen la historia de Tuxtla Gutiérrez, modernidad arrasa con identidad zoque
La demolición de construcciones antiguas, patrimonio cultural de la ciudad, ha generado controversia entre habitantes y expertos en historia y arquitectura
Isaí Flores
La ciudad de Tuxtla Gutiérrez es una población de origen zoque, fundada en el año de 1560 con el nombre de San Marcos Tuxtla. Se estableció en la margen derecha del río Sabinal y su trazado original consideró cuatro barrios: San Miguel, San Andrés, San Jacinto y Santo Domingo de Guzmán, donde destacan construcciones de bajareque con horcones y, posteriormente, de adobe. Actualmente, aunque aún quedan algunas casas de adobe, muchas están siendo demolidas o ya fueron derribadas para construir estacionamientos públicos, destruyendo de esta forma la historia de la capital chiapaneca.
El cronista de Tuxtla Gutiérrez, Jorge Alejandro Sánchez Flores, lamentó que se esté perdiendo un valor estimativo, familiar, cultural y parte de la historia de la ciudad, que tiene un gran valor histórico y patrimonial. “No saben lo que están tirando. Las nuevas generaciones no conocerán el esfuerzo de los abuelos o tatarabuelos para conseguir estas grandes casas heredadas en el Centro de la capital”, expresó.
Según el cronista, estas casas eran grandes, con amplios terrenos, paredes anchas con muros altos, corredores amplios y pilares grandes. Aunque con el tiempo fueron divididas y reducidas en tamaño, seguían conservando su grandeza y amplitud, así como su frescura proporcionada por el adobe, las tejas rojizas de barro, las vigas de madera y los pisos de tierra o ladrillo. Estos elementos creaban un ambiente único que se integraba con la naturaleza, combinando con los colores de los árboles de extenso follaje. Además, las casas no estaban pintadas, sino encaladas.
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A pesar de la prohibición de peleas de gallos y carreras de caballos en Chiapas, las festividades taurinas continúan en la Feria de la Primavera y de la Paz 2025Sánchez Flores explicó que el adobe, fabricado por los zoques a base de lodo y zacate, ha ido perdiendo su lugar en la arquitectura vernácula tuxtleca, donde se han incorporado nuevos materiales como el ladrillo y ahora el block. En el centro de la capital aún hay casas con muros altos de adobe y teja de barro, que, a diferencia del concreto, mantienen su frescura. Su valor económico y cultural es alto.
El adobe que fabricaban los zoques servía como base para paredes anchas que, a diferencia de las paredes actuales, generaban mejor frescura. “Lamentablemente, ya no las volveremos a ver. El tiempo las ha ido destruyendo. Algunas casas de más de 100 años aún estaban en muy buenas condiciones, pero algunas ya están carcomidas”, expresó.
El cronista también señaló que muchos propietarios han aprovechado el momento para demoler las casas a fin de construir nuevos espacios de concreto que, aunque son más costosos de construir, han sido preferidos por algunos, mientras que otros simplemente las han convertido en estacionamientos públicos.
Sánchez Flores considera que aún es posible rescatar las construcciones de adobe que pudieran estar dañadas por el paso de los años, añadiendo muros de concreto y conservando los grandes corredores. En esos espacios, las abuelas solían costurar, tejer, bordar, contar historias y compartir momentos cotidianos con sus hijos y nietos. Sin embargo, el modernismo ha suplantado a estas viejas construcciones, que ahora quedan en menor cantidad.
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Chiapas destaca con el reporte de 1,515 personas desaparecidas únicamente en el estado“Se está derribando parte del patrimonio con el que nacieron abuelos, bisabuelos, padres y muchas generaciones. Las construcciones antañonas, hasta los años 40, eran principalmente de adobe, horcones y bajareque. Ahora predominan los locales comerciales”, expresó con nostalgia.
Derribadas por el modernismo económico
Los estacionamientos públicos están cobrando 8 pesos por hora por vehículo, lo que contrasta con el gran valor cultural de las casas viejas. Muchos solo las ven como una fuente de ingresos económicos, prefiriendo derribarlas en lugar de conservar el legado de sus antepasados, afirmó.
En la década de los 70’s y 80’s, durante las ampliaciones de la Primera Avenida Sur y Primera Avenida Norte, se derribaron muchas casas de adobe y el modernismo continúa imponiéndose. Las pocas casas que quedaban, ahora son derribadas por hijos, nietos y bisnietos en pro del modernismo, señala.
En la tercera calle poniente, entre la segunda y tercera avenida norte, en el centro de Tuxtla Gutiérrez, había un restaurante familiar llamado Pa’Labanda, que estaba ubicado en una casa de adobe. Hoy, es un estacionamiento público que cobra 8 pesos por hora. El administrador, Heladio Ortiz, trabaja las 24 horas del día y comentó que, hasta hace unas semanas, todavía se estaban demoliendo los últimos muros de adobe.
En el extremo izquierdo de la entrada al estacionamiento se encuentra un mural que representa lo que era la sala principal de la casa antigua. Mientras tanto, en el estacionamiento solo hay un vehículo de color blanco y el piso es de tierra, cubierto con grava triturada. La entrada está protegida por una puerta de malla, lo que da cuenta de la demolición de una parte de la historia de Tuxtla Gutiérrez.
El investigador Roberto Ramos Maza, autor de varios libros, lamentó que el derrumbe de muchas casas en Tuxtla Gutiérrez representa una gran pérdida cultural. La arquitectura tradicional es parte de la identidad de la ciudad, y su pérdida afecta la autoestima colectiva de la población.
“Una ciudad que preserva su identidad tiene mejores oportunidades de vida para sus habitantes. En Tuxtla Gutiérrez, aún existen muchas casas antiguas, especialmente en los barrios fundadores, que podrían conservarse como patrimonio de la ciudad”, agregó.
Patrimonio cultural, material e inmaterial de Tuxtla Gutiérrez y Tapachula
La diputada local Selene Josefina Sánchez Cruz, presidenta de la Comisión de Cultura del Congreso del Estado, destacó la complejidad de la situación. Nadie se imaginaba que las casas antiguas de los zoques de Tuxtla Gutiérrez serían destruidas, por lo que, junto a la diputada Erika Mendoza, propone una iniciativa para proteger el patrimonio cultural, material e inmaterial de Tuxtla Gutiérrez y Tapachula.
“En esas casas de adobe se encuentra mucha de la herencia cultural de los zoques. Queremos proteger este patrimonio. La gente a veces mal entiende lo que es el patrimonio cultural; lo que buscamos es concientizar sobre el valor cultural, arquitectónico e histórico de estas propiedades. Estamos comprometidos a protegerlas a través de decisiones legislativas y crear una lista de los patrimonios que debemos conservar”, concluyó.