Tos ferina: la enfermedad que puede prevenirse con vacunación

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Miriam Estrada / El Sol de Cuernavaca

La tos ferina es una enfermedad respiratoria altamente contagiosa que se transmite al tener contacto con secreciones de las vías respiratorias de una persona infectada. Entre una y dos semanas después del contagio, los síntomas comienzan a manifestarse de manera similar a un resfriado común: secreción nasal, fiebre y una tos leve. Sin embargo, esta tos se intensifica con el tiempo, volviéndose más severa.

Síntomas y complicaciones

De acuerdo con la Secretaría de Salud federal, uno de los signos más distintivos de la tos ferina es la tos intensa y prolongada, que puede causar dificultad para respirar y generar un sonido silbante después de cada episodio.

Estos ataques de tos ocurren con mayor frecuencia durante la noche, afectando la capacidad de comer y beber con normalidad. En algunos casos, los episodios pueden prolongarse hasta por 10 semanas.

Los bebés son el grupo más vulnerable, ya que durante los ataques de tos pueden presentar pausas en la respiración (apnea), lo que aumenta el riesgo de complicaciones graves e incluso de muerte.

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Tratamiento y prevención

El tratamiento para la tos ferina incluye la administración de antibióticos, y en casos severos, puede ser necesario suministrar líquidos por vía intravenosa para evitar la deshidratación.

En México, la mejor forma de prevenir esta enfermedad es a través de la vacunación. La vacuna pentavalente acelular protege contra difteria, tétanos, tos ferina, poliomielitis e influenza tipo B, y se aplica en cuatro dosis a los 2, 4, 6 y 18 meses de edad. Posteriormente, la vacuna DPT se administra como refuerzo a los 4 años, brindando protección adicional contra difteria, tétanos y tos ferina.

La tos ferina es una enfermedad prevenible. Mantener al día el esquema de vacunación es muy importante para evitar su propagación y proteger especialmente a los más vulnerables.