Obispo pide orar por las madres buscadoras en todo México

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Maritza Cuevas

Durante la misa dominical el obispo Ramón Castro Castro, dedicó el Angelus a las madres buscadoras de todo México, que continúan en la búsqueda de sus seres queridos que han desaparecido; y brindó un mensaje de reflexión sobre la confesión en estos tiempo de Cuaresma rumbo a la Semana Santa.

"Les pido que ofrezcamos el Angelus por las madres buscadoras, por todas estas miles de mujeres que en todo México siguen buscando a sus seres queridos para al menos saber donde están sus cuerpos", expresó el obispo al inicio de la misa.

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Y durante la homilia, destacó que el camino de la Cuaresma está llegando a su final, y continuarán con el Domingo de Ramos y da inicio la Semana Santa, esperando que sea un tiempo para pensar en el futuro y reflexionar sobre el tema de la confesión para la misericordia y plenitud.

Cuestionó sobre los pensamientos y de qué están llenos nuestra mente y corazón, refiriéndose a que, en muchas ocasiones los recuerdos están llenos de pensamientos de pecados que no se han podido olvidar, pecados de la juventud, que se siguen arrastrando, y detalló que uno de esos pensamientos que aparece frecuentemente es el aborto.

"Muchas mujeres que cometieron el aborto se confiesan una y otra vez y se les da la absolución, y sin embargo, siguen arrastrando ese peso; nos comparten que es muy duro haber cometido ese pecado y les insistimos, Dios te ha perdonado y te has arrepentido, te estás acercando. Ahí podemos encontrar una aplicación, Dios ya te perdonó deja ese pasado".

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Y comentó que, ciertamente no podemos cerrar los ojos a esas culpas pasadas, pero es importante que no quedé ese remordimiento y sobre todo no siga hiriendo, porque has sido abrazado por la misericordia de Dios
"Ninguno de nosotros tiene licencia para condenar a nadie, porque todos somos pecadores. La voluntad de Dios no es la muerte, si no que se viva, tener vida nueva, que nos salvemos y no quedar anclados en nuestros pecados".

Finalmente, dijo que la confesión de los pecados implica humildad y sinceridad para encontrarnos de frente con ese abrazo renovador de misericordia y perdón.