Rodrigo Peña Porchas rindió protesta como presidente de la Unión Libanesa en Sonora

Con la presencia de Wael Albolhosen El Awar, presidente nacional de la Unión Libanesa Cultural Mundial de México, se llevó a cabo el nombramiento

Wael Abolhosen El Awar Coloca Pin a Rodrigo Peña — Wael Abolhosen El Awar Coloca Pin a Rodrigo Pen?a / Foto: Carlos Villalba | El Sol de Hermosillo

Gustavo Moreno / El Sol de Hermosillo

Con la intención de promover y preservar los valores de la comunidad libanesa en la entidad, se llevó a cabo el nombramiento de Rodrigo Peña Porchas como presidente de la Unión Libanesa Cultural Mundial en Sonora.

Con la presencia de Wael Albolhosen El Awar, presidente nacional de la Unión Libanesa Cultural Mundial de México, así como de Sergio Rojano Sahab, presidente de la organización en Quintana Roo, el 4 de diciembre se llevó a cabo el nombramiento de quienes conformarán la mesa directiva del Centro Libanés de Hermosillo.

En Sonora existe el registro de más de 3 mil personas descendientes de migrantes libaneses, por lo que el objetivo de esta unión es preservar los valores y la cultura, buscando apoyar a la comunidad general con eventos y diferentes actividades, ya que están afiliados a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y promueven el humanismo.

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“El objetivo de la Unión Libanesa es preservar la cultura, las costumbres libanesas, de la familia y la parte de la cultura, la parte de alimentos, recetas libanesas y las buenas costumbres; además de apoyar a las comunidades donde vivimos, en este caso en Sonora y Hermosillo, apoyar con eventos dirigidos a la comunidad sonorense”, afirmó el presidente nacional de la organización.

La historia del pueblo libanés en Sonora se remonta a finales del siglo XIX y principios del XX, durante un periodo en el que miles de migrantes de la región del Monte Líbano, en particular de las ciudades de Zahlé, Baalbek y Beirut llegaron a México en busca de oportunidades.

Este éxodo, motivado por la pobreza e inestabilidad política en su país de origen, hizo posible que se establecieran principalmente en las ciudades de Hermosillo, Guaymas y Nogales, donde muchos se dedicaron al comercio, la agricultura y la ganadería, aprovechando las oportunidades económicas de la región.

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La comunidad libanesa en Sonora se convirtió en una de las más prósperas y respetadas del estado, logrando integrarse rápidamente a la sociedad sonorense, por lo que adoptó la cultura y las tradiciones locales, al mismo tiempo que mantuvieron viva su propia identidad cultural y religiosa.

Hoy en día, la comunidad libanesa en Sonora es una de las más grandes y activas de México, considerando que muchos de los descendientes de los inmigrantes libaneses han alcanzado posiciones destacadas en la política, la economía y la sociedad sonorense.

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