Acontecer Político
Democracia en las urnas; no en las sombras
A 11 días de la elección de las candidatos a ocupar el cargo de alcalde en los 39 municipios del Estado muchos ciudadanos ya se preparan y tienen definido a favor de quien ejercerán su derecho al voto; sin embargo también circulan versiones preocupantes de la posible movilización de grupos de choque con la intención de desestabilizar la jornada electoral.
No es la primera vez que se intenta sembrar miedo. Cuando se generan condiciones de incertidumbre, lo que está en juego no es solo una elección, sino la participación misma. Y eso favorece a los que operan en lo oscuro, a quienes necesitan que la gente no vote para imponerse por la vía del abstencionismo. Porque mientras menos votamos, más poder tienen unos cuantos.
En contraste, hay organizaciones de la sociedad civil que están trabajando para fomentar la participación y motivar a los duranguenses a acudir a las urnas. Son esfuerzos valiosos que deben ser respaldados, porque apuestan por la vía democrática, no por el caos. La elección debe celebrarse con orden, con seguridad y con la confianza de que nuestro voto contará.
En ese sentido, el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana (IEPC) está haciendo su parte y ha cumplido con la organización del proceso, ha capacitado a quienes integrarán las mesas de casilla y trabaja de la mano con autoridades para garantizar una jornada segura. Pero la democracia no la cuidan solo las instituciones: también depende de nosotros.
Votar no es solo un derecho, es un deber cívico. Es la mínima responsabilidad que tenemos con nuestro entorno, con nuestras familias, con nuestro estado. Quien no vota, renuncia a decidir y luego no tiene autoridad para quejarse. La apatía nunca ha sido camino hacia la justicia, ni mucho menos hacia el buen gobierno.
Las campañas, con todo y sus excesos, también cumplen una función social que es ayudan a los ciudadanos a conocer a sus candidatos, a contrastar propuestas, a distinguir entre quienes tienen ideas claras y quienes solo repiten discursos vacíos. Elegir no es sencillo, pero es necesario. De eso se trata la democracia, de elegir con libertad y con información.
Lamentablemente, hay quienes quieren confundir, confrontar o atemorizar. No podemos permitir que nos roben la posibilidad de participar. La violencia, física o simbólica, solo sirve a quienes no quieren competir limpiamente. Por eso, frente a cualquier intento de intimidación, nuestra mejor respuesta debe ser acudir a votar con más fuerza y determinación.
La jornada electoral debe ser una fiesta cívica, no un campo de batalla. La seguridad es tarea de las autoridades, pero también de la ciudadanía que se comporta con civilidad y respeta la voluntad del otro. Que nadie nos diga que no vale la pena votar. Vale, y mucho. Porque con cada boleta cruzada estamos definiendo el futuro de nuestro municipio, de nuestra comunidad, de Durango.
Ojalá que el domingo primero de junio salgamos a votar sin miedo, con convicción, con esperanza. Hagámoslo por las futuras generaciones, por nuestros padres, por nuestros vecinos. Hagámoslo por ese Durango, justo, seguro, próspero y en paz. Porque el voto de cada uno cuenta. Porque la democracia se defiende con participación.
Que no nos roben el voto ni la esperanza, la decisión está en nuestras manos y es ahora cuando más debemos ejercerla.